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Maximiliano De Habsburgo No Fue Fusilado


Enviado por   •  23 de Octubre de 2014  •  1.163 Palabras (5 Páginas)  •  396 Visitas

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¿Benito Juárez le perdono la vida a Maximiliano de Habsburgo por ser masones?

Benito Juárez publicó un edicto poco después de que Maximiliano de Habsburgo fuera fusilado en el Cerro de Las Campanas en Querétaro en 1864 junto a los generales Mejías y Miramón. El escueto comunicado decía que «el Archiduque Fernando Maximiliano José de Austria había sido hecho justo por las armas». Poco tiempo después, apareció en El Salvador un hombre culto, elegante y de esmerada educación, que se hacía llamar Justo Armas y que pronto llegó a convertirse en un personaje muy apreciado dentro de la alta sociedad salvadoreña. Este hombre, que guardaba un parecido asombroso con el emperador de México, siempre se mostró reacio a contestar cualquier pregunta que se le hiciera sobre su pasado y solía presentarse a sí mismo como el único superviviente de un gran naufragio.

Después de quince años de intensas y dilatadas investigaciones en El Salvador, Bélgica, Francia, México y Austria, Rolando Deneke, no tiene ninguna duda de que Justo Armas y Maximiliano de Austria eran una misma persona. Deneke ha encontrado documentación que muestra que Justo Armas ya estaba establecido en San Salvador en 1870. Cuando llegó a este país fue acogido por Gregorio Arbizú, vicepresidente y canciller en el Gobierno del presidente Francisco Dueñas y masón. Desde entonces y hasta su muerte Armas fue asesor de todos los presidentes de El Salvador y se encargó del protocolo de la cancillería y también de dirigir los servicios de los banquetes diplomáticos.

Llamaba mucho la atención porque, a pesar de ser un hombre impecablemente vestido y de exquisito trato, no usaba calzado; elegantemente vestido recorría las calles de San Salvador y dirigía el servicio de banquetes completamente descalzo. Nunca le reveló a nadie el motivo de esta excentricidad, aunque se sabe con certeza que se vio amenazado por un grave peligro de muerte y, sin mayor esperanza de ser salvado, le prometió a la Virgen ir descalzo el resto de su vida si conseguía salvarse. Justo Armas hablaba de un naufragio y la esposa de Maximiliano, la emperatriz Carlota, ordenó hacer un grabado para comunicar la muerte de su esposo a las casas reales europeas en el que se le veía hundiéndose en un barco y abrazado a una bandera blanca.

Pero, ¿por qué Benito Juárez, el hombre que juró acabar con los invasores extranjeros de su país, decidió perdonarle la vida al archiduque y se prestó a organizar un simulacro de su muerte? «Maximiliano de Habsburgo y Benito Juárez eran masones y siendo hermanos masones, Juárez no lo podía matar —explica Deneke—. La única salida que le quedaba era la de matar al emperador, pero salvar al hombre. El archiduque juró no revelar nunca más su identidad, fingieron su fusilamiento y le proporcionaron un salvoconducto para venir a El Salvador en donde vivió más de 60 años, pues falleció a la edad de 104».

Después del fusilamiento, todas las potencias europeas presionaron a México para que devolviera el cadáver de Maximiliano y México respondía que por motivos de fuerza mayor les era imposible acceder a sus peticiones. Cuando el supuesto cadáver llegó a Austria, siete meses después de su ejecución, su madre, la archiduquesa Sofía, exclamó que ése no era su hijo.

“PRUEBA DE ADN POSITIVA”

Pero hay más datos que refuerzan la tesis de Deneker. Existía un extraordinario parecido entre las facciones de Maximiliano, Justo Armas y Francisco José de Austria. Un estudio antropológico de comparación cráneo-facial hecho por una antropóloga

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