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Victoria Ocampo


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  6.058 Palabras (25 Páginas)  •  316 Visitas

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La inequidad entre hombres y mujeres es un tema que está presente en la cultura desde tiempos remotos, tanto en el ámbito público como en la esfera privada. Tales desigualdades de género han creado y promocionado brechas sociales, económicas, políticas, entre otras; donde se ha invisibilizado el rol de la mujer como protagonista y desarrolladora de nuevas ideas que pueden competir en el progreso de la sociedad.

El sistema patriarcal ha sido el causante principal de la exclusión de la mujer y de aquellos grupos minoritarios en diferentes áreas de desempeño intelectual, trasmitiendo los roles o las faenas que deben de cumplir tanto los hombres y mujeres sin derecho a interrumpirlas o a infringirlas y mucho menos esperar que el hombre se desenvuelva en una actividad que le corresponde a la mujer y viceversa.

El contexto social en su visión de género ha sido una construcción diversa donde se mueven diferentes formas de vida y fluyen diversas líneas de pensamiento, que han trascendido a tal punto que se han establecido relaciones culturales que han identificado al ser humano y lo han delimitado dentro de la sociedad a través de responsabilidades asignadas en un determinado momento de la historia, mediante costumbres, modales, conductas, entre otros aspectos que se deben de asumir para definir el papel del hombre y de la mujer en la sociedad.

Frente a la opresión social que eran sometidas las mujeres y las clases reprimidas por el sistema predominante, muchas de ellas se pronunciaron a favor de sus derechos y aspiraciones personales relacionadas con su condición y posición en la sociedad, esto con el fin de alcanzar autonomía en las decisiones y el poder para elegir las funciones que querían desempeñar.

Muchas de esas mujeres destacadas que buscaron la ruptura del poder y la emancipación de la mujer en pro de los derechos y las garantías sociales, se encuentra Victoria Ocampo, quien emprendió grandes esfuerzos para que la mujer tuviera voz y voto en una sociedad comprimida por las decisiones masculinas, que reducían el derecho a la educación y desarrollo intelectual de las mujeres de la época, de ahí parte la importancia de este trabajo, en investigar las contribuciones de esta notable mujer argentina.

Es por eso que este trabajo busca desarrollar los principales esfuerzos que Victoria Ocampo impulsó en el tema de los derechos a la intelectualidad de las mujeres argentinas a lo largo de su trayectoria social, en una sociedad circunscrita a la opresión de género y explotación de clase, que reducía el potencial de las mujeres para realizar aportes, construcción de ideas y estrategias para el desarrollo a nivel personal, familiar y social.

Mucho de los aportes que Victoria Ocampo realizó a la defensa de las mujeres se encuentran en las obras que publicó, donde se analizaran algunas de ellas con el fin de proyectar su pensamiento y sus ideas en cuanto al papel y protagonismo de la mujer en el contexto argentino que se desenvolvía en ese momento, a parte de las influencias que intenta trasmitir en la conservación y acceso de los derechos que tienen las mujeres como ciudadanas y como actoras sociales.

Objetivos del trabajo

Objetivo General

• Describir la trayectoria social de Victoria Ocampo a partir de sus principales esfuerzos por la defensa de los derechos a la intelectualidad de las mujeres Argentinas.

Objetivos específicos

• Analizar las luchas emprendidas por Victoria Ocampo en el área de la educación femenina en Argentina.

• Mencionar los principales aportes de Victoria Ocampo en pro de los derechos de las mujeres a través de los Testimonios.

Biografía de Victoria Ocampo

Victoria Ocampo nacida en Buenos Aires, Argentina; el 7 de abril de 1890, con nombre de pila Ramona Victoria Epifanía Rufina Ocampo. Sus padres fueron Ramona Aguirre y Manuel Ocampo, era la mayor de seis hermanas, perteneció a una familia de clase alta y de costumbres muy conservadoras.

En sus primeros años de educación tuvo la influencia de sus dos institutrices, la francesa Sandrine Bonnemaison y la inglesa Miss Kate, quienes la familiarizaron con la lectura y el pensamiento de escritores y escritoras de Europa; desarrollando en ella un pensamiento diferente y dotándola de conocimiento en idiomas como el inglés y el francés. Se le instruyó en otras áreas como historia, aritmética, ortografía y la música.

Debido a su núcleo social soporto ciertas prohibiciones, como la de realizar su gran pasión por el teatro y muchas otras a causas de su sexo. Como lo menciona Rosas:

Llevo el teatro en la sangre, soy una artista y, sin el teatro, no tengo alegría ni paz. Esta es mi verdadera vocación. Estoy harta de sentirme mal comprendida. Quisiera poder ser reconocida por lo que soy: una persona que piensa. Para ser verdaderamente y sinceramente feliz, una mujer debe ser vacía, sin ninguna inteligencia: o entonces, una tendrá que armarse de gran coraje. (Ballesteros. 1997: 64).

A pesar de esas prohibiciones, era una de las pocas mujeres que conducía automóviles, viajaba y decidía por ella misma, lo cual era imposible para otras mujeres de cualquier condición social.

Se casa en 1912 con Luis Bernardo Mónaco Estrada, viajan a Europa, y en pocas semanas se da cuenta que él no es un hombre que sobresalga, caracterizándolo a su manera como una persona convencional, ella lo cataloga de traidor al darse cuenta que se confabulo con su padre para que sus sueños de ser actriz desaparecieran.

Victoria supo situarse más allá de los límites impuestos a las mujeres argentinas de su época, se separó en 1922 rompiendo así con el estereotipo de que las mujeres casadas debían soportar el matrimonio aun cuando fueran infelices.

Fue destacada como una mujer de letras, abordo ciertos géneros literarios poco difundidos como el ensayo, la crítica y la investigación literaria. El primer artículo que logro publicar fue el 4 de abril de 1920 en La Nación, titulado Babel, estaba consagrado a una larga meditación sobre la igualdad y la desigualdad de los seres humanos.

Uno de los pensamientos de Victoria Ocampo fue que “La democracia debe ofrecer a cada individuo las mismas posibilidades y los mismos derechos”.

Victoria llego a ser embajadora de las letras hispanoamericanas en el extranjero y promotora de los escritores extranjeros en su país.

En 1924 publicó en la Revista de occidente, fue una mujer visionaria, gracias a sus cualidades y al nivel social que tenía pudo luchar contra los prejuicios de una época en que la mujer solamente debía cumplir con la misión de servir y satisfacer a los demás.

En 1931 funda la revista Sur, dando así un impulso a la vida social y profesional de Victoria. Vendiendo su primera publicación de 4,000 ejemplares en París y Madrid. Sur es la única revista hispanoamericana que cruzó las fronteras nacionales, el objetivo principal era sacar del anonimato a los mejores talentos hispanoamericanos, y dar a conocer los escritores extranjeros en América Latina, además de exponer algunos temas importantes que se desarrollaban en el momento.

Desde 1936, luchó por el mejoramiento de la condición femenina en Argentina, reivindicando sobre todo, por medio de peticiones, el derecho a votar. Renunció en 1938 a la Unión de Mujeres Argentinas, asociación que ella misma había fundado, preocupada por su causa hizo énfasis en que sus ideas no debían ser utilizadas para fines políticos. Victoria Ocampo era liberal, afirmaba que la igualdad de los derechos no debían en ningún caso oponerse en juego por otros objetivos: la política debía servir al feminismo y no lo contrario.

En 1941 gracias a Victoria Ocampo, apareció Lettres Françaises, la revista de R. Caillois, presentada como un suplemento trimestral francófono de sur.

El 8 de mayo del año 1953 fue encarcelada por el mandato de Juan Domingo Perón por sus ideas políticas debido a la posición de los miembros de la revista Sur, fue liberada el 2 de junio de ese mismo año, gracias a la intervención de Gabriela Mistral.

Victoria fue una mujer de ideas libres y fue aceptada en muchos países, entre ellos Francia, que le dio muchos reconocimientos, especialmente por los aportes que hizo a las letras francesas.

En 1962 recibió del gobierno francés la distinción de Officier de la Légion d´Honneur y Commandeur Ordre des Arts et lettres.

Para 1965 la Academia francesa le otorgo la médaille d´or du Rayonnement Français, en ese mismo año recibió el premio María Moors Cabot en New York a la publicación Sur.

En el año 1966 se le concedió el premio Vaccaro que fue entregado por primera vez a una mujer por el diario La Nación.

A finales del año 1967 la Universidad de Harward la denominó Doctor Honoris Causa, y fue la primera mujer argentina que formo parte de la Academia Argentina de la Lengua.

Hacia finales de la década del siglo XX Victoria se fue distanciando del ensayo clásico y dio paso a los testimonios y las cartas, estilo que realizo de manera notable. Sus obras más importantes fueron las serie de “Testimonios”, donde desarrolló diez volúmenes que fueron publicados entre los años 1935 y 1977, parte del contenido de los Testimonios agrega su autobiografía, que específicamente están en seis volúmenes de dicha obra, que fueron editados en los años de 1979 y 1984 después de su muerte.

En 1973, Victoria Ocampo dona a la Unión de Naciones para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) sus casas en San Isidro y Mar de Plata.

Victoria Ocampo fue Escritora, Traductora y Directora de la revista Sur, la contribución a la cultura de su país fue muy importante, no facilitó solamente su diálogo con el mundo masculino sino también el de Argentina con el resto del mundo.

Fue la única mujer autobiógrafa de su época que utilizo el yo público, durante su vida de Escritora luchó para mostrar la igualdad y procuró siempre mantener una visión del mundo.

Conocer personas importantes y relevantes en la vida como Waldo Frank, Mahatma Gandhi, Keyserling, Gabriela Mistral, Ortega y Gasset y muchos otros que conocieron la Argentina gracias a su invitación, fueron las mejores y mayores fuentes de las cuales ella podía aprender y tener una mayor visión de lo que deseaba no solo para Argentina sino para toda América Latina.

Existieron personas importantes en la trayectoria social de Ocampo:

Una de las personas más influyentes en la vida de Victoria Ocampo fue Virginia Woolf su contacto inicia en 1929, cuando en París llega a sus manos un, ensayo, Un cuarto propio. El descubrimiento del ensayo fue revelador, pues allí encontró una explicación para los padecimientos experimentados por muchas mujeres. Ocampo poseía la autonomía económica que le brindaba su fortuna personal, disponía de un cuarto propio, y, luego de su separación matrimonial en 1922, gozaba de amplia libertad de movimiento. Sin embargo, lo que ella no tenía, y el ensayo de Woolf lo mencionaba, era la autoconfianza que otorgaba a los escritores varones una tradición literaria contabilizada en siglos. Este libro, que decía tan bien lo que Victoria sentía y pensaba, según afirma su biógrafa Doris Meyer, se convirtió en un tesoro precioso y su autora, en una de sus heroínas (Salomone. 2006: 71).

Woolf fue un punto de apoyo para Ocampo en su vida como escritora y fue una de las mujeres que la impulsó en el feminismo argentino y Latinoamericano.

En sus Testimonios se refleja muchas de sus historias y su vida, procurando siempre que se le recuerde como una mujer que luchó por la igualdad de condiciones entre hombres, mujeres y grupos discriminados.

Muere el 27 de enero de 1979 en Villa Ocampo y se le recuerda como difusora de cultura y no como Ensayista.

Recordando una de sus ideas respecto al papel social de la mujer como sujeto y actora de cambios, escribió:

“La emancipación de la mujer, como la entendemos nosotros, no está hecha para alejarla del hombre, sino, muy al contrario, para acercarla a él de manera más completa, más pura y más consciente” (Ocampo. 1999: 58).

Luchas emprendidas a favor de la educación femenina

Victoria Ocampo se destaca por emprender una lucha en pro de los derechos de las mujeres, con el fin de que estas ocupen un lugar importante en el desarrollo de la sociedad argentina e inclusive en países de América Latina donde lograron llegar sus ideologías.

Según Cetraro, en la tesis Los testimonios de Victoria Ocampo como proyecto cultural argentino y moderno, se puede decir que los aportes literarios de Victoria Ocampo estuvieron relacionados con la traducción de textos, mayormente de literatura europea moderna, que significó una labor de difusión cultural, que a su vez simbolizó un puente cultural entre América y Europa hacia la consolidación de una cultura argentina moderna

Su participación como traductora de textos, promovió la lectura de muchas publicaciones extranjeras a las cuales pocos tenían acceso por el idioma original en que se escribían, esto permitió que las personas tanto hombres como mujeres pudieran ampliar sus conocimientos y conocer de diversos temas de los cuales no podían disponer por las limitaciones lingüísticas y por la exclusión que tenían las mujeres al conocimiento de las letras y la lectura.

Para Victoria la traducción es definida:

Como un arte y una re-creación. Y el buen traductor ha de merecer el mayor respeto. Sobre la importancia que ha tenido para mí esta actividad pueden dar fe los mejores traductores argentinos. El contacto con la literatura universal en excelentes traducciones es una necesidad para el enriquecimiento de la cultura de cualquier país. (Cetraro. 2009: 55).

Esto formó parte de una experiencia no solamente personal, sino que involucró a todo el pueblo argentino y demostró la habilidad intelectual de una mujer, que en instancia no eran reconocidas para ese tipo de trabajo y mucho menos que tuvieran la vocación para desempeñarlo efectivamente.

“La contribución de Victoria Ocampo no facilitó solamente su propio diálogo con el mundo masculino, sino también el de Argentina con el resto del mundo a través de la revista Sur” (Ballesteros.1997: 68).

A pesar de que Victoria Ocampo fuera de clase alta y tuviera capacidad, habilidad y destreza con las letras, no era aceptada en el campo intelectual como escritora, sino que fue considerada como una aficionada, incapaz de seguir en serio algún estudio, esto por el hecho de ser mujer.

“Lamentablemente resultaba que la mujer no siguiera en serio ningún estudio. En todo se la consideraba una aficionada (menos en fregar pisos, cocinar, lavar, planchar, entre otros), aunque demostrara capacidad para otras ocupaciones”. (Cetraro. 2009: 59).

Partiendo de las ideas de Vera, en la Revista Confluencia de Argentina, se puede decir que la fundación de la revista Sur, fue un refugio y una forma de exponer temas que tenían que ver con la libertad y la emancipación de la mujer, además representaría también una especie de resguardo donde poner a prueba la audacia y los miedos, además de las contradicciones y agudezas de Ocampo, aparte de exponer las sinrazones de la época y su posición personal frente a enormes temas: la guerra, el fascismo, la situación de la mujer, el lugar de América Latina en el universo literario, el peronismo, entre otros.

En la tesis, Los testimonios de Victoria Ocampo como proyecto cultural argentino y moderno, se destaca la participación de Victoria Ocampo como un modelo de lucha no solo por ocupar un lugar equivalente al de los hombres de la época, sino sobre todo por lograr que se acepte una moral privada igualitaria. Ocampo marca un punto de pronunciación en este proceso dando a conocer sus ideas y las disparidades que se desarrollaban en la sociedad, ya que es la primera mujer que toma una iniciativa cultura institucional que afecta a destinos intelectuales masculinos en el dominio político que regía en ese momento, Sur tuvo siempre la misma línea liberal. Siempre estuvo contra las dictaduras, la falta de democracia y los totalitarismos de cualquier índole. Fue decididamente antitotalitaria, situación que tiempo más tarde trajo complicaciones para Victoria.

En otras palabras, la revista funcionó como una herramienta estratégica para exponer no solo el pensamiento femenino, sino el sentido de libertad que necesitaba la sociedad y que además era urgente para establecer el cambio, estos aspectos no estaban lejos de la autenticidad y originalidad del intelecto de las mujeres y hombres hispanoamericanos en los temas de actualidad, y principalmente por impulsar la lucha por la defensa de los derechos y la igualdad de condiciones en temas laborales, intelectuales y públicos.

En la Revista Confluencia de Argentina, se afirma que la revista Sur se desenvolvió en un contexto argentino donde hubo, a comienzos de aquel siglo, organizaciones feministas que bregaron por elevar el status de ciudadanas a las mujeres. Respecto de esta problemática, donde se distingue la participación de Victoria Ocampo en la Unión de Mujeres Argentinas y las contribuciones personales dentro de la publicación de la revista Sur, que funcionó como un medio de comunicación que buscaba la equidad de derechos en las mujeres y en los sectores oprimidos de América Latina, especialmente en Argentina aun cuando las mujeres estaban ancladas a la historia del país, a su familia y a su clase, en pugna constante con el sistema dominante. Esta revista significó un espacio de lucha contra los prejuicios y discriminaciones sociales, en un entorno de debilidad democrática para las mujeres que les negaban sus derechos.

Este tipo de iniciativas devolvieron los ánimos a muchas mujeres que se habían estancado y resignado a un destino esclavista que era impulsado por las corrientes masculinas de la época, en otras palabras, el aporte que esta revista le trajo a la población femenina fue trascendental para que estas tomaran dominio de sí mismas y se superaran a través de la educación y del desarrollo de habilidades y capacidades que impulsaran el bienestar colectivo, aunque sea rechazado para ellas por la opinión pública y por coacciones sociales que existían.

La participación intelectual que otros autores extranjeros hacían en la revista, motivaba y retaba al colectivo femenino de Argentina y América Latina a esforzarse por alcanzar el derecho oportuno a la educación, que a su vez significa una necesidad relativa que tiene que ver con la condición y posición de las mujeres.

En este sentido si se impulsa la enseñanza y las mujeres se apoderan de su espacio logrando acceder a fuentes de información, incursionando en la tecnología, entre otros derechos; traerá reflexiones sobre cómo enfrentar las necesidades de las mujeres con dirección de cambio para el empoderamiento.

La desigualdad que existía entre los sexos fue una construcción social que se argumentaba en naturalizar de inferior a las mujeres, excluyéndolas de la reproducción filosófica, teológica, ilustrada y moderna, subordinándolas al matrimonio y a los deberes domésticos únicamente. En vista de tal situación la revista Sur fue una salida a este pensamiento que gobernaba el intelecto de muchas mujeres capaces y dotadas de conocimientos.

Ejemplificando lo anterior se podría decir que si se educa a la mujer para ser costurera o cocinera solo se está fortaleciendo el sistema patriarcal y reproduciendo el mismo sentido de esclavitud, mientras si se forma a la mujer para participar de los asuntos públicos y de orden político, económico y científico su impacto significará una estrategia para su empoderamiento e inclusión para su crecimiento como persona y transformación de su propia vida con autonomía.

Vivir y escribir en una sociedad patriarcal era tener ya cierto valor y requería de energías. El proyecto de una escritura totalmente ajena a las carencias en las cuales crecía una mujer, por ser tal, no estuvo entre los intereses de Victoria Ocampo, porque hubiera sido una forma de mutilación en el discurso femenino de lo que las mujeres tienen para decir y deben decir. (Vera. 2007:159).

El compromiso de Ocampo con el feminismo no llega a ser político, sino que se centra en el mundo de las letras. Luego de recibir el premio Vaccaro, en el Testimonio “Pasado y presente de la mujer”, declara: “La lucha, en mi caso, consistía en obedecer a una vocación: la de las letras, vencer en este sector, así fuera ínfima la victoria, era ayudar al gran movimiento de emancipación que estaba en marcha”. (Cetraro. 2009: 57).

En “Un tema de nuestro tiempo”, reitera la ocasionalidad de su intervención en la discusión sobre la situación de las mujeres, que se limita al área de las letras:

Pues todavía no se ha logrado una igualdad de derechos que nada tiene que ver con la masculinización de la mujer y que se convierta en marimacho o en marisabidilla, o en cualquiera de esas detestables versiones de la mujer, atribuidas al feminismo. Mi actuación ocasional en el feminismo se debe a las siguientes circunstancias. Digo ocasional, porque mi terreno es el de las letras y no el de la política. (Cetraro. 2009: 58).

Es evidente que la estrategia para Victoria no era ocupar un sitio preferencial en el aparato público político, sino a través de su talento, de su vocación literaria podría llegar a crear conciencia y reflexión a la población femenina.

Victoria, a pesar de ser una gran escritora latinoamericana que impactó con sus obras, también

Pertenecía al grupo de sufragistas que apoyaron la propuesta del gobierno de Perón y calificaba de ocasional su intervención en el feminismo sufragista porque lo suyo eran las letras y no la política, ya que una de las mayores preocupaciones feministas de Ocampo era la educación de las mujeres. (Cetraro. 2009: 89).

Según las ideas de Rosas, en su obra La escritora en la sociedad Latinoamericana, Victoria parte de su entrega y compromiso por la emancipación de la mujer, motivo que la llevó a luchar por el mejoramiento de la condición femenina en Argentina y a romper las brechas existentes que no favorecían a las mujeres, fue entonces a partir de 1936 que por medio de peticiones trató de reivindicar sobre todo, el derecho a votar.

Aunque su línea a seguir era la libertad femenina, dimitió en 1938 de la Unión de las Mujeres Argentinas, asociación que ella misma había fundado, porque sospechaba que la causa de las mujeres iba ser utilizada para fines políticos de un cierto grupo interesado. Entre las mujeres que formaban parte de la asociación había un desacuerdo y una diferencia fundamental en cuanto a la ideología las marxistas pensaban que la causa de las mujeres debía estar ligada a la lucha de clases, mientras que las mujeres de pensamiento liberal, como Victoria Ocampo, afirmaban que la igualdad de los derechos no debía en ningún caso ponerse en juego por otros objetivos, ya que la política debía servir al feminismo y no lo contrario.

La verdadera posición de Victoria Ocampo sobre la condición de la mujer no podía será más clara y sin equívocos. Una política que ella misma supo llevar con mucho coraje:

Quisiera que la suma de nuestros esfuerzos, de nuestras vidas, el noventa y nueve por ciento de las cuales permanecerán obscuras y anónimas, haga inclinar la balanza del lado bueno. Del lado que hará de la mujer un ser enriquecido, al que le sea posible la expresión total de su personalidad (no solo su expresión fisiológica); del lado que hará del hombre un ser completado a quien ya no le baste el monólogo y que, de interrupción aceptada, llegue naturalmente al diálogo. (Ballesteros. 1997: 67).

De esta forma Ocampo buscaba el inicio de una estructura social más justa, menos discriminante y sobretodo respaldada por el diálogo más que por presión política. En su inmenso interés por el bienestar intelectual de las mujeres y por la ruptura del poder masculino sobre la mujer, es que Victoria ofrece sus conocimientos para incentivar una cultura de cambio que sea gobernada por la democracia y por la equidad, donde la mujer pueda expresar sus ideas con libertad y tenga la oportunidad de capacitarse en aquello que siempre fue su anhelo o su aspiración, además de tener voz y voto de los aspectos públicos del entorno.

Sus constantes viajes fueron los que le permitieron tomar conciencia de su “americanidad”. Estos “destierros” son recurrentes en el discurso de los intelectuales de la época. En el caso de Ocampo, este destierro es doble, debido a su condición de mujer intelectual, que la mantuvo en una constante lucha por una “misión” en una sociedad que no era precisamente indulgente con las escritoras. Entonces, hizo uso de su poder económico y social para educarse a sí misma y educar a su Argentina, y a través de ello, construir una identidad personal y nacional. Victoria Ocampo dedicó gran parte de su vida, al igual que Sarmiento, a construir una “argentinidad” a su medida y a la medida de los intelectuales que la rodeaban. (Cetraro. 2009: 97).

Victoria fue una mujer emprendedora y exitosa que decide ingresar por sí misma a la educación formal, enfrentando las dificultades de expresión para las mujeres, situación que no la detuvo para emprender un debate ideológico basado en las libertades femeninas y en la necesidad de abrir el espacio a una tradición literaria femenina en la cual sustentar una escritura en América Latina.

No hay duda que la mujer es capaz de construir una nueva identidad social, cultural y personal, cargada de sentido original, y propósito que esté marcado por ellas mismas, y que en primera instancia esté lejos del maltrato físico y moral al que las mujeres se veían sometidas en dicha época.

Aportes de Victoria Ocampo en pro de los derechos de las mujeres a través de algunas obras: Testimonios

Victoria Ocampo fue una escritora reconocida que a través de sus textos mostró el descontento que sentía hacia la forma que eran tratadas las mujeres y como latino América seguía viéndose como una región sublevada por el mundo.

Sin embargo, Ocampo no se consideraba una feminista, ni siquiera se atreve a darle un significado al término, simplemente hace alusión a la definición encontrada en el diccionario Larousse ilustrado, el cual menciona como “única fuente de informaciones”. Victoria escribe el término de manera irónica, “En el Pequeño Larousse Ilustrado definen al feminismo de la siguiente manera:

“Tendencia a aumentar los derechos sociales y políticos de la mujer‟. Dan como ejemplo: “Fomentar el feminismo‟. Como quien dice fomentar la subversión”. (Cetraro. 2009: 57).

Las ideas feministas estuvieron presentes en sus textos, pero evitaba salirse del mundo de las letras, se mantenía alejada de la política. Ocampo declara: “La lucha, en mi caso, consistía en obedecer a una vocación: la de las letras, vencer en este sector, así fuera ínfima la victoria, era ayudar al gran movimiento de emancipación que estaba en marcha”. (Cetraro. 2009: 57).

Ocampo calificaba de ocasional su intervención en el feminismo sufragista porque lo de ella era la literatura y no la política. Se entiende político como propio de los partidos o de las elecciones. Una de sus mayores preocupaciones feministas era la educación de las mujeres. (Cetraro. 2009: 58).

En sus textos se evidencia su obvio descontento con la manera en que se trataba a las mujeres, en estos menciona la importancia de la educación de la mujer y su emancipación.

Referente a la palabra emancipación cuestiona su uso, denunciando el maltrato tanto físico como moral de las mujeres. (Cetraro. 2009: 77).

Palabras de Victoria Ocampo:

Lo único que me pregunto es si la palabra “emancipación” es exacta. ¿No convendría más decir “liberación”? Me parece que este término, aplicado a siervos y esclavos, se ciñe mejor a lo que quiero decir. No olvidemos que los intolerables métodos coercitivos que nacen tan naturalmente en los hombres y que las mujeres soportan con una naturalidad más extraordinaria aún, están todavía en vigor entre la gran mayoría. La historia de la esposa que se indigna porque un espectador apiadado quiere impedir a su marido golpearla se perpetúa y se reproduce en mil formas. El pensador inglés que afirma que el sexo masculino es sádico por constitución y el femenino masoquista, ha dado, a mi entender, con la explicación de ciertos enigmas. (II: 252).

Desde su perspectiva la emancipación, aclara que no se trata de tomar el puesto del hombre, sino de una lucha por defender el terreno de la mujer. En el testimonio II se evidencia donde toma una postura que se podría interpretar como política, al comparar su situación como escritora con las clases menos favorecidas, además dice que el objetivo de la emancipación es acercar el hombre a la mujer a través del amor. (Cetraro. 2009: 80).

La emancipación de la mujer, como yo la concibo, ataca las raíces mismas de los males que afligen a la humanidad femenina y, de rebote, a la humanidad masculina. Pues la una es inseparable de la otra. Y por una justicia inmanente, las miserias sufridas por una repercuten instantáneamente en la otra bajo aspectos distintos. Que un grupo de mujeres, por pequeño que sea, tome aquí conciencia de sus deberes, que son derechos, y de sus derechos, que son responsabilidades: tal es mi voto restringido y ardiente. Si las mujeres de este grupo pueden responder por sí mismas, podrán responder dentro de poco de innumerables mujeres. (II: 267).

Para Ocampo el feminismo y cada una de las demás luchas por la liberación de un tipo específico de esclavitud expresan la necesidad inmediata de una transformación socialista de la humanidad, aunque no es posible reformar ni revolucionar si ambas partes no están de acuerdo con los lineamientos que busca esta estrategia, ya que afectará a ambas partes constituyentes de la sociedad (hombres y mujeres), aunque sin lugar a dudas en sus obras y en sus diferentes discursos resalta la virtud de las mujeres como portadoras de un vasto potencial para la fuerza y el liderazgo revolucionario.

Victoria da a entender que la reivindicación de las mujeres es restringida: Es increíble, y hablo ahora sin ironía, que millones de seres humanos no hayan comprendido aún que las actuales reivindicaciones de la mujer se limitan simplemente a exigir del hombre que deje de considerarla como a una colonial por él explotada, y que llegue a serle el país en que vive. (II: 253).

Referente a como considera Victoria los padecimientos de la mujer en su país y en los demás países queda bastante claro que la señora Ocampo no ve fronteras o límites para los clavarios sufridos por el sexo femenino, a la hora de solicitar derechos como ser humano. Se puede ver la forma en la que Victoria Ocampo fue introducida por Virginia Woolf en la escritura de la mujer.

Virginia Woolf es la primera referente en la etapa de madurez de Victoria Ocampo y fue gracias a su modelo que Ocampo se familiarizó con la escritura femenina “universal”, fue cuando leyó Un cuarto Propio, ensayo publicado en 1929 por Virginia Woolf, que Victoria encontró una explicación para los padecimientos experimentados por muchas mujeres con inquietudes intelectuales en el marco de la cultura moderna y patriarcal. (Cetraro. 2009: 61).

La preocupación de Ocampo sobre la situación de la mujer sobrepasa las fronteras nacionales “Así pues, la suerte de la mujer sudamericana concierne vitalmente a la mujer española y a la de todos los otros países”. (II: 286).

Por otro lado, la atribución cultural de los países viene a determinar el desarrollo ideológico de la sociedad, por esta razón es que es importante la educación materna, para así, influenciar el desarrollo de los niños positivamente.

Para Victoria las bases de la educación y la mentalidad que un ser humano va a tener sobre la precepción de sus congéneres se inicia en la etapa base del crecimiento, por lo tanto, la primera responsabilidad esta delegada a las madres. En la medida en que está dedicada al niño, futuro hombre. Es desde el lecho materno en donde se inicia el cambio de mentalidad. (Cetraro. 2009: 79).

Creo, pues, que todo lo que lleve a despertar la conciencia de la mujer para darle noción exacta de sus responsabilidades, para elevar su nivel espiritual, para que su educación se haga en las condiciones más perfectas posibles, análogas a las del hombre; para que se le acuerden todos los medios que ayuden al desarrollo de todas sus facultades, sean las que fueren, eso es lo que nos interesa esencialmente. Lo demás vendrá por añadidura. (II: 260-261).

Como medida provechosa, Victoria se beneficia de su posición social y del conocimiento que los demás tienen de ella para acercarse a las mujeres y tratar de dejar un mensaje, en forma de semilla que germine en costumbre provechosa para el sexo femenino. Tomando como medio de comunicación su documento Es la necesidad de expresión de la mujer.

En el ensayo, Es la necesidad de expresión de la mujer, Ocampo incita a las mujeres a expresarse, beneficiando a la literatura y a la edificación de una tradición femenina. En palabras de María Rosa Lojo acerca del ensayo de Ocampo:

Desde una percepción intelectual no menos valiosa, hablarán, por fin, de sí mismas, y también de los “otros”, los varones, tal como los varones han hablado de ellas:

Y es a la mujer a quien le toca no solo descubrir este continente inexplorado que ella representa, sino hablar del hombre, a su vez, en calidad de testigo sospechoso. Si lo consigue, la literatura mundial se enriquecerá incalculablemente, y no me cabe duda de que lo conseguirá. (Cetraro. 2009: 81).

Ocampo explica, con el estilo que la caracteriza, este proceso monológico por excelencia en el hombre, lo que se puede entender como una forma de escritura egocéntrica por parte del hombre y concretamente dialógica en la mujer.

Durante siglos, la mujer se ha resignado a repetir remanentes del monólogo masculino, disimulando a veces entre ellas algo de su intelecto: “El monólogo del hombre no me alivia ni de mis sufrimientos ni de mis pensamientos. ¿Por qué resignarme a repetirlo? Tengo otra cosa que expresar. Otros sentimientos, otros dolores han destrozado mi vida, otras alegrías la han iluminado desde hace siglos.” (II: 273-274).

Victoria menciona que las mujeres han tratado de expresar de acuerdo a sus destrezas, medios y vocación, caso de Marie Curie, Virginia Woolf, Gabriela Mistral y María de Maetzu. Sin embargo, ella considera que pertenece a una generación de mujeres que no están listas para realizar un cambio definitivo en esta situación, entiéndase como situación al hecho de ser minimizadas en sus campos por más que demuestren su talento. (Cetraro. 2009: 83).

“Nuestras pequeñas vidas individuales contarán poco, pero todas nuestras vidas reunidas pesarán de tal modo en la historia que harán variar su curso” (II: 283).

No solo habla con sus escritos acerca de la necesidad de la mujer por liberarse de una sociedad patriarcal, sino que dio el ejemplo con sus acciones, una buena muestra de esto es el hecho de que se separara de su esposo, se separó en una época en donde el divorcio no era permitido y era muy mal visto una separación. Así, una vez más, rompió con un estereotipo, en este caso con el que dictaba que las mujeres casadas debían soportar el matrimonio aun cuando fueran infelices. (Proyecto Villa Ocampo. 2013).

Con su primer nota, al diario La Nación, titulada Babel, ella da a entender al pueblo argentino su preocupación por la igualdad entre la humanidad, sin importar su género y condición social. (Ballesteros. 1997: 65).

Basado en lo anterior descrito y haciendo una recopilación de lo redactado por Victoria Ocampo es fácil concluir que sus aportes al movimiento femenino no se limitaron a Argentina, sino que cruzó fronteras, se explicó tanto a hombres como a mujeres y sus palabras aún permanecen en las bases de los pensamientos actuales.

Conclusión

A lo largo de la investigación queda descubierto que no hay duda de que la mujer ha sido víctima de misoginia y de esclavitud tanto física como moral, aunque por mucho tiempo la historia de las mujeres ha estado marcada y subordinada por el sistema patriarcal hasta ser reducidas y minimizadas como ciudadanas y actoras sociales, también han existido mujeres capaces de revelarse contra el patrón y la estructura predominante, demostrando que tienen capacidades originales y que están facultadas para pensar en pro del bienestar colectivo, y que además tienen la obligación y el derecho de decidir por sí mismas el destino que consideren pertinente para sus vidas y sus familias.

Victoria Ocampo fue una de esas mujeres transformadoras no solo de su propia vida sino de toda una América que escondía y prohibía la participación de las mujeres en los asuntos relacionados con la familia y con la sociedad.

A través de sus obras y de sus textos en la revista Sur fue que Victoria comenzó alzar su voz y a revelar su pensamiento a favor de las mujeres que habían sido silenciadas y que a su vez eran víctimas de rechazo social en cuanto a temas de actualidad y de derechos humanos. Esta notable e inteligente mujer argentina utilizó la literatura como una estrategia de emancipación femenina, que era posible si las mujeres se unían para hacer valer sus derechos con equidad y democracia, sin discriminarse a ella misma con respecto al hombre.

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