Angina De Pecho
luciaot9 de Octubre de 2014
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Tipos de angina de pecho
Según la Sociedad Española de Cardiología se pueden distinguir tres tipos de angina:
• Angina de esfuerzo: es aquel dolor provocado por una actividad física, o cualquier situación que conlleve la realización de un esfuerzo que suponga una mayor demanda de oxígeno por parte del miocardio. Es un dolor que suele ser breve y que desaparece al interrumpir el esfuerzo que lo originó, o con la administración de nitroglicerina (vasodilatador).
• Angina de reposo: es aquella que se produce de manera espontánea, es decir, sin relación alguna con el esfuerzo. En cuanto a su duración, es muy variable, siendo en ocasiones episodios de dolor prolongados que se asemejan a un infarto. Hay que destacar un subtipo que es la angina variante, vasoespástica o de Prinzmetal, la cual ocurre en reposo, de forma brusca y, sobre todo, durante el descanso nocturno.
• Angina mixta: en este tipo se agrupan todas aquellas formas donde coexisten características de la angina de esfuerzo y de la de reposo al mismo tiempo.
Otra forma de clasificarlas mucho más práctica es:
• Angina estable: correspondería con la angina de esfuerzo en la que sus características y la capacidad funcional del paciente (que refleja la habilidad de los individuos para desarrollar actividades que son parte de la vida independiente y productiva de estos) no se han modificado durante el último mes. Se debe a una reducción del aporte de oxígeno de manera transitoria y con buena evolución.
• Angina inestable: aquella de evolución imprevisible y pronóstico variable; es decir, no podemos saber cómo va a evolucionar: si hacia la curación, o si progresará hacia un infarto. Se agrupan bajo este término la angina de reposo y la angina acelerada o progresiva, que es la angina de esfuerzo que ha empeorado en cuanto al número de episodios, intensidad del dolor, o nivel de esfuerzo con el que aparece. Se debe a una obstrucción no total en una arteria coronaria; no suele conllevar complicaciones, pero sí es de peor evolución que la anterior.
• Angina variante, vasoespástica o de Prinzmetal: es una variedad de angina inestable que se manifiesta de forma brusca, y frecuentemente durante el reposo nocturno. Al contrario que en la angina inestable y en el infarto, el mecanismo causante de este problema no es la oclusión de un vaso, sino que se debe a un cierre espontáneo del vaso coronario (vasoespasmo). La causa de este vasoespamso no está del todo aclarada, aunque es más frecuente en fumadores y en personas con cifras altas de colesterol y de tensión arterial. Puede ocurrir en arterias coronarias sanas o en coronarias con lesiones de ateroesclerosis. Puede desdencadenarse por el frío, estrés emocional, consumo de ciertos medicamentos o de drogas como la cocaína. Este cuadro es frecuente en gente joven.
El pronóstico de estos pacientes depende fundamentalmente del estado de sus vasos coronarios. Un grupo importante de pacientes presenta buena evolución con periodos largos sin síntomas. Otra parte de los enfermos presentan lesiones en las arterias coronarias graves y constituyen un grupo de alto riesgo, con una incidencia de infarto y muerte durante el primer año del 20 y 15%, respectivamente.
Síntomas de una angina de pecho
Síntomas de la angina estable
El enfermo típico con una angina de pecho estable es un varón mayor de 50 años, con factores de riesgo de lesión coronaria (tabaquismo, hipertensión, diabetes, concentraciones altas de colesterol…), que presenta una molestia a nivel torácico (pecho) que comienza de forma progresiva cuando realiza esfuerzos de una determinada intensidad. Esta sensación se describe como malestar, opresión, compresión, asfixia o, incluso, ardor o dolor sordo, siendo más frecuente que se trate de una molestia que de un dolor franco. El paciente localiza esta sensación desagradable en el tórax, siendo típico que se toque el esternón para ubicarlo, aunque no es raro que exista difusión del dolor hacia los lados, o incluso que aparezca en otra zona del pecho, en el cuello, en la mandíbula, en los brazos, o a nivel del estómago.
El dolor anginoso podría extenderse a otras partes del cuerpo como son el hombro izquierdo o ambos brazos, hacia ambos lados del pecho, hacia la parte alta del cuello y mandíbula, etcétera. Aunque esto es más propio de las formas agudas de la isquemia miocárdica, como son la angina inestable o el infarto. En cuanto a la duración de este cuadro, el episodio suele oscilar entre cinco y diez minutos, siendo siempre inferior a treinta minutos.
El desencadenante del dolor suele ser el ejercicio físico, aunque existen otro tipo de circunstancias que también podrían provocarlo como es, por ejemplo, una emoción intensa (estrés, angustia, miedo, frustración…). En algunos pacientes la molestia se desencadena siempre con la misma intensidad de ejercicio (se habla entonces de umbral fijo), mientras que, en otros, un mismo ejercicio provoca la molestia a unas horas pero no a otras (umbral variable). Cuando finaliza el esfuerzo desencadenante los síntomas diminuyen, o incluso desaparecen, como máximo de uno a cinco minutos después de su conclusión. Lo mismo sucede cuando se administra nitroglicerina sublingual, que es un fármaco cuya acción consiste en aumentar el diámetro de las arterias coronarias, provocando de esta forma una mayor entrada de sangre y oxígeno al corazón.
Síntomas asociados
Son también importantes los síntomas que acompañan al dolor, como la presencia de fatiga durante la molestia y los denominado síntomas vagales o vegetativos, que son por ejemplo la sudoración fría, las náuseas y los vómitos…
Clasificación de la angina estable
Es interesante clasificar la angina de esfuerzo según su gravedad clínica y la limitación funcional que impone al paciente. Así, la Canadian Cardiovascular Society divide el cuadro en cuatro grados:
• Grado I. La actividad física ordinaria del día a día no causa dolor; este aparece con los esfuerzos muy intensos, rápidos o prolongados.
Grado II. Limitación leve de la actividad física; el dolor aparece al caminar con paso normal dos o más travesías, o subir más Tratamiento de una angina de pecho
• Ver tratamiento de la angina estable
• Ver tratamiento de la angina inestable
Angina estable
El tratamiento tiene dos objetivos: aumentar la supervivencia y controlar los síntomas para conseguir una mejoría en la calidad de vida.
El plan terapéutico debe consistir en: la explicación de la enfermedad con actitud tranquilizadora; la identificación y el tratamiento de los factores agravantes; la adaptación de la actividad; un tratamiento farmacológico, y la consideración de técnicas de revascularización.
Detección y control de los factores de riesgo cardiovascular
El primer paso es el control de los factores de riesgo, fundamentalmente de la tensión arterial, el tabaquismo, la dieta rica en grasa y el alcohol.
Además, existen algunas enfermedades que pueden precipitar la angina de pecho como son: las lesiones de las válvulas del corazón, la hipertensión arterial, el hipertiroidismo, alteraciones del músculo cardiaco, enfermedades pulmonares, etcétera. Por esto, tanto su identificación como su tratamiento son un paso fundamental para el control de este cuadro.
Educación del paciente
La educación del paciente ocupa un lugar importante en el tratamiento. Es imprescindible que entienda bien su enfermedad, por lo que se debe dar toda la información posible a estos pacientes, animándolos a desarrollar una vida normal.
El paciente debe conocer cuáles son los esfuerzos que desencadenan su angina para evitarlos, así como cuáles son los momentos del día donde presenta menor tolerancia al ejercicio, como la primera hora de la mañana, inmediatamente después de las comidas y durante la época de frío. Por otro lado, es recomendable la práctica diaria de ejercicio moderado como, por ejemplo, caminar, ciclismo, tenis…, teniendo siempre en cuenta que todo esto dependerá de la sintomatología y gravedad de cada paciente.
Tratamiento farmacológico
Durante la crisis de dolor. En esta fase el tratamiento de elección es la nitroglicerina que, como se ha indicado, actúa aumentando el diámetro arterial, con la consiguiente llegada de más flujo sanguíneo al corazón. El paciente debe recibir información sobre su modo de empleo para las posibles crisis futuras. La nitroglicerina debe tomarse tan pronto exista dolor, o incluso antes de realizar actividades que presumiblemente van a desencadenar un episodio de angina. Si con estas medidas el dolor no cede, debe sospecharse la posibilidad de un infarto de miocardio.
Tratamiento a largo plazo. Se considera que el uso de aspirina (u otro antiagregante), de estatinas (para disminuir los niveles de colesterol), de betabloqueantes (para disminuir la demanda de oxígeno) y de los IECA (inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina que regulan la presión sanguínea) mejoran claramente la supervivencia y previenen acontecimientos isquémicos futuros, por lo que su empleo es indispensable, siempre que no existan contraindicaciones para su uso.
Restablecimiento del flujo sanguíneo
En los pacientes en los que la angina no se controla con el tratamiento médico, o cuando todavía existe miocardio en riesgo (es decir, que hay una lesión isquémica activa), el mejor tratamiento es aquél que permita restablecer el flujo de sangre al corazón (revascularización miocárdica). Existen dos técnicas que permiten tal cosa: la angioplastia coronaria transluminal percutánea (ACTP) o
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