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Maximiliano De Habsburgo


Enviado por   •  10 de Agosto de 2013  •  5.812 Palabras (24 Páginas)  •  367 Visitas

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Fernando Maximiliano José María de Habsburgo-Lorena (06 de julio de 1832, Viena, Imperio Austriaco - 19 de junio de 1867, Santiago de Querétaro, Querétaro de Arteaga, México) fue el segundo Emperador de México, y único monarca del denominado Segundo Imperio Mexicano. Por nacimiento, ostentó la dignidad de Archiduque de Austria, debido a su filiación con la poderosa Casa de Habsburgo. Fue el hermano más próximo del Emperador Francisco José de Austria-Hungría, y consorte de la princesa Carlota Amalia de Bélgica, hija del rey Leopoldo I de Bélgica (primero de la Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha).

Aunque criticado como ingenuo e indeciso, Maximiliano es a menudo elogiado por los historiadores debido a sus reformas liberales, su genuino deseo de ayudar al pueblo mexicano, su negativa a abandonar a sus leales seguidores, y su valentía durante el sitio de Querétaro. Ha sido elogiado incluso por historiadores que creen que no tenía por qué haberse involucrado en asuntos mexicanos. Tuvo la oportunidad de abdicar y regresar a Austria protegido por el ejército francés, pero no lo hizo. En México, él y su consorte son conocidos como Maximiliano y Carlota.

Infancia y Juventud[editar · editar fuente]

El archiduque Maximiliano nació en el Palacio de Schönbrunn, Viena, (Austria), fruto del matrimonio del archiduque Francisco Carlos de Austria y de la princesa Sofía de Baviera, hija a su vez del rey Maximiliano I de Baviera. Algunos novelistas han querido atribuir la paternidad del archiduque al emperador Napoleón II de Francia debido a los rumores de la corte austríaca sobre la relación entre Sofía de Baviera y éste último, incluso se habló de una supuesta carta de la princesa Sofía la cual afirmaba que Napoleón II era el padre, aunque dicha carta jamás ha sido encontrada y la hipótesis ha sido descartada por falta de evidencias.

Maximiliano fue el mayor de los tres hermanos, todos menores, del emperador Francisco José de Austria (quien ocupa el tercer lugar, en orden de duración en el trono, en la historia de Europa). Por tanto, su posición al nacer fue la de segundo en la línea de sucesión a la corona imperial de Austria-Hungría, derechos a los que renunció al aceptar el trono de México. Debido a la trágica muerte del único hijo varón del emperador Francisco José, el trono de Austria-Hungría pasó a los sucesores de su hermano Carlos, quien seguía en la línea de sucesión a Maximiliano.

La educación de Maximiliano fue la clásica educación de un archiduque de Austria, se aseguró una rigurosa formación militar, aprendió numerosos idiomas (francés, italiano, inglés, húngaro, polaco y checo), se le instruyó en filosofía, historia y derecho canónico. La educación de los archiduques de Austria era muy exigente, acompañada también de un duro programa de ejercicio físico, la salud del Imperio podía depender, sin lugar a dudas, de la salud de su monarca, y en la Casa de Habsburgo, todos sus miembros tenían su lugar en la línea de sucesión, ya fuera del Imperio o de alguno de los numerosos territorios que la familia gobernaba. Desde joven, Maximiliano sobresalió por su gran talento artístico y creatividad, valores que también eran promovidos como parte del programa educativo de la familia imperial. La poesía y la pintura fueron algunas de sus aficiones predilectas, así como la literatura y el estudio de la historia, sobre todo la historia de su propia familia, que años atrás había ocupado el trono del Sacro Imperio Romano Germánico, así como de España, los Países Bajos, y muchos otros territorios de Europa desde hacía casi ochocientos años, en definitiva, la historia de los reinados de Europa, en cierto modo, era la historia de su familia.

Debido a su carácter de buen conversador, así como a su gran formación cultural y sensibilidad artística, Maximiliano fue en su juventud un personaje muy popular de la excelsa Corte Imperial de Viena, siendo ésta, en ese entonces, el centro máximo de la vida cultural, financiera y política de Europa. Si bien el esplendor de la corte vienesa no llegaría a su clímax hasta varios años más tarde, ya en la juventud de Maximiliano, éste era el modelo de corte por excelencia. La popularidad de Maximiliano se acrecentó también debido al contraste de su personalidad con la de su hermano mayor, Francisco José, de carácter áspero y reservado, Maximiliano, por contraste, era visto como simpático y sencillo, aunque su marcada melancolía, ciertamente unida a su espíritu filosófico y artístico, llamaría la atención cada vez más conforme se alejaba de sus años de mocedad. Aun así, la amistad con su hermano mayor era evidente en la corte, y eso traía una buena imagen para los vieneses.1

Parte de la rigurosa formación de los archiduques de Austria se basaba en el estricto manejo de las finanzas, en esa faceta su hermano Francisco José sería famoso por su rigurosidad y pulcritud, virtud que demostraría hasta el final de su reinado, y que ciertamente no compartía con su hermano Maximiliano. Maximiliano tendía a la intuición, superando la cantidad que se le daba para libros y obras de arte, terminando por acumular deudas y tener que acudir constantemente a la protección de su madre, Sofía de Baviera, para que ésta se hiciera cargo de ellas. La archiduquesa Sofía siempre tuvo una gran debilidad por su segundo hijo, a quien admiraba enormemente debido a su gran capacidad de entendimiento e inteligencia, por lo que no dudaba en pagarle cuantas deudas fueran necesarias con tal de que él pudiera seguir leyendo y aprendiendo.

Desde muy temprana edad, y como parte de su formación militar, Maximiliano tenía la obligación de servir en la Armada de su país. En el año de 1852 el buque en el que viajaba hizo una parada en Portugal, donde se reencontró con su pariente, la princesa Amalia de Portugal, hija del emperador Pedro I de Brasil, quien más tarde se convertiría también en el rey Pedro IV de Portugal. La amistad con la Familia Real de Portugal fue quizás el primer contacto que tuvo Maximiliano con la posibilidad de establecer una monarquía en un país independiente de América, siendo el emperador Pedro I, el consumador de la independencia brasileña, y emperador de esa nación de manera independiente de Portugal. La amistad con los Braganza fue más allá, y durante ese viaje, Maximiliano se enamoró de la princesa Amalia, con quien se comprometió para finales de ese año. La desgracia cayó sobre el joven archiduque, y su prometida moriría de un ataque de tuberculosis en febrero de 1853, tras haber contraído fiebre, antes de que siquiera anunciaran oficialmente su compromiso.2 La huella de esa pérdida la llevaría Maximiliano hasta su muerte, prueba de ello es un anillo que contenía un rizo de la princesa Amalia, que conservaría hasta

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