LOS HABSBURGO
jomolo639 de Marzo de 2014
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El final de los Habsburgos. La decadencia de los "austrias "
En el curso del siglo XVIII la dinastía Habsburgo contó con una serie de monarcas ineptos, dominados por favoritos corruptos que se enfrascaron en largas luchas por el poder y predominio europeos, con lo cual llevaron a la quiebra al gobierno y al pueblo. Los primeros síntomas de la decadencia se dejaron sentir en la Nueva España, cuando comenzó la venta de mercedes y de cargos públicos, en la que se reflejaba la urgencia que tenía la Corona por recabar fondos.
Por otra parte, ese siglo, según diferentes historiadores, parece haber sido una época de crisis económica en los nuevos reinos. Hubo hambrunas y motines de la plebe. El comercio con Europa sufrió un gran colapso que afectó a la minería, y ésto, a su vez, a las haciendas agrícolas y ganaderas. Hubo escasez de producción, aumento en los precios regionales de los alimentos y pocos incentivos para la producción exterior.
Durante éste tiempo (1640-1750) la política exterior de la corona española tuvo más importancia, para México, que las relaciones directas que mantenían entre sí; ya que las repercusiones de esta política repercutieron muy fuerte en el virreinato. El comercio exterior se suspendió a causa de la piratería, y curiosamente la nacionalidad de los piratas siempre estuvo en correspondencia con la de aquellas naciones con las que España se encontraba en guerra.
La poca atención que el Estado prestó a la Nueva España hizo que ésta se volviera más independiente, pues políticamente los asuntos se tuvieron que arreglar interna y económicamente y las explotaciones se orientaron a fortalecer sus mercados regionales. Aunque los efectos internos de la crisis fueron muy desiguales, ya que las actividades económicas dedicadas al Comercio Exterior se vieron muy afectadas, muchas minas cerraron, algunas haciendas quebraron y otras se endeudaron y empobrecieron; mientras que los comerciantes, dedicados al comercio interno y regional, se enriquecieron y muchos de los productos que antes se traían de España tuvieron que empezar a fabricarse aquí, por lo que se crearon monopolios.
En términos generales ésta era la situación cuando los Borbones decidieron volver a ocuparse de éstos reinos.
a. Los objetivos de las reformas borbónicas
El texto fundamental que inspiró estos cambios fue el libro de José Campillo titulado: Nuevo sistema de gobierno económico para la América, en donde se había incorporado intacto el proyecto económico de Bernardo Wall. En el libro se comparaban las grandes ganancias de los franceses y los ingleses obtenidas de sus colonias, frente a las ridículas utilidades que España percibía de su gran imperio. Para mejorar esta situación se recomendaba la terminación del monopolio comercial de Cádiz, la distribución de la tierra entre los indígenas, el fomento a la minería y la creación de un mercado que acogiera los productos españoles. Con objeto de lograr este último aspecto, se sugería la necesidad de reformar al gobierno y de liberar a la economía de los nefastos monopolios y trabas al comercio.
El personaje que puso en práctica éstas ideas fue José de Gálvez, abogado malagueño, quien fue enviado como visitador a la Nueva España, y en pocos años logró atraerse la enemistad de muchos sectores de la sociedad novohispana (1761-1771). Sin embargo más tarde fue nombrado ministro de las Indias (1776-1787).
Las ideas de Gálvez pretendían, en primer lugar, recuperar los canales independientes de la Metrópoli, que se habían desarrollado desde el siglo XV 11, para lo cual tuvo que afectar los intereses de la Iglesia y el gobierno; y en segundo lugar, obtener más utilidades para la Corona, por lo que se reestructuró a la economía.
2. Características principales del gobierno borbónico (1763-1810)
La época Borbónica de la Nueva España ha sido considerada como el siglo de oro colonial, debido al auge económico que caracterizó su siglo XVIII. Sin embargo, al analizar un poco más las características de este periodo, se observan una serie de reformas económicas y políticas que ocasionaron profundos desajustes sociales. Por lo que se puede decir que este momento, más que la culminación de doscientos años de historia colonial, fue una nueva reconquista de América.
Al principio de su administración los Borbones se mostraron reacios a establecer cambios radicales, pero después de la humillante derrota de España en la Guerra de los Siete Años, que terminó con la captura de La Habana por los ingleses y con el retiro de la influencia francesa sobre América por la firma del Tratado de París, la metrópoli se sintió sola y amenazada por un enemigo cada vez más poderoso; sólo entonces se decidió efectuar cambios.
Antes de describir someramente lo que fueron éstas reformas, cabe señalar que partieron de dos intereses fundamentales: obtener ganancias y poder. No hay en ellas una concepción globalista de la sociedad, como el aportado por la visión tomista; tampoco se encuentra una preocupación filosófica, jurídica o moral que justifique las intenciones más prácticas de obtener utilidades y el deseo de acercarse al modelo inglés --la nueva potencia.
b. Reformas a la iglesia
Las reformas a la Iglesia tuvieron dos objetivos principales; uno político y otro económico.
Desde el punto de vista político se trató de reducir el poder de la Iglesia mediante ataques a la jurisdicción y a la inmunidad del cuerpo eclesiástico, quitando fueros y privilegios personales. A la orden religiosa que más se atacó fue a la Compañía de Jesús, ya que los jesuitas no estaban sujetos al Patronato Real y dependían directamente del Papa. Finalmente el 25 de junio de 1767, antes de rayar el alba, en la Casa de la Profesa y en todos los colegios de la Nueva España se presentó el ejército y el delegado del virrey les notificó que, por orden de Carlos 111, desde ese momento quedaban incomunicados y tendrían que salir rumbo a España, sin otra cosa que la ropa necesaria, un breviario y el dinero que perteneciera a cada quien. Todos los bienes de la Compañía, incluyendo libros y escritos de cada jesuita, quedaron bajo secuestro. La misma mañana en que se les puso presos, el virrey publicó la orden de destierro "con la prevención de que estando, todos los vasallos de cualquier condición y dignidad, obligados a respetar y obedecer las justas resoluciones del Soberano... deben saberlos súbditos del Gran Monarca de España, Que nacieron para callar y obedecer y no para discutir ni opinar en los altos asuntos del gobierno". A pesar de las precauciones tomadas por el Estado, que sabía del gran descontento que producirían éstas medidas, hubo motines populares en Pátzcuaro, Guanajuato, San Luis de la Paz y San Luis Potosí, con los que se trató de impedir la salida de los padres; sin embargo las represalias fueron tan grandes, que fueron ejecutadas 69 personas.
Durante la época de los Austrias la Iglesia llegó a controlar grandes extensiones de: tierra en la Nueva España. No obstante, este control fue esencialmente involuntario e indirecto. Como afirma Michael Costeloe, algunos terratenientes devotos gravaban sus propiedades para hacer donaciones destinadas a obras pías o bien contribuían con dinero a varias organizaciones que pertenecían a la Iglesia. Las primeras constituían hipotecas perpetuas y las donaciones en efectivo, junto con los diezmos, llegaron a ser una fuente de capital de inversión para los terratenientes que necesitaban dinero. Y como la Iglesia era la que controlaba estas importantes cantidades de activos, se convirtió de manera inevitable, en el banquero de la Nueva España (M. Costeloe, 1967 pp. 271-293).
Frente a esta situación, el objetivo económico de reformar a la Iglesia fue dado en 1804 en la Real Cédula sobre enajenación de bienes raíces y cobro de capitales de capellanías y obras pías para la consolidación de vales reales. La aplicación de ésta cédula le produjo a la Corona alrededor de 12 millones de pesos.
Las consecuencias de estas innovaciones fueron gravísimas, no sólo por el descontento que ocasionaron sino por los serios desajustes sociales y económicos que produjeron. Para que la Iglesia pudiera ciar al Estado lo que éste pedía, se vio en la necesidad de cobrar sus préstamos e hipotecas, lo que alteró toda la estructura productiva del virreinato, gestada a lo largo de dos siglos.
Las implicaciones sociales también fueron severas y afectaron a toda la sociedad, pues se redujo el papel social de la Iglesia en escuelas, hospitales, manicomios, orfanatorios, etc.; y además no se crearon substitutos de éstas. Hubo motines y se recurrió al ejército para sofocarlos. Esto también fue una novedad, pues la Iglesia había sido el gran pacificador social.
Antes, cuando había levantamientos eran los religiosos quienes salían a calmar a la plebe.
Bajo los Borbones, el instrumento favorito fue el ejército; se buscó reprimir y sujetar, no pacificar.
c. Reformas al gobierno
Una de las instituciones que más trató de combatir Gálvez fue la del virrey, porque consideraba peligroso que una sola persona tuviera tanto poder; para esto se utilizó el sistema de intendencias, copiado de los franceses y adoptado años antes en España. A la cabeza de las Intendencias se puso, gente que ejercía todos los atributos del poder justicia, guerra, hacienda, fomento de la economía y obras públicas. Esta reforma afectó a todos los poderes existentes anteriormente, desde los ayuntamientos hasta la Real Audiencia, incluyendo al virrey.
Por otra parte, el visitador se esforzó
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