Cazadores De Microobios

Leeuwenhoek, fue un hombre que se interesó en el mundo de los microorganismos, su vida es incierta, el no tuvo laboratorios ni nada parecido para estudiar a esos diminutos animales. Así mismo se hace la comparación de los hombres de hoy en día y de los que hace tiempo comenzaron esta cacería. Hace doscientos cincuenta años, en los tiempos en los que se decía que una enfermedad era una mal y no se comprobaba lo contario, fue entonces cuando leeuwenhok nació en 1632 en Holanda y con su nacimiento la renovación de la ciencia. Así mismo eran condenados a los que probaban las cosas con la ciencia. Durante algún tiempo atendió una tienda, después entro a la universidad y se casó dos veces y tuvo varios hijos, realmente es muy poco lo que se sabe de su vida personal, mientras que tanto sus estudios fueron grandes, fue nombrado conserje del ayuntamiento de Delft. Durante algún tiempo se interesó en el tallado de lentes y lo magnifico que era ver las cosas a través de un lente óptico, con diseños elaborados de oro, plata o bronce los cuales el mismo conseguía, siendo así el único en Holanda que tenía esa técnica en lentes. Por otra parte después de descubrir el poder de los lentes, se asombró al ver todo esa cosas diminutas que logro ver, aquellos que no es tan visible a simple vista, logrando así despertad más su curiosidad.

A su vez, era un hombre muy observador ya que pasaba mucho tiempo observando las cosas. Algo muy curioso que me ha llamado mi atención es esa frase donde dice que una persona después de ver por primera vez en un microscopio, después vera las cosas de otra manera. También que un observador puede equivocarse ante tan pequeña imagen. Leeuwenhoek hizo sus escritos hacia la Real Sociedad en donde detallo sus observaciones que había hecho. De la cual tuvo buena aceptación y les pareció asombroso, tomando en cuenta que en la época que nació no había microscopios y su invento fue novedoso. Un día de lluvia, se encontraba observando la lluvia con su hija lo cual le llamo la atención las gotas, entonces observo, luego vio en una bandeja bichitos que ahí se encontraban, así cada vez se fascinada más con lo que lograba ver a través de sus lentes.

Se dice que era tanto su afán de descubrir cada día mas, que incluso llego a sentir asco de ver tantos bichos e las distintas cosas, él nunca se avergonzó de sus trabajos. Le gustaba tanto su trabajo que incluso se obsesionó por descubrir cuál era el más diminutos, mientras observaba su comportamiento. Un día, Leeuwenhoek, se cuestionó sobre el origen de dichos biachuelos, el creía en Dios y sabía que pudo haber sido el quien los creo. Así fue como hizo sus experimentos para determinar si los bichos caían del cielo, pero poco a poco descubrió que son desarrollados del ambiente. Para este hombre todo lo que cayera en sus manos, era motivo de observación, a lo largo de su vida todo era sorprendente, cabe decir que

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