CLASE CEFALÓPODA

CLASE CEFALÓPODA

        Los cefalópodos (Gr. kephale, cabeza + podos, pie) son los moluscos con una estructura más diferenciada y con mayor nivel de desarrollo, incluyen a los calamares, pulpos, nautilos, pulpos diablo y sepias. Todos son marinos y depredadores activos. La clase está representada por aproximadamente unas 650 especies vivientes descritas (Storer, Usinger, Stebbins, & Nybakken, 1961).

        Son animales marinos de vida libre y tienen cierta sensibilidad a las diferencias de salinidad, esta clase puede encontrarse en diversas profundidades (Hickman C. R., 2002). Tienen hábitats muy diversos, pueden vivir en las capas superficiales de los océanos pero también hasta los 5000 metros de profundidad, pasando por zonas oceánicas medias.

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Ilustración 1 Clase Cefalópoda Obtenida de (https://paleoaerie.files.wordpress.com/2014/05/cephalopods.jpg consultada el 09/03/2016)

ESTRUCTURA

        El tamaño de los cefalópodos es superior al de cualquier otro invertebrado y aunque la mayoría de estos miden aproximadamente entre 60-70cm incluyendo los tentáculos hay algunas especies que llegan a medir hasta 20 metros que son los calamares gigantes (Barnes, 1977).

        El cuerpo de los cefalópodos se caracteriza por un acortamiento del eje antero-posterior y por la extensión del eje dorso-ventral. La cabeza está muy desarrollada y tienen un par de ojos desarrollados y cierto número de brazos o tentáculos, el pie ya no se puede reconocer como el típico pie de molusco pero está representado de cierta manera como el aparato sifonal, los brazos o tentáculos representan la región anterior del pie modificada, los órganos sensoriales están muy desarrollados junto con un sistema nervioso concentrado, en muchos cefalópodos se encuentra una concha, como el de Nautilus la concha encierra al cuerpo y en algunos otros esta es reducida e interna y en otros carece de esta (Marshall & Williams, 1985).

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Ilustración 2 Estructura de un pulpo obtenida de (http://www.aula2005.com/html/cn1eso/16invertebradosnoartropodos/popcatalaes.jpg consultada 09/03/2016)

LOCOMOCIÓN

La mayor parte de los cefalópodos nadan por expulsión rápida del agua de la cavidad del manto a través del embudo o sifón, el manto posee fibras musculares y longitudinales, durante la fase inhalante de la circulación del agua se relajan las fibras musculares circulares y se contraen las longitudinales, esto produce que en el manto haya un incremento de volumen, haciendo que el agua se precipite en dirección lateral y ventral entre el borde anterior del manto y la cabeza, una vez que la cavidad se llena se invierte la acción de los músculos del manto, cuando esto sucede aumenta la presión del agua en el interior de esta cavidad pero también se cierran los bordes del manto que están alrededor de la cabeza generando que el agua salga por el embudo ventral, la fuerza del agua al abandona el embudo impulsa al animal en dirección opuesta, el embudo es móvil y puede ser dirigido hacia delante o hacia atrás para controlar la dirección. La rapidez del movimiento depende de la fuerza con la que el agua es expulsada del embudo.

En los cefalópodos que tienen conchas como los Nautilus y conchas semireducidas como Sepia y Spirula hay espacios estrechos entre los tabiques que están en la pluma contienen líquido y gas, sobre todo nitrógeno son los que regulan la flotación al regulase la cantidad de gas y liquido en estos espacios. En los cefalópodos con concha presente como los nautilos  las cámaras llenas de gas sostienen la concha en posición vertical proporcionándoles una flotabilidad con lo cual se contrarresta el peso de la concha y el gas y liquido son intercambiados en las cámaras por medio del sifúnculo, los tejidos de esta estructura bombean sales activamente haciendo que el agua se difunda pasivamente fuera de las cámaras y se sustituye por nitrógeno. (Barnes, 1977)

La concha que poseen los cefalópodos también sirve para brindarles capacidad de flotación. En los pulpos aunque pueden nadar por la expulsión de agua también lo hacen por sus tentáculos traseros y con más frecuencia se arrastran sobre las rocas en las que viven, hay otros que son de hábitats más profundos que ocupan sus brazos provistos de membranas parecidas  a sombrillas hacen que el animal nade como medusa y en algunos otros abren y cierran las membranas de los brazos para nadar lentamente.

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Ilustración 3 Organización del músculo del manto (Boyle & Rodhouse, 2004)

SISTEMA CIRCULATORIO

El sistema circulatorio consiste en un circuito cerrado de vasos y la sangre es conducida a través de los filamentos branquiales por capilares. (Hickman C. R., 2002)

En los coloideos, la sangre regresa de la región cefálica por la gran vena cava que se divide en dos ramas cerca de los nefridios, cada una de estas penetra en un saco nefridial y atraviesa el corazón branquial muscular antes de ingresar en las branquias, la rama derecha de la vena cava recibe sangre de una bolsa que drena la bolsa de tinta y de otra procedente de las gónadas. Otras venas anteriores y otras venas posteriores regresan la sangre del manto y viceversa. La existencia de capilares, de algunas arterias contráctiles y de corazones branquiales aumenta la presión de la sangre y la velocidad del flujo sanguíneo, la contracción de los corazones branquiales que reciben sangre no oxigenada de todas las partes del cuerpo eleva la presión de la sangre enviándola a los capilares de las branquias y las aurículas drenan la sangre de los capilares y la pasan al ventrículo medio y este bombea la sangre a todo el cuerpo por la aorta anterior y posterior para finalmente llegar a los vasos más pequeños y a los capilares de los tejidos. (Barnes, 1977)

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Ilustración 4 Sistema circulatorio cefalópodos (Boyle & Rodhouse, 2004)

RESPIRACION

La circulación del agua  través del manto no solo produce fuerza para la locomoción, sino que también proporciona oxígeno para las branquias, los nautiloideos poseen cuatro branquias pero los otros cefalópodos tienen dos puesto que la propulsión ciliar no podría mover suficiente agua para la cantidad de oxigeno requerida. Por esto los músculos circulares del manto al contraerse adelgazan este órgano y agrandan la cavidad del manto introduciendo agua en su interior. La contracción de los músculos circulares provoca la expulsión a través del embudo y un sistema de válvulas de un sentido impide que el agua entre a través del embudo y sea expulsada alrededor del borde del manto. (Barnes, 1977)

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