Clasificacion De Los Seres Vivos
andynyan22 de Septiembre de 2013
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Índice:
Presentación………………………………………………………….…..1
Autores……………………………………………………………….……2
Índice………………………………………………………………………3
Introducción………………………………………………………….…...4
Carl Richard Woese, Biografia……………...………………………….6
Clasificación de los seres vivos según Woese……….…………….7
Robert Harding Whittaker……………………………………………..16
Clasificación de los seres vivos según Whittaker…………………..17
Carlos Linneo……………………………………………………………23
Clasificacion de los seres vivios según Linneo………………..……25
Ejemplos de la clasificación de seres vivos…………………………33
Conclusión…………………………………………………….………..40
Introducción:
Este es un trabajo donde nuestro principal objetivo es ofrecer la mejor información recopilada y adaptada a un lenguaje mucho más sencillo de comprender y fácil de leer, procuramos también incluir gráficos llamativos para que el interés en el tema no se vea dañado.
Al investigar sobre esta materia y estos temas pudimos recordar información a la cual le habíamos restado importancia en nuestra vida cotidiana, pero al volverla a tener a nuestro alcance nos demostró que cada parte de nosotros y de lo que nos rodea constituye una parte muy importante por el simple hecho de ser seres vivos.
La materia de biología es una de las materias que más nos debe de interesar, ya que es el estudio de la vida, los datos y la información que nos ofrece puede sorprendernos cada vez más.
La naturaleza es algo maravilloso, es de las cosas más perfectas que podemos tener a nuestro alcance y con estudios como el aquí presentado, tan solo damos a conocer una parte de lo inmensa que llega a ser.
Carl Richard Woese
Y
Su clasificación de los seres vivios
Carl Richard Woese
(Siracusa, Nueva York, Estados Unidos, 15 de julio de 1928 - Urbana, Illinois, Estados Unidos, 30 de diciembre de 2012)
Fue un microbiólogo estadounidense creador de la nueva taxonomía molecular basada en la comparación entre especies de la llamada secuencia del ARN ribosomal 16s y 18s que comparten todos los seres vivos del planeta y que apenas ha sufrido cambios desde la aparición en la tierra de las primeras formas de vida microbiológicas.
Sus análisis filogenéticos en 1977 lo llevaron al descubrimiento de un nuevo dominio, Archaea.
La aceptación de la validez de las arqueas, que son procariotas pero no bacterias, fue un proceso lento. Figuras relevantes como Salvador Luria y Ernst Mayr no estaban de acuerdo con esta división de las procariotas, si bien sus críticas no se reducían al ámbito científico.
No fue hasta mediados de los 80 cuando la creciente cantidad de datos llevó a la comunidad científica a la aceptación del nuevo dominio.
Woese ingresó en la Academia Nacional de Ciencias en 1988, en 1992 recibió la Medalla Leeuwenhoek, en 2000 la Medalla nacional de Ciencias y en 2003 fue galardonado con el premio Crafoord por la Academia sueca de Ciencias.
Falleció el 30 de diciembre de 2012 en Urbana, Estados Unidos, a los 84 años de edad.
Clasificación de los seres vivos según Woese
Quizás más que ningún otro científico, Carl Woese ha hecho que centremos nuestra atención sobre el invisible pero influyente mundo microbiológico, que se extiende mucho más allá de las bacterias patógenas estudiadas por la ciencia médica. Naturalmente, la mayoría de los biólogos tienen que vérselas con criaturas más grandes, las cuales se agrupan en los famosos tres “reinos” de plantas, animales y hongos. Allá por el año 1970, era bastante usual pensar en términos de dos reinos microbiológicos adicionales, los procariotas - o bacterias - (células simples sin estructura interna compleja), y los protistas eucariotas (incluyendo a organismos tales como amebas y paramecios), que poseen núcleo y otros componentes celulares internos. A efectos prácticos, para distinguir a los procariotas de los eucariotas se utilizaban técnicas de tintado en el laboratorio, ya que sus paredes celulares tienen una estructura química diferente.
La tecnología emergente de la biología molecular (que nos ha conducido hasta el estudio actual del genoma) permite observar de un modo diferente los fundamentos de la vida. Toda la vida en la Tierra, en cada uno de estos cinco reinos, está basada en la misma bioquímica. Todas las formas de vida utilizan el mismo código genético almacenado en forma de largas cadenas de ácidos nucleicos de ADN y ARN. La gran variedad de formas de vida indica que hay diferencias en las secuencias de pares de bases en el ADN y ARN. Desde esta perspectiva, los científicos quieren encontrar una forma de clasificación biológica basada en las secuencias genéticas en vez de en la apariencia exterior, es decir, quieren lograr una taxonomía molecular.
Tras una gran labor experimental, Woese se centró en un conjunto de información genética en particular, descubierto en el llamado 'ARN ribosómico 16s'. Esta secuencia genética aparece en todos los seres vivos. Es una secuencia perfectamente conservada, lo cual significa que ha evolucionado muy lentamente, por lo que puede ser utilizada para rastrear los cambios evolutivos sucedidos a lo largo de períodos de tiempo muy largos. Y quizás lo más importante, es una secuencia que podemos medir en el laboratorio.
La forma más útil de visualizar las diferencias en el ‘rARN 16s’ entre los diferentes organismos es mostrarlos gráficamente en el “árbol filogenético molecular de la vida” o “árbol universal de la vida”, como ha sido llamado algunas veces. En este dibujo, la distancia entre dos especies cualesquiera, trazada a lo largo de las líneas que las conectan, es proporcional a las diferencias entre su ARN ribosómico. Las especies con secuencias prácticamente idénticas están presumiblemente relacionadas y son representadas en el gráfico unas cerca de las otras. Aquellas que están ampliamente separadas, son parientes más lejanos, y cuando se combina cierta cantidad de datos es posible inferir linajes, para estimar las relaciones entre especies y para determinar cuando una línea diverge a partir de otra. Cuando se emplea este método con nuestras familiares plantas y animales, estos trazos en el “árbol de la vida” son muy similares a los de los árboles evolutivos deducidos de la anatomía estructural. Pero la gran sorpresa llegó cuando se aplicó esta técnica al mundo microbiológico.
En una publicación de 1977 compartida con su colega Ralph Wolff, Woese mostró que un grupo de microbios previamente poco conocidos, llamados arqueobacterias, estaban en realidad mucho más emparentados con el dominio Eucaria que con el resto de bacterias
auténticas. Trazando su posición en el árbol de la vida, estos oscuros microbios ocupan un espacio muy grande, distinto de aquel que ocupan tanto los eucarias como las bacterias. Basándose en estos descubrimientos, Woese propuso en 1990 una nueva clasificación, aceptada hoy en día, de las formas de vida, en un trabajo titulado “Hacia un sistema natural de organismos: Propuesta de los dominios Archaea, Bacteria y Eucaria”. A pesar de su nombre, el dominio Archaea no es más antiguo que el Bacteria, aunque se trate también de un linaje ancestral, en el que muchos de sus miembros evitan el oxígeno (son anaeróbicos) y buscan las altas temperaturas (son termófilos).
El árbol de la vida que desarrollaron Woese y sus colaboradores merece un estudio cuidadoso por parte de los astrobiólogos, ya que nos cuenta un par de cosas sorprendentes. La amplitud en la separación entre las diversas especies microbiológicas, que es aproximadamente proporcional al paso del tiempo, nos muestra el tremendo alcance del cambio evolutivo que ha tenido lugar dentro del mundo microbiológico. En contra de las ideas de la biología convencional, la vida en la Tierra no permanece inactiva durante los 3.000 millones de años que precedieron al boom evolutivo que supuso la “explosión Cámbrica”, hace 600 millones de años. La gran diversidad fisiológica que asociamos a las plantas y los animales representa apenas un pequeño cambio si lo medimos en función de estas secuencias de ARN. De hecho, los tres reinos de plantas, animales y hongos están confinados en unas pocas ramitas circundantes del gran árbol de la vida microbiológica.
Una mirada al nuevo árbol de la vida debería evitar que catalogásemos de primitivos a cualquiera de estos microbios. Todas las especies vivas hoy en día han seguido una larga trayectoria evolutiva a partir de esos primigenios ancestros comunes.
A pesar de que el árbol de la vida puede aportar nuevas y ricas percepciones acerca de la evolución, es importante recordar que solo nos muestra las relaciones genéticas entre especies existentes hoy en día. No hay especies extinguidas en este árbol de la vida, ya que no podemos extraer cadenas de rARN 16s de los fósiles.
Por ello, a pesar de las semejanzas en la presentación, este no es un árbol evolutivo a la manera tradicional en el que se muestra nuestra descendencia partiendo de especies anteriores. Gracias a este árbol podemos
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