Bases De La Electrocardiografía
Necrotique6 de Noviembre de 2013
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INTRODUCCIÓN
La electrocardiografía convencional estudia el registro de la actividad eléctrica cardíaca mediante unos aparatos denominados electrocardiógrafos. Esta actividad se registra en forma de una línea que presenta distintas inflexiones que se corresponden con el paso del estímulo eléctrico desde el lugar donde normalmente se origina (el nodo sinusal) hasta los ventrículos a través del sistema específico de conducción. Dicho sistema está formado por el nodo sinusal, las vías preferenciales de conducción interauricular e internodal, el nodo auriculoventricular, el haz de His (fascículo atrioventricular), las dos ramas del haz de His y sus divisiones, con sus respectivas redes de Purkinje (las fibras musculares extendidas por los ventrículos que transportan los impulsos producidos por la contracción). Cuando el estímulo llega a la unión Purkinje-músculo, se produce el acoplamiento excitación -contracción.
Estas fuerzas eléctricas generadas por el corazón tienen una representación vectorial. Hay que recordar que un vector es una magnitud con una dirección y un sentido, que puede representarse gráficamente. Para explicar la morfología electrocardiográfica se recurre a la teoría vectorial. De acuerdo con ella, la activación de las estructuras cardíacas origina la formación de distintos vectores que nos permiten explicar la morfología electrocardiográfica.
Para ello, se considera que se graba una deflexion positiva en la zona donde esta emplazado un electrodo de registro cuando éste está enfrentado con la carga positiva de un vector, y una deflexión negativa si el electrodo esta enfrentado con la carga negativa del vector, independientemente de que el vector se aleje o se acerque.
El ECG constituye el registro de los potenciales eléctricos que se producen a partir de la progresión o movimiento por todo el miocardio de los fenómenos eléctricos de despolarización y repolarización.
Las alteraciones de estos fenómenos eléctricos son corrientes en las diversas cardiopatías, lo que explica la importancia que tiene el ECG. Pueden presentarse en forma de arritmias o bloqueos, como manifestación de hipertrofia ventricular o de agrandamiento auricular, en la isquemia como consecuencia del infarto de miocardio o de una pericarditis, como expresión de modificaciones meramente hemodinámicas (sobrecarga ventricular, entre otras) y como manifestación de alteraciones electrolíticas, influencia de fármacos, etc.
Para las arritmias y los bloqueos, el ECG es el método diagnóstico ideal. En las demás alteraciones cardíacas es importante percatarse de las limitaciones del ECG. Además, un trazado anormal, aunque a menudo denota un trastorno anatómico o funcional del corazón, en muchas ocasiones no expresa una cardiopatía, sino que depende de la posición del corazón, de factores extracardíacos que influyen en el trazado, en particular en el segmento ST y la onda T, pero que carecen de trascendencia en la fisiología cardíaca.
SISTEMA DE REGISTRO Y CALIBRACIÓN DE LA ACTIVIDAD ELÉCTRICA
Las corrientes eléctricas generadas en el corazón durante cada ciclo cardíaco pueden ser registradas desde la superficie corporal permitiéndonos obtener la evolución eléctrica del ciclo, gracias a las propiedades conductoras de los líquidos corporales.
El electrocardiograma es el conjunto de ondas obtenidas como consecuencia del registro de la actividad eléctrica que ocurre durante un ciclo cardíaco. De él podemos obtener información del estado funcional del corazón en cuanto a su excitación y propagación del potencial de acción, así como de las posibles alteraciones asociadas.
Éste método fue desarrollado a principios del siglo XX por Willem Eithoven en Leiden y Augustus Waller en Londres.
El electrocardiógrafo es un dispositivo diseñado para mostrar la dirección y magnitud de las corrientes eléctricas producidas por el corazón. Debido a que la corriente fluye en múltiples direcciones del músculo cardíaco, este aparato obtiene la resultante de todos los vectores que se generan en un momento dado mediante el uso de electrodos colocados en diferentes partes del cuerpo sobre la piel.
El electrodo sobre la piel está conectado a otro electrodo a través del electrocardiógrafo. Mediante un galvanómetro se mide la corriente que pasa por el aparato y se transmite directamente al inscriptor para registrar las ondas y complejos que reciben en conjunto el nombre de Electrocardiograma de Superficie. El registro electrocardiográfico refleja en papel (o en monitor) la gráfica resultante de como ven los electrodos, situados en la superficie corporal, los cambios eléctricos que se producen en cada ciclo cardíaco. Es decir, si hay corrientes y si éstas van o vienen hacia los electrodos, así como la intensidad de las mismas.
La amplitud de las corrientes depende de la intensidad de las corrientes extracelulares durante el paso del potencial de acción, y ésta depende del número de células activas en cada momento. De acuerdo con la constitución celular cardíaca, son las células musculares auriculares y ventriculares las únicas que por su número son capaces de generar corrientes extracelulares medibles. No obstante, estas corrientes son demasiados pequeñas (menos de 1 mV) lo que supone la necesidad de su amplificación para que puedan ser registradas.
La amplitud y orientación de las ondas que componen el registro electrocardiográfico dependen de la posición de los electrodos de registro con respecto a la fuente de corriente.
La amplitud de la onda está dada por la intensidad de la corriente generada en el dipolo instantáneo y por el coseno del ángulo que forman la dirección del dipolo y la dirección de los electrodos de registro. Cuando el ángulo es cero, la amplitud será máxima, es decir cuando la dirección del dipolo coincida con la de los electrodos, la amplitud de la corriente registrada será máxima. Sin embargo, cuando el ángulo sea de 90º el coseno será 0 y la amplitud será cero.
En un diseño de registro con dos electrodos, uno será el activo y el otro el de referencia. Si la corriente positiva en el electrodo activo o explorador es mayor que en el de referencia, la onda o deflexión registrada irá hacia arriba. Si por el contrario la corriente positiva en el electrodo activo es menor que en el de referencia, la onda o deflexión registra será hacia abajo.
Teniendo encuenta lo anterior, el registro resultante del electrodo explorador dependerá de:
1. la distancia al origen de la corriente
2. el ángulo con respecto a dicho origen,
3. la intensidad de la corriente generada.
Es evidente que la amplitud del registro dependerá no solo de la distancia al foco y el ángulo entre las direcciones, sino también del electrodo de referencia que elijamos. Éste puede ser tierra (0 potencial) o puede ser un electrodo colocado en cualquier punto del organismo, siendo su potencial el potencial cero o de referencia.
De acuerdo con todo lo indicado, para el registro del ECG se pueden utilizar diferentes disposiciones de los electrodos de registro en diferentes planos con respecto al corazón, así como diferentes electrodos de referencia. Con ello se obtienen diferentes derivaciones, útiles para la interpretación de las características eléctricas del corazón.
Nomenclatura de las ondas del electrocardiograma.
• La onda P representa la despolarización de las aurículas.
• El complejo QRS, la despolarización de los ventrículos.
• La onda T, la repolarización de los ventrículos.
• La repolarización auricular no tiene expresión en el ECG ocupa parte del segmento PR y del complejo QRS quedando enmascarada por la gran magnitud del voltaje de los complejos QRS.
Cambios eléctricos celulares
El ECG, registrado a partir de los potenciales eléctricos de todo el miocardio, se comprende examinando lo que ocurre en una sencilla fibra o célula miocárdica, cuyos fenómenos eléctricos pueden ser captados por microelectrodos.
• Concepto de dipolo móvil.
La célula miocárdica pasa por tres estados: de reposo, despolarización y repolarización. Durante el reposo, la célula miocárdica tiene la membrana polarizada, es decir, se halla provista de cargas positivas en su superficie externa, emparejadas con cargas negativas en la interna.
Si experimentalmente se estimula un extremo de la célula miocárdica, se produce la despolarización en aquel punto, es decir, la carga positiva externa pasa a negativa, de modo que la superficie de la zona activada se vuelve negativa, a diferencia de la no activada, que se mantiene positiva. Como el impulso eléctrico se transmite por la membrana de la célula, durante la despolarización se establece una frontera u ola móvil formada por unas cargas positivas en el frente, y otras negativas adyacentes y detrás. Así se constituyen unos dipolos de activación que avanzan a lo largo de la célula, con la carga positiva en la cabeza y la negativa en la cola, desapareciendo cuando se da la circunstancia de que toda la superficie celular es uniformemente negativa.
Durante la recuperación, proceso más lento que la activación,
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