Los 4 pecados capitales en la vida y obra de Mallarmé

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Los 4 pecados capitales en la vida y obra de Mallarmé

     Narra la historia bíblica que después de la desobediencia de Adán y Eva entró el pecado a la humanidad, el cual representa una brecha entre Dios y los hombres. En función de ello, el pecado se puede interpretar como el deseo que posee cada persona en hacer su voluntad sin importar si agrada o no a Dios. En la Edad Media se estableció el término de pecados capitales, haciendo énfasis en que esta denominación no se refiere a la magnitud de la falta sino a su origen, por ejemplo se puede representar como un árbol que da sus frutos.

     Algunos de los pecados capitales establecidos en aquella época y que todavía se encuentran vigentes son: la ira, representada por el desagrado o irritabilidad ante una situación determinada; la lujuria, la cual muestra un deseo desordenado o gran apetito sexual; la pereza, se evidencia con un desgano consciente para realizar una actividad en particular; y la gula, asociada con el devorar la comida o la bebida, es decir un desenfreno ante su consumo. Todos estos pecados se vieron reflejados en la vida y obra de los llamados “Poetas Malditos”, que fueron un grupo de escritores libertinos, bohemios, mujeriegos y que no se ajustaban a las normas impuestas, lo cual era reflejado en sus escritos. Este término tiene su génesis en un libro de Paul Verlaine llamado “Les poetes maudits”, publicado en 1888, uno de estos poetas es el Señor Mallarmé.

     Stéphane Mallarmé, fue un poeta francés que nació en 1842 y murió en el año 1898 de 56 años. La obra de este autor se caracteriza por ser sugerente y darle libertad de interpretación al lector pues,  según él un lector ideal era alguien con “un espíritu abierto a la comprensión múltiple”, es decir alguien capaz de asignarle varios significados a lo que lee. En función de ello, la interpretación de sus escritos se vuelve un poco más compleja por los múltiples significados que puede tener de acuerdo con la perspectiva de quien lee.

      De acuerdo con lo expresado en el párrafo anterior y el estilo de vida de los poetas malditos se puede vincular la poesía de este autor con algunos pecados capitales. En primer lugar, el pecado de la pereza es quien apertura el poema “Cansado del amargo reposo”, donde un joven esperaría su muerte sin muchos esfuerzos, sin los reproches de sus amigos y en el deleite del arte y del sueño. En segundo lugar, se puede precisar la lujuria, en la obra llamada “Una Negra”, donde una mujer de edad avanzada seduce a un joven inexperto y planifica el acto para satisfacer sus deseos sexuales, el jovencito asustado se muestra atónito ante la desnudes de ésta, sin embargo ella lo envuelve entre sus piernas y consuma sus intenciones. En tercer y cuarto lugar, el poema “La siesta de un fauno” marca los pecados capitales de la gula y la ira; la gula en el consumo del vino que lleva al fauno a la embriaguez producto de la rabia por un amor no correspondido de una ninfa.

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