Manuel Gual
mayerlyns16 de Julio de 2012
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En 1743, toda una escuadra inglesa, comandada por el Almirante Charles Knowles, ataca con la intención de tomar al puerto y ciudad de La Guaira. Los guaireños se defendieron heroicamente, dirigidos por Mateo Gual y Pueyo, quien ocupaba el cargo de Comandante de la Plaza de La Guaira, tocándole en esa oportunidad enfrentarlos y rechazarlos.
Después de este incidente a este comandante del puerto de La Guaira le nacerá un hijo que sembrará su nombre en la historia de Venezuela como uno de los precursores de la independencia. De su unión con Josefa Inés Curbelo nacerá Manuel Gual, uno de los dos personajes más resaltantes de la Conspiración de 1797. No se conoce el día de su nacimiento.
De acuerdo a la costumbre colonial, su hijo Manuel ingresará en las milicias de su pueblo natal, para luego incorporarse como Cadete al Batallón Veteranos de Caracas en 1764, asimilando los conocimientos y vivencias de la vida militar, hasta alcanzar el grado de Sub/Teniente para 1777. Este fue el año cuando por Real Cédula expedida en San Ildefonso, el 8 de septiembre, fue separada la Isla de Trinidad del Virreinato de Santa Fe y agregada a la Capitanía General de Venezuela, a fin de evitar "peligro y males" que se podían ocasionar como consecuencia de una invasión por parte de los ingleses.
En la época en que vivió Gual, tío de Pedro Gual, en Venezuela no funcionaban todavía logias masónicas propiamente dichas. Las mencionadas Sociedades secretas, donde se reunían periódicamente y en forma furtiva, las personas de ideas liberales, eran una especie de centros filosóficos, donde se discutían problemas relacionados con la libertad y la justicia.
Estas Sociedades secretas, fueron establecidas por españoles y criollos, que habían visitado Francia o que tuvieron contacto con intelectuales que seguían las enseñanzas de los "enciclopedistas".
Gual frecuentaba esas Sociedades secretas, en las cuales se predicaban los principios de la francmasonería, que desde la conferencia de Londres en 1717, se habían difundido por toda Europa. Por esa razón el nombre de este prócer ha sido incluido entre las figuras masónicas del pasado.
De acuerdo con el testimonio de sus compañeros de armas, poseía una gran cultura general, ya que entre otras cosas dominaba el francés y el inglés, además de ejecutar el violín con maestría. Aunque vivía alejado de Caracas, frecuentemente viajaba a dicha ciudad y al puerto de La Guaira, donde se reunía con amigos. En estas reuniones periódicas se fue preparando el plan conspirativo, que tuvo a Gual como comandante militar del movimiento y presidente de la República por establecer. En este sentido, fue él quien diseñó la bandera que habría de adoptarse y el plan general militar y político a implementarse.
La conciencia revolucionaria
Como era corriente entre los jóvenes de las nobles y adineradas familias coloniales, Manuel estaba en contacto con la cultura europea y la lectura de sus libros, estudiando y adquiriendo una vasta cultura, que le permitió relacionarse con la intelectualidad europea.
Algunos de estos libros llegaban de manera clandestina entre la mercancía que venía desde Europa en los buques de la Real Compañía Guipuzcoana. Esta era la vía de penetración para introducir en nuestras tierras las ideas de libertad e igualdad entre los hombres.
Los prohibidos autores revolucionarios: D’alembert, Rousseau, Montesquieu, Locke y Voltaire, le permitieron a los jóvenes patricios venezolanos nutrirse de las nuevas teorías que florecían en esa época, despertando de esta manera una conciencia política afrancesada, ejemplo de ello son las políticas pro/francesas de los Capitanes Generales Pedro Carbonell y Vicente Emparam.
El joven militar Manuel Gual, inconforme con el régimen autoritario español, va perfilando su estrategia político/militar para seguir y emular los pasos de los revolucionarios franceses, buscando derrocar la monarquía española e instaurar una República.
La Asamblea Constituyente y los Derechos del Hombre
A principios de 1792, llegan a tierras neogranadinas algunos ejemplares de la "Asamblea Constituyente de Francia", traducidos al español por Antonio Nariño, joven discípulo de Francisco de Miranda, Nariño también publica “Los Derechos del Hombre”, que también circularía secretamente en Caracas y La Guaira.
Los jóvenes patricios son conquistados por estas ideas revolucionarias, entre otros, Manuel Gual, Simón Rodríguez, José María España, Juan Germán Roscio, Miguel José Sanz, estos distribuyen y comentan en reuniones secretas los extraordinarios acontecimientos de Europa, generando un plan que pasaría a ser un proyecto formal de emancipación del continente americano.
De la palabra a los hechos…
Según José Rusiñoll, el sargento catalán que sirvió junto a Manuel Gual en las Milicias de Veteranos, para 1794, Manuel Guál junto a Agustín García, Pedro Canivens y otros habitantes de La Guaira, pasaban los domingos en el “río arriba” (ahora conocido como Guamache), en estas reuniones aprobaban los sucesos de la Revolución Francesa, brindaban por las victorias de los franceses y discutían las posibilidades de realizar una revolución en Venezuela. Estas confabulaciones se van extendiendo y ampliándose con otros rebeldes, lo que motivo el retiro de Manuel Gual de su cargo de Capitán del Batallón de Veteranos de Caracas. Se dirige a su hacienda de Santa Lucía en el Estado Miranda, para preparar un plan de emancipación que permita derrocar al gobierno español, con una revolución armada que tendría como finalidad el respeto a los Derechos del Hombre.
En estos años suceden en Venezuela algunos movimientos insurgentes que afianzaron la idea libertadora de estos patriotas. En 1795, se subleva en la Serranía de Coro José Leonardo Chirino. En 1796, penetran los ingleses por el Orinoco, quitándoles a los españoles su dominio desde la Colonia del Esequibo hasta Barinas, con intenciones de sublevar al pueblo.
Manuel Guál diseña una bandera cosida por la heroína Joaquina Sánchez, tenía cuatro colores: blanco, amarillo, azul y rojo; los cuales simbolizaban la unión de la cuatro Provincias venezolanas que iban a ser independizadas: Caracas, Maracaibo, Cumaná y Guayana, cuatro estrellas que representaban los derechos inalienables del hombre: libertad, igualdad, propiedad y seguridad. El sol radiante simbolizaba la sabiduría que debe reinar en la mente de todo republicano para actuar con equidad y justicia, así como la igualdad entre todos los hombres, porque el sol es el astro que nos ilumina a todos por igual.
La Rebelión de San Blas, acrecienta la pasión revolucionaria
Crece en Manuel Gual su aversión contra la monarquía española, contra los maltratos que los gobernantes infligían al pueblo, a los comerciantes y a los hacendados. Se está fortaleciendo su doctrina revolucionaria, quiere ya cambiar el gobierno opresor de los españoles, por un ideal hermoso y sagrado, que contemple la libertad de los esclavos, la Igualdad en una nación libre y soberana, que gestaría la República de Venezuela.
A principios de 1797, se traslada a Caracas y comunica sus ideas y planes de emancipación a sus compañeros de reuniones de Caracas y de “río arriba”.
José María España, su compañero de conspiración de la Guayra, le informa que el 3 de Febrero de 1795 es descubierto en Madrid un movimiento libertador denominado la "Rebelión de San Blas" que destruiría la monarquía española e instauraría una República a semejanza de la francesa. La Revolución estaba encabezada por profesionales españoles que llegarían prisioneros a La Guaira.
José María España, también le informa, que los tres primeros reos en llegar fueron condenados a presidio en los peores lugares de la América española.
El primero en ser enviado fue Juan Bautista Picornell, el principal de los revolucionarios, y que el buque que lo trasladó, llegó a La Guaira el 3 de diciembre de 1796, siendo conducido a las Bóvedas por el Sargento José Rusiñoll, quien intercambió algunas ideas con el reo. Posteriormente llegarían a puerto otros de los prisioneros. Los otros prisioneros que llegarían a La Guaira, fueron Manuel Cortés, Sebastián Andrés y José Lax.
Se acelera la revolución venezolana
Manuel Gual y José María España se dirigen a Macuto, donde el segundo ejercía el cargo de Justicia Mayor y tenía su hogar. Allí planifican y logran la fuga de los prisioneros, que el gobierno español no podía trasladar al castillo San Felipe
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