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Ciencia Travieza


Enviado por   •  6 de Febrero de 2012  •  1.875 Palabras (8 Páginas)  •  440 Visitas

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TEORIA DEL JUEGO (LUDICO)

En la sección dedicada al juego, PIAGET describe el carácter simbólico de la actividad lúdica que comienza en el periodo sensomotriz con el ejercicio de acciones centradas sobre si mismas y no impuestas por las circunstancias externas, las cuales el niño ejecuta simplemente por placer. En el juego, por lo tanto, predominan las acciones de simulación sobre las de acomodación.

El juego es considerado un elemento importante para el desarrollo de la inteligencia. Al jugar, el niño emplea básicamente los esquemas que ha elaborado previamente, en una especie de lectura de la realidad a partir de su propio y personal sistema de significados.

La teoría de Groos es valida, hay juegos elementales que no requieren imaginación simbólica ni reglas y en los cuales se puede mostrar sin arbitrariedad que tendencias ejercen. A este genero pertenecen todos los juegos de los animales (salvo algunos raros ejemplos de juegos simbólicos en los chimpancé) los juegos sonsoriomotores de los estadios I a V del capitulo precedente y algunos juegos análogos que subsisten después de la aparición del lenguaje (saltar, lanzar, lanzar piedras, etc.) pero apenas aparece la imaginación simbólica las reglas sociales, las reglas sociales, la clasificación por el contenido se hace cada vez mas equívoca. Acabamos de comprobarlo en caso de un juego de reglas por lo que se refiere a los juegos simbólicos ponemos como ejemplos el de una muñeca.

Otra clasificación estructural interesante es la que utiliza Buhler los juegos de los niños son repartidos por ella en 5 grupos, uno los juegos funcionales, o sensorio motores, dos los juegos de ficción o de ilusión, tres los juegos receptivos (mirar imágenes, escuchar cuentos, etc.) cuatro los juegos de construcción, y cinco los juegos colectivos. La señorita Buheler insiste sobre este punto como lo había hecho antes, Claparede en el niño hay continuidad en el juego y el trabajo mismo. Pero no habrá un punto en el que el juego de construcción constituya una categoría particular intermediaria entre el juego sensorio motor y el juego simbólico, y entre ambos y la actividad adaptada (adaptación simultáneamente práctica y representativa)

En el niño, el juego de ejercicio es pues, el primero en aparecer y es el que caracteriza los estadios dos a cinco del desarrollo pre verbal, y por posición al estadio cuatro en el curso del cual comienza el juego simbólico.

En efecto, se podría decir, y esta es la originalidad del punto de vista de K. Groos, que el juego simbólico es en si mismo y en conjunto un juego de ejercicios pero que ejercitaría y sobro todo que pre ejercitaría esta forma particular del pensamiento que es la imaginación como tal.

La asimilación de lo real por medio de la ficción simbólica que testimonia los juegos precedentes se prolongan naturalmente en combinaciones compensadoras cada vez que se quiere corregir lo real más que reproducir por placer.

El juego es una actividad presente en todos los seres humanos. Los etólogos lo han identificado con un posible patrón fijo de comportamiento en la ontogénesis humana, que se ha consolidado a lo largo de la evolución de la especie (filogénesis).

Su universalidad es el mejor indicativo de la función primordial que debe cumplir a lo largo del ciclo vital de cada individuo. Habitualmente se le asocia con la infancia, pero lo cierto es que se manifiesta a lo largo de toda la vida del hombre, incluso hasta en la ancianidad.

Popularmente se le identifica con diversión, satisfacción y ocio, con la actividad contraria a la actividad laboral, que normalmente es evaluada positivamente por quien la realiza. Pero su trascendencia es mucho mayor, ya que a través del juego las culturas transmiten valores, normas de conducta, resuelven conflictos, educan a sus miembros jóvenes y desarrollan múltiples facetas de su personalidad.

La actividad lúdica posee una naturaleza y unas funciones lo suficientemente complejas, como para que en la actualidad no sea posible una única explicación teórica sobre la misma. Bien porque se aborda desde diferentes marcos teóricos, bien porque los autores se centran en distintos aspectos de su realidad, lo cierto es que a través de la historia aparecen muy diversas explicaciones sobre la naturaleza del juego y el papel que ha desempeñado y puede seguir desempeñando en la vida humana.

Pensadores clásicos como Platón y Aristóteles ya daban una gran importancia al aprender jugando, y animaban a los padres para que dieran a sus hijos juguetes que ayudaran a “formar sus mentes” para actividades futuras como adultos.

En la segunda mitad del siglo XIX, aparecen las primeras teorías psicológicas sobre el juego. Spencer (1855) lo consideraba como el resultado de un exceso de energía acumulada. Mediante el juego se gastan las energías sobrantes (Teoría del excedente de energía). Lázarus (1883), por el contrario, sostenía que los individuos tienden a realizar actividades difíciles y trabajosas que producen fatiga, de las que descansan mediante otras actividades como el juego, que producen relajación (Teoría de la relajación). Por su parte Groos (1898, 1901) concibe el juego como un modo de ejercitar o practicar los instintos antes de que éstos estén completamente desarrollados. El juego consistiría en un ejercicio preparatorio para el desarrollo de funciones que son necesarias para la época adulta. El fin del juego es el juego mismo, realizar la actividad que produce placer (Teoría de la práctica o del preejercicio).

Iniciado ya el siglo XX, nos encontramos, por ejemplo, con Hall (1904) que asocia el juego con la evolución de la cultura humana: mediante el juego el niño vuelve a experimentar sumariamente la historia de la humanidad (Teoría de la recapitulación). Freud, por su parte, relaciona el juego con la necesidad

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