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LA NAVIDAD EN LAS MONTAÑAS.


Enviado por   •  27 de Octubre de 2016  •  Monografías  •  1.407 Palabras (6 Páginas)  •  382 Visitas

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Durante la cabalgata del capitán, se acercaba el 24 de diciembre y el recordaba con nostalgia los momentos que había pasado con su familia, la emoción que sentía cuando sus padres los llevaban a la misa de gallo, los banquetes, las tradiciones y los bailes que se hacían, después de una cablagata larga Gonzales le habla al capitán.

Capitán: ¿Qué hay, González?

González: Nada mi capitán, vi que unas personas iban delante de nosotros, fui para saber quien era y mi sorpresa fue que es el cura del pueblo al que vamos y su mozo.les mencione que venia usted y me mando a ofrecerle parte de su alojamiento y nos esta esperando

Capitán: ¿le diste las gracias?

González: Claro mi capitán, les dije que necesitábamos  de sus axilios porque venimos muy cansados y no hemos encontrado nada de comer y descansar

Cap0itan: ¿Y que tal? ¿Parece buen sujeto el cura?

González: Es español y es todo un hombre

Capitán: Español, yo no he conocido clérigos españoles, nada más que jesuitas o carlistas y todos son malos. Evitare todo disgusto y será una noche agradable. Vamos con el cura González

Cura: señor capitán, tengo el placer de ofrecerle mi humilde hospitalidad a los peregrinos que rara vez pasan por aquí, esta noche es sagrada y se debe cumplir con entusiasmo ¡Es Nochebuena, señor!

Capitán: gracias por su afectuosidad y desde luego acepto su oferta

Cura: tengo una casa muy modesta, que es la casa de un cura de aldea y de aldea pobrísima. Mis feligreses viven con el producto de un trabajo ímprobo y no siempre fecundo. Son labradores y ganaderos, y a veces su cosecha y sus ganados apenas les sirven para sustentarse.

Capitán: Yo soy soldado, señor cura, y encontraré demasiado bueno cuanto usted me ofrezca, estoy acostumbrado a la intemperie y a las privaciones es muy dura la profesión de las armas.

Cura: vine al país de usted, destinado al comercio, como muchos de mis compatriotas. Un tío me puso en una tienda de ropa pero después de unos meses me desagrado esa idea de ser comerciante, pero cambie de ideas y preferí ser sacerdote.

Capitán: ¿Usted no recibe dinero por bautizos, casamientos, misas y entierros?

Cura: No, recibo nada, puede saberlo de boca de los mismos habitantes. Yo tengo mis ideas que practico religiosamente.

Capitán: —Venga esa mano, señor, usted no es un fraile, sino un apóstol de Jesús…. Me ha ensanchado usted el corazón; me ha  hecho llorar… Señor cura permítame darle un abrazo.

Cura: Pero, señor capitán… yo no merezco… yo creo que cumplo… esto es muy natural; yo no soy nada… ¡qué he de ser yo! ¡Jesucristo! ¡Dios! ¡El pueblo!

Seguimos calbalgando luego llegamos al lugar

Cura: señor tiene usted mi pueblo, señor capitán

Capitán: es muy pintorezco,  allí hay pequeños jardines.

Cura: Sí, señor; los hay muy bonitos. Les insinué algunas mejoras en el cultivo a los vecinos; hice traer semillas y plantas propias para el clima

Capitan : yo creo, como todo el que tiene buen sentido, que la buena y sana alimentación es ya un elemento de progreso.

Cura: ps bien yo, con el objeto de establecer aquí un pequeño molinopara las necesidades del pueblo.

Capitan: Señor cura, me parece admirable la rapidez con que ha cambiado la faz de estos pobres lugares.

Cura: La religión, señor capitán, la religión me ha servido de mucho para hacer todo esto.

Chicos: El hermano cura! ¡el hermano cura!

Capitan: ¡El hermano cura!, ¡qué raro! ¿Es así como llaman aquí a su párroco?

Cura: No, señor, antes le llamaban aquí, como en todas partes, el señor cura; pero les he rogado que me llamen hermano cura, esto me da mayor placer.

Cpitan: ¡Y yo que he venido llamando a Vd. el señor cura!

Cura: está Vd. perdonado, con tal de que siga llamándome su amigo nada más.

Apreton de manos entre los dos

Cura: esa es la escuela

Gentrudis: va a ir usted hermano cura

Cura: claro que si gentrudis ahí estare, a por sierto lo vi y hable con el

Gentrudis : voy a avisarle a Carmen se va a alegrar

Cura: Que no tenga cuidado, Gertrudis, que no tenga cuidado

Capitan: aquí hay algo de amor me parece.

Cura: si lo hay y usted me va a ayudar a que esta historia tenga un desenlace feliz

Capitán : con mucho gusto: nada podría halagar tanto mi corazón; también yo he amado y he sufrido.

Cura: Es natural…

Cura : le presento al alcalde él es, es el preceptor del pueblo, de quien yo soy ayudante.

Capitan: mucho gusto

Cura: Usted está fatigado, capitán, y preciso será tomar un refrigerio, sea que quiera Vd. dormir, o bien acompañarnos en la cena de Navidad. Yo no lo acompañaré a Vd., porque tengo que decir la misa de gallo tengo otros deberes.

El capitán se fue a descansar… después de un rato

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