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BIOLOGÍA DEL FENÓMENO SOCIAL

jineth17Tesis19 de Septiembre de 2013

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BIOLOGÍA DEL FENÓMENO SOCIAL

Autor: HUMBERTO MATURANA R.

Fuente: http://www.ecovisiones.cl

INTRODUCCIÓN

Los seres humanos somos seres sociales: vivimos nuestro ser cotidiano en continua imbricación con

el ser de otros. Esto, en general, lo admitimos sin reservas. Al mismo tiempo los seres humanos

somos individuos: vivimos nuestro ser cotidiano como un continuo devenir de experiencias individuales

intransferibles. Esto lo admitimos como algo ineludible. Ser social y ser individual parecen condiciones

contradictorias de existencia. De hecho, una buena parte de la historia política, económica y cultural

de la humanidad, particularmente durante los últimos doscientos años, en Occidente, tiene que ver

con este dilema. Así, distintas teorías políticas y económicas, fundadas en distintas ideologías de lo

humano, enfatizan un aspecto u otro de esta dualidad, ya sea reclamando una subordinación de los

intereses individuales a los intereses sociales, o al revés, enajenando al ser humano de la unidad de su

experiencia cotidiana. Más aún, cada una de las ideologías en que se fundan estas teorías políticas y

económicas, constituyen una visión de los fenómenos sociales e individuales que pretende afirmarse

en una descripción verdadera de la naturaleza biológica, psicológica o espiritual, de lo humano.

Pero, ¿están estas ideologías fundadas en una comprensión adecuada de lo humano?, ¿existe en

verdad una contradicción esencial entre lo social y lo individual, o es esta contradicción una ilusión

descriptiva? La diversidad etnológica de la humanidad nos muestra muchas instancias en las que hay,

o se han dado, sistemas sociales cuyos miembros viven la armonía de los intereses aparentemente

contradictorios de la sociedad y los individuos que la componen. ¿Qué teoría lo explicaría?

1. CINCO CONDICIONES INICIALES

Mi propósito en este pequeño artículo es analizar los fenómenos sociales de una manera no tradicional,

y mostrar que de hecho y de una manera inevitable, el ser humano individual es social, y el ser

humano social es individual. No haré esto, sin embargo, desde una argumentación filosófica,

sociológica o psicológica. Lo haré con una argumentación biológica, es decir, mirando a los

fundamentos mismos de nuestro ser seres vivos. Empero, para que yo pueda hacer esto, el lector

debe aceptar cinco condiciones iniciales que, por razones de espacio, expondré sin dar para ellas, ni

para sus consecuencias, la completa fundamentación biológica en que se sostienen.

1) ¿Qué es una respuesta aceptable? Cada vez que se quiere contestar una pregunta la dificultad

principal está en saber cuándo se tiene la respuesta. ¿Cómo reconocer una respuesta adecuada si uno

no sabe de antemano cuál es? Los científicos tenemos un procedimiento: las respuestas científicas,

es decir, las respuestas aceptables para los

científicos, deben consistir en la proposición de mecanismos (sistemas concretos o conceptuales)

que en su operar (funcionar) generan todos los fenómenos involucrados en la pregunta. Si el

mecanismo propuesto como respuesta a una pregunta no satisface esta condición, no es adecuado y

debe cambiarse, o reformularse la pregunta. Es decir, las respuestas científicas son generativas. Es,

pues, de esta manera que quiero contestar la pregunta ¿qué es un sistema social?, al proponer lo que

yo considero es el mecanismo biológico que genera los sistemas que exhiben en su operar todos los

fenómenos que observamos en los sistemas que cotidianamente reconocemos como sistemas sociales.

Haré esto en la forma de una definición, y espero que si el sistema que propongo cumple con este

requisito, el lector lo acepte como respuesta a dicha pregunta.

2) ¿Qué son los, seres vivos? Los seres vivos, incluidos los seres humanos, somos sistemas

determinados estructuralmente. Esto quiere decir que todo ocurre en nosotros en la forma de cambios

estructurales determinados en nuestra estructura, ya sea como resultado de nuestra propia dinámica

estructural interna, o como cambios estructurales gatillados en nuestras interacciones en el medio,

pero no determinados por éste. Más aún, la conducta observable, en nosotros mismos por ejemplo,

no escapa a esto y lo que vemos como comportamiento en cualquier ser vivo bajo la forma de

acciones en un contexto determinado, es, por decirlo así, la coreografía de su danza estructural.

Como resultado de esto, la conducta de un ser vivo es adecuada sólo si sus cambios estructurales

ocurren en congruencia con los cambios estructurales del medio, y esto sólo ocurre mientras su

estructura permanece congruente con el medio durante su devenir de continuo cambio estructural.

Por último, como sistemas determinados estructuralmente, los seres vivos son sistemas que en su

dinámica estructural se constituyen y delimitan como redes cerradas de producción de sus

componentes, a partir de sus componentes y de sustancias que toman del medio: los seres vivos son

verdaderos remolinos de producción de componentes, por lo que las sustancias que se toman del

medio, o se vierten en él, pasan participando transitoriamente en el ininterrumpido recambio de

componentes que determina su continuo revolver productivo. Es esta condición de continua

producción de sí mismos, a través de la continua producción y recambio de sus componentes, lo que

caracteriza a los seres vivos y lo que se pierde en el fenómeno de la muerte. Es a esta condición a la

que me refiero al decir que los seres vivos son sistemas autopoiéticos y que están vivos sólo mientras

están en autopoiesis. Esta caracterización de lo vivo y su fundamentación está descrita ampliamente

en un libro que escribí con Francisco Varela en 1973 (De máquinas y seres vivos, Edit. Univ.) y al

que remito a los lectores. Por último, sólo pido a éstos que acepten lo dicho aquí como un punto de

partida válido, incluso para los seres humanos, y que no lo rechacen pensando que los seres humanos

somos distintos.

3) ¿Cómo es el cambio estructural? En los sistemas en continuo cambio estructural, como los seres

vivos, el cambio estructural se da tanto como resultado de su dinámica interna, como gatillado por

sus interacciones en un medio que también está en continuo cambio. La consecuencia de esto es que

a partir de la estructura inicial del ser vivo al comenzar su existencia, el medio aparece seleccionando

en él, al gatillar cambios estructurales determinados en su estructura, las secuencias de cambios

estructurales que ocurren en él a lo largo de su vivir, en una historia de sobrevida que necesariamente

ocurre en la congruencia del ser vivo y el medio, hasta que el ser vivo muere porque esta congruencia

se pierde. Esto ocurre tanto en la historia individual de cada ser vivo (ontogenia), como a lo largo de

los linajes que éstos producen como resultado de su reproducción secuencia. Lo que pido al lector

que acepte en este punto, es que la estructura de cada ser vivo es, en cada instante, el resultado del

camino de cambio estructural que siguió a partir de su estructura inicial, como consecuencia de sus

interacciones en el medio en que le tocó vivir.

4) La conservación de la organización. Los seres vivos participan en los fenómenos en que participan

como seres vivos sólo mientras la organización que los define como seres vivos (la autopoiesis)

permanece invariante. Esta afirmación apunta a una relación universal: algo permanece, es decir,

algo mantiene su identidad, cualesquiera sean sus cambios estructurales, sólo mientras la organización

que define su identidad no cambia. La organización de un sistema son las relaciones entre componentes

que le dan su identidad de clase (silla, automóvil, fábrica de refrigeradores, ser vivo, etc.). El modo

particular como se realiza la organización de un sistema particular (clase de componentes y las

relaciones concretas que se dan entre ellos) es su estructura. La organización de un sistema es

necesariamente invariante, su estructura puede cambiar. La organización que define a un sistema

como ser vivo es la organización autopoiética. Por esto, un ser vivo permanece vivo mientras su

estructura, cualesquiera sean sus cambios, realiza su organización autopoiética, y muere si en sus

cambios estructurales no se conserva esta organización.

Esta afirmación apunta a una relación universal: todo sistema se desintegra cuando en sus cambios

estructurales no se conserva su organización. Así, por ejemplo, un reloj a cuerda deja de ser reloj

(pierde su organización reloj) si uno de sus cambios estructurales es la ruptura

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