Edward Tylor

En el siguiente ensayo recorreremos un mundo de ideas, estudios y tesis que no solo nos abrirán los ojos, sino que también nos dejarán contemplar otras partes de nuestra propia vida que como seres humanos imperfectos, muchas veces ignoramos, pero que siempre han estado ahí presentes en cada momento y en cada situación, que aunque no las estamos nombrando o teniendo en cuenta todo el tiempo, siempre han hecho presencia y jamás han dejado de existir.

Un solo hombre, un solo ser humano, una sola mente y un solo cuerpo, no solo llenos de muchas emociones, sino también de muchas ideas por explotar, fue capaz de explorar un mundo nuevo. De ser una persona del común, por llamarlo de ese modo, este personaje no solo realizó uno de los estudios más importantes dentro de la antropología junto con otros grandes destacados de este amplio campo, sino que a su vez llevó al mundo cultural a un nivel extraordinario dando uno de los pasos más grandes hacia la modernidad. A continuación podremos desmenuzar poco a poco la vida de uno de los antropólogos más reconocidos a nivel mundial, que no solo brilló por su inteligencia, sino que al igual dio los más importantes aportes que llevó a la sociedad a dar un giro inesperado dentro de sus culturas.

Sir Edward Burnett Tylor, (nacido el 2 de octubre 1832, en Londres, murió 02 de enero 1917, a la edad de ochenta y cuatro años, Wellington, Somerset, Inglaterra) había sido durante mucho tiempo una personalidad histórica.

Antropólogo Inglés considerado como el fundador de la antropología cultural. Su obra más importante, “Cultura Primitiva” (1871), influenciado en parte por la teoría de Darwin de la evolución biológica, desarrolló la teoría de una relación evolutiva, progresiva desde lo primitivo a las culturas modernas. Él es el más conocido hoy por su prestación, en este libro, una de las definiciones más tempranas y más clara de la cultura, que es ampliamente aceptado y utilizado por los antropólogos contemporáneos. La cultura, dijo, es

“... ese todo complejo que incluye el conocimiento, las creencias, el arte, la moral, el derecho, las costumbres y cualesquiera otras capacidades y hábitos adquiridos por el hombre como miembro de la sociedad.”

Tylor fue nombrado caballero en 1912. Él apareció como una de las figuras muy arraigadas en la última edad heroica de la ciencia del siglo XIX y uno de los fundadores de la disciplina académica moderna de Antropología. Pertenece a una generación de académicos conocidos como los intelectualistas que incluye Müller, Spencer y Frazer, todos los que ayudaron a allanar el camino para el estudio académico de la religión moderna. Durante muchos años se decía que en Gran Bretaña la antropología, era la ciencia de Tylor. El aplicó la palabra antropología al estudio tanto de la cultura animal – humana como humana.

El decano de los etnólogos para dos veintenas de años, representó a su ciencia antes que los estudiantes de otras ramas del conocimiento y, gracias a la gran calidad literaria de su estilo, antes de que el laicado culto también. Fue leído y citado por el psicólogo e historiador, biólogo y filósofo, por cada uno interesado en los caminos y pensamientos del hombre primitivo. Y mientras que el círculo de su influencia se amplió, él conservó el respeto profundo y creciente de sus colegas de profesión. Incluso con el grupo de trabajadores sobre el terreno irreverente estadounidenses que a su vez sus narices en la escuela clásica de los etnólogos no ha disminuido su prestigio y su lealtad es de la clase que él mismo defendió, no-aceptación servil de principios, sino una continuación de los métodos "a través de una mejor evidencia a fines más elevado”.

Entrando un poco en su biografía, de cómo era su vida desde pequeño, lo que él fue, de donde salió, hacia donde se dirigía, que o quién lo influenció para empezar y abarcar con sus estudios y principalmente, cómo llego a ser considerado el padre de la antropología moderna; Tylor fue el hijo de Joseph Tylor y Harriet Skipper, y hermano de Alfred Tylor. Su padre Joseph fue un fundador de latón próspero cuáquero, parte de una familia de clase alta, dueños de grandes y reconocibles empresas en Londres, Inglaterra. Asistió a una escuela cuáquera “Grove House School” hasta que tenía 16 años. Tylor nunca obtuvo un titulo universitario, ya que tanto a él como a su hermano, el geólogo Alfred Tylor se les negó la educación superior, porque se les negaba las universidades a quienes no fuesen fieles de la Iglesia de Inglaterra, y ambos fueron obligados a trabajar en el negocio familiar (Tylor con 20 años en ese entonces). En 1855, a la edad de 23 años, se le diagnosticó una tuberculosis severa lo cual lo obligó a dejar todo tipo de trabajo pesado y alejarse de las empresas familiares. A partir de esto, los médicos le recomendaron un viaje hacia climas más cálidos, para que entrara en un proceso de recuperación y mejora de su salud.

Tylor parte a Inglaterra en 1855, viaja a México y a América Central. La experiencia resultó ser un año importante y formativo, lo que provocó su interés de por vida en el estudio de culturas desconocidas. Para Tylor, este viaje realizado durante todo este tiempo no fue solo un momento grato de auto recuperación, a su vez, se adentro a un mundo totalmente desconocido y dejado de un lado por la sociedad o la civilización gracias a Se abrió paso en 1856 a Cuba, donde, en La Habana, entró en conversación con un compañero de Quaker que resultó ser el arqueólogo y etnólogo Christy Henry. Christy un etnólogo amateur quien lo impulsa ha conocer los disímiles modos de vida de la gente, en los lugares que visitaba, estaba en camino a México para estudiar los restos de la antigua cultura tolteca en el valle de México. Los dos se hicieron amigos, y Christy convenció a Tylor para que lo acompañara en su expedición.

Viajando en circunstancias difíciles y a veces peligrosas, buscaron los restos toltecas, Tylor bajo la dirección del experimentado etnólogo Christy comenzó a ganar conocimiento práctico del trabajo de campo arqueológico y antropológico. La expedición duró seis meses, y después de su conclusión Tylor, ahora firmemente establecido en el curso de la obra de su vida, regresó a Inglaterra. En 1858 se casó con su esposa Tylor, Anna, que también era un cuáquero. No tuvieron hijos, pero tuvo un matrimonio largo y muy cerca. Anna asistido a muchas conferencias de Tylor y que a menudo tiene que haber hablado

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