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CAPITULO 4 DE LO QUE UNO REPRESENTA (LO QUE VEN LOS DEMAS DE UNO)


Enviado por   •  11 de Febrero de 2017  •  Ensayos  •  1.701 Palabras (7 Páginas)  •  517 Visitas

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ETICA MEDICA[pic 1]

JUAN JOSE HAWASLY SERPA

9 SEMESTRE

MEDICINA

U.D.C.A

RESUMEN

Clase II viernes 10 de febrero de 2017

CAPITULO 4

DE LO QUE UNO REPRESENTA (LO QUE VEN LOS DEMAS DE UNO)

La lectura expone la idea de que nosotros los humanos tenemos una naturaleza débil, cuando nos sentimos sobrevalorados, halagados o incluso cuando alguien afirma cualquier opinión favorable que nos agrade, puede ser el causante de nuestra felicidad, aunque es difícil de entender esto, no importa la sinceridad del halago finalmente podemos incluso autoengañarnos para sentirnos bien, pero sin embargo esto alimenta nuestro Ego únicamente siendo esto una emoción superficial y pasajera.

También sucede en el caso contrario, por ejemplo, cuando alguien afirma algún perjuicio, ofensa, acusación, menos precio o desconsideración que nos pueda hacer sentir mal y herir profundamente generando en algunas ocasiones un deterioro emocional considerable. Por lo tanto, esto resulta siendo una desventaja debido a que el ser humano es un ser lleno de inseguridades y susceptibilidades al momento de enfrentar o recibir críticas y opiniones fuertes, convirtiéndonos en personas superficiales dependientes del que dirán, a pesar de haber pasado por este tipo de situaciones, no detenemos el ciclo, ya que hacemos lo mismo que hacen con nosotros.

La lectura afirma que el ser humano compara lo que piensa de sí mismo y lo que los demás piensan de él, es decir, lo que nos dice nuestra conciencia y los demas, lo que influye indirectamente en el comportamiento de los otros hacia uno mismo, ya que buscamos reconciliar lo que somos con lo que queremos aparentar.

Quien se preocupa demasiado de las opiniones de los demás, le da una importancia inmerecida, no es feliz creyendo lo que realmente es, sino en lo que los demás piensan de él y lo que lo representan así sea solo simplemente un espejismo.

Lo importante es llevar una vida desahogada, conservar nuestra salud y recordar la verdad que se vive y no en la opinión de los demás. Creer en nuestra propia realidad nos permite tener bienestar, salud, buen temperamento, habilidades, ingresos, logros, proyectos, armonía familiar y otros factores que suelen ser más importantes que lo que los demás piensan de nosotros.

Dar demasiada importancia a lo que los demás piensan de uno es una equivocación que se ve en muchos casos, lo cual perjudica mucho nuestra vida, nuestra felicidad y nuestra autoestima, ya que esta última es lo más fácil de ofender por “El qué dirán” por ser esta patológicamente sensible y demuestra que nuestra naturaleza tiene tres descendientes: La ambición, el orgullo y la vanidad. Esta última consiste en promover la convicción de los demás y está ligada en convertirla en la convicción propia y esfuerzo por obtener una valoración desde fuera, lo que el orgullo es la valoración superior que proviene desde nuestro interior.

La diferencia inicial entre el orgullo y la vanidad se puede explicar mediante la revisión de sus definiciones, la vanidad describe a las personas con opiniones excepcionales de sí mismos y el orgullo abarca una sensación de lo que es apropiado o adecuado debido a la posición social o la ocupación. Se puede asociar la vanidad con el deseo de ser el centro de atención y emerger como el líder a nivel social, cultural o político. Cuando las personas presentan un comportamiento vacío, están diciendo inconscientemente a otros que sus vidas no son importantes o tienen un problema con su nivel de autoestima.

En cambio, el orgullo en los humanos sigue siendo complacientes y nunca alcanzarán la grandeza en la vida, pero este orgullo involuntariamente conduce a un mayor logro cuando las personas adquieren conocimientos adicionales en un esfuerzo por darle a sus auto-opiniones cierto grado de validez hacia los demás.

El capítulo asegura que lo que representamos para los demás, se puede dividir en: Honor, Rango y fama; el valor del rango depende del crédito que le dé el emisor, en cambio el honor se adquiere según se tome en una acepción subjetiva (lo que uno siente como su propio honor) o en su acepción social, como elemento que entra en juego en las relaciones sociales. Por ello no es posible recuperar el honor una vez que se ha perdido; a menos que la pérdida se deba a un error como una calumnia o una falsa acusación.

La dignidad de las personas, exige un reconocimiento público. Este reconocimiento es lo que se llama derecho al honor y a la fama. Reputación que se puede violar cuando se afirma algo o cuando no se le defiende, ante otros. En el primer caso estamos ante una calumnia y en el otro, ante una detracción. Algo muy importante es la diferencia entre fama y honor, ya que la fama proclama que es una excepción y el honor no. La fama, se debe conquistar; el honor, solo conservarse. Pero la ausencia de fama indica oscuridad, y es algo negativo; mientras que la ausencia de honor es ofensa.

También se razona que la calumnia es la acusación o imputación falsa hecha contra alguien con la intención de causarle daño o de perjudicarle, lo cual es la única manera en que el honor puede ser afectado desde fuera, y el único correctivo de esta es la contradicción. Esto se encuentra relacionado con la importancia que tiene la persona en la sociedad, es decir, cuanto más influyente, más elevada habrá de ser la opinión sobre las capacidades intelectuales y cualidades morales, lo que requiere un grado proporcionalmente más alto de honor.

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