Pensamiento Antioligarquico

Los primeros años de Ezequiel Zamora

Ezequiel Zamora, hijo de Alejandro Zamora y Paula Correa, nace en Cua estado Miranda en 1 de febrero de 1.817. No pertenecía a una familia poderosa, pero en las últimas décadas coloniales controlaban la propiedad territorial junto con la explotación de esclavos, peones y campesinos enfeudados. Su familia era blanca de orilla y forman parte de las categorías económicas socialmente oprimidas. Por esta razón, en sus ideologías están libres de ideas despreciativas hacía la población de color.

De esta manera, Ezequiel Zamora conoció desde temprana edad la represión política; lo cual hace que Zamora adquiera pronto noción de generosa abnegación, del integral sacrificio humano, del odio a la opresión “odio hacía los colonizadores”. En 1.821, muere su padre en la lucha por la emancipación nacional, la cual coincide con la independencia absoluta y la expulsión de los colonizadores europeos.

Finalizada la guerra de independencia, muy poco cambia el panorama; los terratenientes huyen hacia las Antillas esperando que pasara la tormenta, y luego comenzaron a regresar a Venezuela con intenciones de continuar llevando la cómoda vida de la sociedad colonial. Pero sus latifundios habían pasado a mano de otros propietarios; muchos de los soldados que regresaban de la guerra se negaban a someterse de nuevo a la esclavitud.

Es por esto que la población oprimida y de acusada rebeldía y sentido igualitario son elementos claves en el desarrollo de su formación humana. Ya para 1.810 la clase de los terratenientes criollos es el soporte más sólido de la denominación colonial, ya que debido a algunos movimientos como el alzamiento de los negros cimarrones hasta la conspiración de Gual y España, confirman plenamente esta afirmación. Luego, en ese mismo año proclaman la independencia pero con temores y recelos; pero cuando Miranda publicó la ley Marcial en 1.812 y llamó a los esclavos a las ramas, los pocos que se alistaron se desertaron y se enrolaron en el campo enemigo. Y no es que no amasen su libertad sino que la creía una red ofrecida por los que habían sido sus señores.

Seguidamente, un nuevo orden político en la republica de 1.811 sería un progreso ya que rompe con el esquema de la sociedad colonial, sin embargo no acaba con la estructura económica donde dominan las familias terratenientes y la burocracia identificada con las formas más atrasadas del Capitalismo, la usura y el comercio monopolista. Asimismo, el proceso de la lucha por la emancipación nacional, la masa popular venezolana denota una profunda desconfianza hacia la sinceridad política de sus amos transformados en hombres públicos.

Después, en el año 1.816 la oposición de la masa popular hacia la republica comienza a desaparecer cuando las montoneras rurales bajo el mando del llanero Páez, inician una política con relación a la abolición de la esclavitud. José Antonio Páez logra que el libertador promulgue la “Ley de Repartos”; reivindicaron democrática que completa la promesa de abolir la esclavitud ofrecida en 1.816 por el mismo Bolívar.

Por otra parte, entre los elementos intelectuales en la formación ideológica de Ezequiel Zamora se encuentra principalmente su familia, gente simple de corazón puro, entre ellos se destaca su madre Paula Correa, con el ejemplo de su abnegación hacia el esposo y los patriotas perseguidos, la cual brinda a sus hijos lecciones que difícilmente se aprenden en los libros o estudiando catecismo. Esta actitud, manera de ser consustancialidad con la sangre, los nervios y la propia existencia, es posición definitiva y permanente en Paula Correa. En 1.847, cuando para calmar su sed de sangre la oligarquía venezolana reclama el patíbulo para Ezequiel Zamora, la voz de Paula Correa se alza firme y resulta defendiendo públicamente la vida de su hijo, protestando contra los crímenes del Secretario del Interior Cobos Fuertes.

Otro verdadero formador del carácter de Ezequiel Zamora, es su maestro Vicente Méndez; la cual aplicaba una instrucción sistemática que en los primeros años recibe Zamora es un extremo rudimentaria, como se acostumbra en aquellas escuelas de la III república.: leer, escribir, nociones elementales de gramática y aritmética y doctrina cristiana.

También, en su formación se encuentra Juan Gáspers, un emigrante alsaciano casado con su hermana Carlota; éste es un francés alojado en América por la depresión antidemocrática de Europa. Él emigra a América huyendo de la reacción feudal-absolutista y atraída por la lucha que libran las naciones hispanoamericanas contra la denominación colonial. Gáspers introduce a Zamora en un mundo desconocido, ya que éste se trata de un hombre de ideas democráticas que ha participado en las luchas revolucionarias del pueblo francés y a quién le parece nuestra guerra de independencia un simple juego de niños en comparación con la revolución y las guerras de Europa; él contribuye poderosamente a despertar la sensibilidad democrática de Ezequiel Zamora. A través de sus relatos y conversaciones conoce Zamora la revolución Democrático-Burguesa de Francia.

De esta misma manera, en sus viajes a los llanos Zamora fortalece su amistad con el abogado y profesor universitario José María García su antiguo compañero de escuela, el cual populariza dentro y fuera de la universidad de Caracas. Esta desempeña un papel importante en la formación ideológica e intelectual del futuro caudillo de la revolución federal. Zamora recibe del antiguo compañero libros de historia, derecho, literatura política en general que lo inclinan al estudio y conocimiento de las revoluciones y movimientos sociales definidos por la presencia de la masa popular. El estudio individual, las lecturas, las pláticas y discusiones con José María García determinan que la intuición de los problemas sociales se transforme en Zamora un profundo ideal democrático e igualitario.

Finalmente, la niñez de Ezequiel Zamora fue dura, velada por las persecuciones, el temor y la lucha; pero más duros todavía fueron los años de hacerse hombre. En sí todos constituyen una preparación para el papel que había que desempeñar como organizador popular. En consecuencia, estos hechos determinan que en las luchas sociales en las que participa como figura de primer orden exprese con absoluta fidelidad los sentimientos democráticos y las reivindicaciones económico-sociales de la masa popular venezolana.

En 1.840 comienza a circular en Caracas el semanario “El Venezolano”, el cual es considerado por los ideólogos de la oligarquía como la base de la disolución social, la ponzoña venenosa que introduce “la discordia en el seno de la familia venezolana”. El venezolano era el núcleo formal del movimiento político tradicionalmente

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