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ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DE TALCOTT PARSONS

2 de Marzo de 2014

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BREVE ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DE TALCOTT PARSONS

CONCEPTO DE EDUCACIÓN DE TALCOTT PARSONS

Parsons define la educación como un proceso funcional y selectivo a través del cual el individuo construye su personalidad y se ubica estructuralmente dentro de un sistema social igualmente selectivo.

Corresponde a la educación seleccionar y formular las normas, valores, creencias, reglas y patrones de comportamiento del hombre, que le permitan adecuarse con más eficacia a las necesidades del grupo social y a su contexto mayor. Ello ha de determinar los contenidos presentes en dicha educación.

La educación es responsable de la movilidad social y permite que el hombre adquiera un status y el rol que le corresponde desempeñar en la vida social. Se entiende la vida social como “una progresiva carrera por el logro de posiciones y la internalización correspondiente de pautas”; por ello “toda adquisición de hábitos, técnicas, capacidades, contenidos cognoscitivos, etc., significan adentramiento y penetración sistemática en sus significados, instituciones formales e informales que importan un proceso educativo diferenciador”77. La educación es entonces un factor determinante de estratificación al configurar al grupo de acuerdo a calificaciones, realizar una selección social y asignar status.

Teoría social

BREVE ANÁLISIS DEL PENSAMIENTO DE TALCOTT PARSONS

Pongo a disposición de ustedes un documento que un profesor argentino escribió para sus alumnos. Me lo envió un estudiante nuestro, muy crítico de la excesiva simplificación y esquematización de los apuntes que yo redacto personalmente o pongo a disposición de los alumnos, que también los he puesto al día, facilitado y reordenado. Mi crítico quiere literatura más desafiante, más académica. Por lo contrario, yo pienso que es mejor que el alumno no se vea enfrentado a un texto difícil de desentrañar y que ocupe su tiempo en entender y aplicar las ideas básicas que ahí se proponen. Por ejemplo, es habitual que los artículos tengan frases muy largas, con muchas frases intercaladas que son disgresiones y digresiones, hipervínculos como se dice en informática, con comentarios que vinculan el discurso principal con otros pensadores o con materias relacionadas. La mayoría contiene precisiones que no interesan fuera del ámbito de las disciplinas específicas, yo los elimino. Prefiero trabajar para no enredar y hacer perder tiempo a los estudiantes en asuntos que no tienen valor para ellos.

La redacción generalmente es poco amigable con los lectores. Por ejemplo, los autores no se sienten obligados a repetir el sujeto, para mi manera de ver, esto crea un cierto grado de ambigüedad ¿De quién es la idea del profesor argentino que escribe, de él, de Parsons o de Weber? Se supone que el lector sabe lo suficiente para no confundirse: Tampoco se sienten obligados a buscar un vocabulario simple, ni de utilizar los innumerables elementos que permiten ordenar y aclarar una presentación. Menos aún usar negritas, cursivas, subrayados y otras herramientas.

En este apunte argentino metí mano al final y ordené una idea muy buena, separé lo predicado sobre "los sistemas sociales estables y ordenados" de aquellos que no lo son y están en crisis. Anómicos - como dice el autor - utilizando un concepto que, por supuesto, no lo define para sus alumnos. Durkheim introdujo la palabra anomia ("sin normas") para designar aquellos casos en que la crisis es tan profunda que el sistema normativo se viene abajo.

Creo que un autor debe darse el trabajo de corregir para que su escrito se entienda y, más todavía, no pueda entenderse de otra manera. Ahora al texto anunciado. A2

28 de sept. de 2004 Saludos VN

Parsons, un pensador convertido en leyenda, ha sido encasillado en la corriente del “funcionalismo normativista”, además de una variedad de apelativos, tal como: "teoría general de la acción", "teoría de la acción social", pero se puede afirmar con cierto grado de certeza que el funcionalismo normativista es el que mejor le “calza”.

Esta afirmación se ve reflejada por el predominio explicativo del normativismo-valorativo, lo que no se debe entender como un determinismo culturalista, sino que a pesar de que los límites posibles de acción son establecidos por las condiciones materiales, estas no le otorgan dirección sino que ésta viene a través de los valores culturales. Esto es que un conjunto de condiciones materiales dejen entrever una variedad de cauces de acción; cuál de estas será elegida, vendrá orientada por el techo normativo valorativo.

Por otro lado, concibe como un sistema de acción el adoptar, con perspectiva funcionalista el análisis de la estructura social. Parsons parece entender el funcionalismo como la resultante de dos vertientes intelectuales, Malinowski y Pareto.

Podríamos caracterizar a la obra de Parsons como difícil, extensa, cuestionable en su interior, afianzada en una particular concepción del quehacer teórico en sociología, que le dan un perfil distintivo y peculiar a su visión.

Como resultado a la difícil conceptualización y a lo denso de su trabajo, muchas veces se ha adjudicado cierto grado de inteligibilidad a la traducción del inglés, así se explican ciertas afirmaciones erróneas de su obra, podemos así decir que la obra parsoniana no es un dechado de claridad y sencillez, mucho menos podemos estereotipar al “funcionalismo normativista” con un enfoque conservador y así se ahorrarían muchas críticas.

Agrava aún más el volumen considerable de su obra, con más de un centenar de artículos, traducciones y quince libros, su interpretación global se ve afectada por una suerte de modismo en lo que refiere al ataque a sus obras, con lo que podemos afirmar que se puede estar o no de acuerdo con Talcott Parsons pero nunca ignorarlo completamente.

Tanto es así que se discute la existencia de más de un Parsons, a pesar de sus esfuerzos por demostrar que cada obra suya suma al desarrollo progresivo y sistemático de ideas larvadas en teorías anteriores, lo que hace que diste mucho en ser reconocidas con unanimidad la continuidad y unidad interna de sus obras. Incluso según algunos detractores el “Sistema Social” supone una ruptura en la línea de pensamiento, percibiéndose dos esquemas de acción diferentes, tanto en sus premisas fundamentales cuanto en las perspectivas motivacionales, además del tipo de datos abarcativos, hipótesis que subsumen, carácter y alcance de la teoría sustentiva de inspiración.

El cúmulo de argumentaciones alienta esta dualidad parsoniana, que tiene punto de inflexión en un antes y un después de “Sistema Social”, señalando el abandono del esquema voluntarista de la acción y una poco fiable adopción del modelo freudiano, dando más importancia a la estructura que a la acción.

Desde otro ángulo se resalta la básica unidad a lo largo del tiempo, afirmando conceptualidad y argumentabilidad aportando desarrollo de ideas implícitas en los puntos fundamentales, dando entonces cierta coherencia interna a pesar de defectos que posee su obra.

A modo de diferenciación podemos profundizar la polémica y afirmar que no existe una única lectura tanto de Parsons como de ningún otro autor, máxime con una obra tan amplia, llegando incluso a aportar un intento de integración con un enfoque solo de una visión de la realidad desde un sitio de observación ubicado en la acción social y estructura social. O sea conciliar en un único esquema la micro y macrosociología. Esto nos provocará una catarata de discusiones dado que muchos analistas las consideran mutuamente excluyentes, con enfoques de negación una con la otra, pero si se pretende enlazar, tender un puente entre ambas orillas, poniendo de relieve su continuidad básica, observando el camino seguido.

A todo esto, al estudiar su peculiar concepción de la naturaleza del análisis teórico, teniendo en cuenta la coherencia lógica, aludiendo a la organización, ínter relación, mutuo contexto de los conceptos y las relaciones epistémicas referidas a las conexiones entre el nivel de los conceptos, proporciones abstractas y fenómenos empíricos encontramos un contraste neto con una concepción lógica experimental, poniendo énfasis en el aspecto sistémico de coherencia interna, enviando a segundo plano los aspectos epistémicos.

Es decir que sugiere, como estrategia para captar la realidad, concentrarse en aspectos sistémicos de las categorías analíticas, dejando en plano secundario la operativización y contrastación empírica.

Este “realismo analítico”, que lo seguirá de por vida, se ve fuertemente influenciado por su formación científica como biólogo aunque nutrida por cursos de economía, literatura, filosofía, en síntesis una educación heterodoxa, pero con un marcado sesgo a las ciencias naturales que lo llevó a realizar esquemas clasificatorios reflejando sistemática y ordenadamente la realidad mediante hipótesis causales experimentales verificables; a lo que podemos decir que el significado de teoría está más cerca de la clasificación que de la explicación causal.

Esta tendencia se ve sustancialmente reforzada por Whitehead en “Sience and the Modern World” (1926), donde afirma que “la armonía razonable de lo que es” se ve sostenida por el orden de la razón encontrando la contrapartida en el orden de la naturaleza. Por lo que cuanto más coherente sea

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