Agrocombustible

¿Cómo Puede Ayudarnos El Principio De Precaución, Para Prevenir Una Catástrofe Ambiental Y Social Con La Producción De Los Agrocombustibles?

Quiero centrar este ensayo en el Principio de Precaución que tanto se menciona en la Conferencia y que constituye un elemento clave en la justificación o no de los determinados procedimientos que esconden mentiras, como la de los llamados Agrocombustibles. No se puede poner en duda que la ciencia es el pilar del progreso humano, pero precisamente por ser humana es falible y tiene que ser sometida a verificación en la experiencia para ser tomada como veraz y por ende, confiable. Es por eso, porque todos sus enunciados deben ser sometidos a experimentación y no ser aceptados hasta su completa comprobación por lo que se llama ciencia y no fe. No podemos tener fe, por ejemplo, en una supuesta “Salvación Ecológica del Planeta” promovida por corporaciones y gobiernos. Lo que hemos visto hasta ahora es que los grandes emporios y los gobiernos de países ricos, lo que menos quieren es salvar el planeta, si ello conlleva el detrimento de su poder financiero y político.

De ello se deduce que la ciencia no puede prestarse a tales falacias porque su modo de ser radica en la verdad y ese debe ser su imperativo categórico. El principio de precaución constituye por tanto el caballito de batalla que una sociedad subdesarrollada como la Colombiana posee para desarrollarse autónomamente o, por el contrario, para ser solo la despensa de los poderosos hasta cuando se agote. Sin embargo ¿Es suficiente?

Los Agrocombustibles han sido recomendados como la solución a los problemas más apremiantes que enfrentan las sociedades industrializadas y el planeta. Sus promotores alegan que reducen las emisiones de gas invernadero, evitan el fin del ciclo de crecimiento industrial basado en hidrocarburos, son sustentables y renovables, que aumentan la seguridad en energía y que ayudan a los granjeros. Sin embargo, uno a uno de estos puntos ha sido rebatido y es la ciencia a quien corresponde dar su última sentencia y al gobierno y las sociedades involucradas actuar o no de manera precavida si un estudio presenta controversias y si presenta falencias o debilidades las cuales pueden poner en peligro la supervivencia misma del planeta, debe ser sometido incluso a pruebas más rigurosas.

Los científicos y Ecologistas todavía sostienen intensos debates con respecto a los pro y los contras de los Agrocombustibles. Los estudios se contradicen a sí mismos en cuanto a si la generación de energía neta es positiva o negativa, o si las emisiones de gas invernadero y la contaminación se incrementa o disminuye, y como los costos y la eficiencia de energía se pueden solucionar. Pero a diferencia de los debates científicos el consenso político ha sido tan veloz y poderoso que sorprende, el por qué se haya mirado a países como Colombia para llevar a cabo un proyecto tan “viable” para el planeta entero. Esto de por sí resulta sospechoso considerando la fuente del proyecto. Como se recalca en la Conferencia “El boom de los Agrocombustibles surge a partir de las necesidades de energía y de la reducción de consumo de petróleo de los países Europeos y de los Estados Unidos principalmente, que han encontrado en los países Latinoamericanos las condiciones ideales para producirlos, una despensa a lo que pueden acudir para que puedan seguir manteniendo su desaforado ritmo de consumo…1”

En primer lugar, que el principio de precaución es un concepto

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