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Lopez Portillo


Enviado por   •  7 de Abril de 2013  •  2.696 Palabras (11 Páginas)  •  371 Visitas

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José López Portillo

Presidente 1976 - 1982

Reforma del Estado

JLP busca adaptarse a los cambios internos y externos, pero no se plantéa una reforma modernizadora en serio, en parte porque el espejismo de la bonanza petrolera no permite ver las cosas a futuro. "Ni Luis Echeverría ni José López Portillo tuvieron los medios (actores), concepción de un proyecto, plataforma de lanzamiento para éste) o simplemente la intención de transformar a fondo el sistema. Sus programas se caracterizaron antes que nada por un gran pragmatismo: cada cual trató de resolver los problemas coyunturales que se le presentaron". El sexenio de JLP terminó con una crisis económica y diferendos entre los grupos priistas.

Educación, Ciencia y Tecnología

Un rasgo importante de la política educativa del sexenio 76-82 fue el impulso a la descentralización educativa que se dio en marzo de 1978, con la creación de las delegaciones de la SEP en los estados de la República. A partir de diciembre de 1976 al iniciar la administración del presidente JLP, se reconsideraron las metas y prioridades de la política científica y tecnológica, para emprender la urgente tarea de atenuar los efectos de la crisis económica.

Impacto Social y Legado

La noche del 17 de febrero de 2004 se anunció el fallecimiento del

Ex Presidente de México, José López Portillo. Comentaremos que su gestión como Titular del Poder Ejecutivo fue controvertida y cuestionable. Por tal motivo presentamos algunos pasajes sobre el final de su gobierno, para registrar en la memoria el legado de su paso por la Presidencia de la República.

Introducción

“El concepto de Reforma del Estado es muy extenso, ya que incluye gran cantidad de temas que pertenecen a los ámbitos de política económica, política social, administración pública, política electoral, a la naturaleza del Estado. Siendo pues un concepto tan vasto termina por perder su significado, por lo que desde las distintas disciplinas se intenta precisar su significado acotándolo a campos más definidos.”[1] Las reformas al Estado son procesos inducidos cuyos objetivos esenciales buscan que el Estado asegure su supervivencia y su funcionalidad ante los incesantes cambios económicos, políticos y sociales de cada país. La referencia a reformas estatales en otros países permite identificar logros, fracasos y deficiencias. Es esencial incluir en la propuesta de Reforma del Estado el tipo de administración pública necesaria para responder y atender de manera eficaz las demandas de la sociedad.

La Reforma Política de 1977 implicó una importante serie de cambios legales promovidos en México por el destacado político, intelectual e historiador Jesús Reyes Heroles desde su cargo de secretario de Gobernación

Los Primeros Resultados En 1979,

al celebrarse las elecciones intermedias para renovar la Cámara Baja, se recogieron los primeros frutos de la reforma. El Partido Revolucionario Institucional recibió el 69.84% de los votos (le correspondieron 296 diputados) y perdió, en manos del Partido Acción Nacional, cuatro diputaciones de mayoría relativa. Este último obtuvo 10.79% de los sufragios, lo que se tradujo en 42 diputados plurinominales, siguiéndole el Partido Comunista Mexicano con 4.97% (18 diputados); el Partido Popular Socialista con 2.59% (12 diputados); el Partido Socialista de los Trabajadores con 2.12% (12 diputados); el Partido Demócrata Mexicano con 2.05% (10 diputados); y, por último, el Partido Auténtico de la Revolución Mexicana con 1.81% (10 diputados).

La Reforma Política de 1977

En el periodo de José López Portillo, después de que éste fuese candidato único en medio de una supuesta competencia democrática y se urgía de un personaje que concitara credibilidad y respeto para conducir la política interior, ocupa el cargo de secretario de Gobernación, desde el cual, el 1 de abril de 1977 en Chilpancingo, Guerrero, externa la decisión de promover cambios sustantivos en el esquema electoral para poner en consonancia a las instituciones con la realidad política nacional. Algunos aseguran que esta ciudad fue elegida para dicho anuncio, debido a que era la capital del estado donde habían surgido el mayor número de movimientos campesinos y armados contrarios al régimen, como los de

Genaro Vázquez y Lucio Cabañas. En este contexto Reyes Heroles, funcionario y jurista respetado, atípico dentro de la clase gobernante en su carácter de culto historiador del Liberalismo en México e ideólogo del Estado, ocupa la cartera de Gobernación con el propósito de hacer ajustes que respondiesen a la encrucijada en que se hallaba inmerso el régimen. Como primer paso, el 1 de abril de 1977 en Chilpancingo, Guerrero, externa la decisión de promover cambios sustantivos en el esquema electoral para abrir espacios y hacer frente a la inminente realidad política.

Lanzado aquel compromiso, son convocados al debate la oposición en pleno y el mundo académico e intelectual para consensuar la reforma, que se expresó en modificaciones constitucionales y en la aprobación, en diciembre de aquel año, de la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procedimientos Electorales (LOPPE), misma que ordenaba la estructura de un colegio electoral; otorgaba el registro a más de una organización que permanecía en la clandestinidad (como el mencionado Partido Comunista); permitía las coaliciones; abría tiempos oficiales en radio y televisión para la promoción de las distintas fuerzas políticas; contenía la nueva fórmula de la representación proporcional (consistente en la repartición de cien escaños entre los partidos según el porcentaje nacional de sufragios que obtuviesen en ese rubro de votación, independientemente de los distritos electorales ganados o perdidos, gar

Atizando de ese modo la presencia parlamentaria de todas las siglas y corrientes); y aumentaba de 186 a 400 el número de diputados que integrasen la Cámara Baja, lo cual obligó a la construcción del Palacio Legislativo de San Lázaro para darles cabida.

Un año después, se promovió una ley de amnistía para exonerar a los militantes de grupos subversivos urbanos y rurales, tales como la Liga Comunista 23 de Septiembre, el Partido de los Pobres o el Movimiento de Acción Revolucionaria, torturados y presos en el marco de la guerra sucia de los años setenta; una constante exigencia de la izquierda que completaba este paquete de cambios

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