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Roberto Clemente


Enviado por   •  5 de Abril de 2014  •  2.312 Palabras (10 Páginas)  •  279 Visitas

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Roberto Clemente

(Carolina, 1934 - San Juan Puerto Rico, 1972)

Para comenzar a conocer este gran Ilustre en la historia de Puerto Rico. Primeramente nació en el Barrio San Antón en Carolina, Puerto Rico el 18 de agosto 1934, Roberto Clemente era el más joven de cuatro hijos. Fue hijo de Melchor Clemente y Luisa Walker. Fue miembro activo de la Liga Atlética Policíaca, así como feligrés de la Iglesia Bautista de Carolina. A temprana edad sobresalía en la pista de carrera, ganando medallas en tiro de jabalina y carreras de corta distancia. No obstante, el verdadero amor de Roberto era el béisbol.

Gran Jugador del Béisbol Puertorriqueño. Roberto Clemente fue el primer latinoamericano que ingresó en el Salón de la Fama del Béisbol y alcanzó la cifra de 3,000 hits o golpes directos.

Sus comienzos en la Liga Local Puertorriqueña fue 1952 cuando Roberto Clemente comenzó a jugar en los Cangrejeros de Santurce y, se convirtió en la principal estrella del deporte aquí en su isla, también participó en varios de los mejores equipos norteamericanos (los Braves, los Dodgers, entre otros).

Ramiro Martínez, el octogenario comentarista deportivo Cubano que reside en Puerto Rico, se reunió con Clemente en 1954. "En el '54, conocí a Clemente por primera vez cuando debutó con el equipo Triple-A Liga Internacional de Montreal, los Reales, en el estadio de Montreal", recordó Martínez, que estaba conectado con el jugador durante casi todo el resto de su vida. "Aquí en Puerto Rico tuve la oportunidad de pasar tiempo con Roberto durante cada momento de su existencia. De hecho, mi primer contacto con el béisbol era varios años antes, cuando vi mi primer partido de la Liga Invernal de Puerto Rico entre los Cangrejeros de Santurce y los Senadores de San Juan. Había acompañado a mi bisabuela a ver a sus Senadores, el equipo al que perteneció el Legendario Clemente. Entre las estrellas de este equipo de San Juan eran dos Cincinnati Reds novatos: Johnny Bench y Mayo de Lee. En el equipo contrario, me acuerdo de estas estrellas que juegan: Paul Blair, Frank Robinson, Dusty Baker, Rubén Gómez y Juan Pizarro. Era una constelación de leyendas, pero el que me llamó la atención fue el número de los Senadores 21”. Recordaba Martínez

Clemente se destacó por su extraña manera de jugar béisbol. Le gustaba enviar lanzamientos hacia la derecha a pesar de ser un bateador derecho. Su estilo de correr las bases, moviendo todo su cuerpo salvajemente, era diferente. Al bate del equipo contrario, corrió automáticamente a la zona a la que se dirigía la pelota y la atrapó, lanzándolo de nuevo al diamante casi sin esfuerzo, sin que rebotara en el campo. Dejaba sin aliento a los espectadores cómo había llegado a un oponente fuera del plato con un lanzamiento desde lo más profundo del jardín central al ‘home’ sin rebotar la bola. En fin “un tiro perfecto”. Desde ese partido contra San Juan mucho siguieron leal al que nadie pensaba que llegaría a ser el Legendario Jugador.

Mucho llegaron a ver a Clemente hacer cosas que creían que era imposible y que los jugadores de béisbol muy pocos han igualado. Martínez sostiene que él nunca había conocido a nadie como Clemente. Más allá de sus hazañas en el campo de béisbol, el veterano comentarista deportivo destacó las cualidades del jugador fuera de él. "De las muchas, muchas personas que he conocido en esta línea dinámica radio y televisión de la obra, no he conocido a nadie con esas cualidades increíbles del humanismo y de la disciplina, de ser un buen padre, un buen hijo. Roberto fue un ser humano ejemplar ", dijo el periodista de televisión, que narró decenas de juegos de Clemente en la radio y televisión, incluyendo su hit número 3.000, un doble contra los Mets de Nueva York el lanzador zurdo Jon Matlack el 30 de septiembre de 1972. En caso de actuar por una premonición, Clemente hizo muchas cosas ese año, en el plano personal como en el campo. Martínez era un participante, tanto como periodista deportivo y también como promotor en varias de las actividades.

Ese año, 1972, él hizo de todo. Firmó como representante de Eastern Airlines, un proyecto que implicaba visitar a lo largo de los Estados Unidos, diferentes lugares de América Latina y diversos lugares de escasos recursos económicos, lo cual a él le preocupaba las personas que no eran privilegiadas de tener todo lo que él tenía. Iba a tomar una producción que sería narrado por José Ferrer y Orson Welles. Recordó también que parte del proyecto incluyó filmar varios niños en Pittsburgh, donde Clemente jugó casi toda su carrera en las Grandes Ligas, y un homenaje a los Piratas de jugada-por-jugada en ese entonces, Bob Prince. Durante esa actividad, Clemente convencido a dirigir el equipo de béisbol aficionado de Puerto Rico que viajó a Nicaragua, un acontecimiento clave en la historia.

De los pocos juegos que no tuvo mucha participación fue el que tuvo a su único turno al bate como bateador emergente en la novena entrada contra los Cangrejeros odiados: logró un largo elevado hacia el jardín derecho que fue un “out” para terminar el juego. Clemente no se mostró mucho como mentor a pesar de tener a varios de los jugadores de los Piratas arriba bajo su mando en ese año.

Si la memoria no me falla, San Juan no llegó a los playoffs, el doble de la pena para los aficionados y compañeros que vieron el fracaso de su héroe y amigo desde el “dugout”.

Clemente no era un fan de autografiar entrevistas, algo que no fue bien recibido por los periodistas en Puerto Rico de la época y no se ganó muchos amigos por eso. Siempre se mantuvo alejado de los aficionados durante los calentamientos, que fue más desalentador para los aficionados jóvenes. Que aspiraban a ser como él.

Finalmente y por cuatro mil dólares firmó en los Pirates de Pittsburgh (1955), equipo en el que llegó a ser uno de sus mayores leyendas y pieza fundamental de los triunfos logrados a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, que incluyeron cinco títulos de la Liga Nacional y las Series Mundial de 1960. Su récord dentro de ese equipo lo estableció como miembro regular de los Piratas de Pittsburgh por 18 temporadas (1955-1972); quién jugó en 2,433 juegos, tuvo 9,454 turnos al bate; anotó 1,416 carreras; (el undécimo de doce jugadores en lograr este hecho en la larga historia de los 135 años del béisbol incluyendo 250 cuadrangulares). En el campeonato de 1958, Roberto Clemente consiguió la proeza de eliminar a veintidós corredores rivales.

Cuando Clemente estaba de camino para golpear su hit número 3,000. Esto se trataba de un evento de magnitud incomparable en Puerto Rico. Era una época en la que las transmisiones

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