La Historia Del Viejo

La semana pasada, en compañía del compañero pelusa Alvares llegamos a la parcela de los Barbosa, los varones no estaban en esos momentos pero se encontraban presentes la señora de Hilario, una anciana ocupada en la cocina, también los perros que se mostraron inconformes con la visita del pequeño osama que no nos abandonaba, le dijimos ala señora de Hilario nuestros motivos de estar allí, no tardo mucho tempo en mostrarnos el camino para encontrar las de yuca. Resientemente los barbosas habían arrancado las matas de semillas yuca y las semillas estaban diseminadas casi que tapadas por la malesa, sobretodo por el hierba peluda y espinosa que crece rápidamente en los cultivos incomodando la normal recolección de la cosecha. Pelusa iba recortando con un afilado machete los palos que este yudante recojia en la cuesta de la montaña, en donde estaba establesida la inmensa platacion de yuca que se veía desde gran distancia. El perrito osama fastidiado por la calor estaba desesperado por volver por su propia cuenta ala casa, inclusive, camino trecno cuesta abajo por un atajo muy distinto por donde aviamos venido, seguramente se extraviaría en medio de ese mar de malesa, nose detenia, segui saltando , resaltando su color negro. Precisamente, desde que salíamos de casa queríamos quitarle esa incomodidad pero el nos venció con su terquedad para seguirnos

El perrito ósama escucho los gritos que le nacíamos desde lo mas alto de la montaña cuando trabajábamos con los palos de yuca, tratando de llenar dos costales de semillas para sembrar en la parcela Jiménez. El perrito siguió brincando por encima de la maleza pero oyó con claridad la voz de su amigo y decidió volver hacer la compañía de los tres amigos.

Entonces, bajamos de la montaña con los costales en los hombros seguido del perrito ósama. Caminando a campo travisa para ahorrarnos tiempo y espacio en el recorrido transportando la pasada carga, pero tuvimos que andar caminando por terreno disparejo , una veces pisando en huecos repletos de pantano, o sea que estábamos caminando por el potrero de la ganadería del señor Mario García, el vecino dueño de un ganado que a incursionado varias veces en loa parcela Jiménez ocasionando graves daños a los cultivos. Finalmente llegamos a los predios de la parcela Jiménez en la cual ya estaban trabajando, sembrando yuca los señores padilla, Manuel abadía y el anciano marco que esta padeciendo una sordera que no le permitía oír los truenos ni los disparos, en esos momentos estaba disgustado porque los pajaros estaban devorando el arrozal. Nos sumamos a la siembra de las semillas de yuca . en una conversación con los Barbosa, ellos nos dijieron que había que sembrar bastante yuca porque tenia precio de coca. Todos los parceleros tienen conciencia de este desafio, no solamente hay que sembrar yuca, hay que sembrar bastantes de todos los productos que da la tierra de la zona, es decir yuca, plátano y maíz,

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