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Comunicacion


Enviado por   •  19 de Mayo de 2015  •  1.396 Palabras (6 Páginas)  •  113 Visitas

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Ejercicio integrador

Analice el siguiente texto considerando su planificación. En otras palabras, responda las siguientes preguntas:

¿Para qué escribe el escritor?

El texto como relación ¿Qué y cuánto sabe el lector? ¿Qué imagen pretende dar el escritor de sí mismo?

¿Cómo se organizan las ideas? Responda en forma de cuadro sinóptico. O bien, presente tema principal y subtemas, es decir, un esquema, como plantea Montolío.

¿Cuál es el género? ¿Es un género académico? Justifique su respuesta trascribiendo y clasificando cuatro aspectos gramaticales o léxicos característicos de dicho género.

¿Cuál es la secuencia textual básica?

Transcriba cinco conectores de distinto tipo y clasifíquelos.

Elija un párrafo, clasifíquelo y justifique su respuesta.

¿Falta algún párrafo delimitador? Justifique su respuesta.

Historia de las fuentes de energía.

La historia del ser humano está ligada a la de la energía; en la medida que descubrió fuentes de energía y pudo aprovecharlas eficientemente, la humanidad avanzó.

El fuego, ante todo, debió ser el primer aliado del primitivo; su energía calorífica le sirvió para calentar sus alimentos, defenderse de los animales, fundir metales, etcétera. Hay indicios que muestran que aprendió a usar el vapor de agua para mover objetos.

Otra fuente de energía que seguramente usó (quizás antes de la del fuego) fue la humana: arrastrando, empujando, levantando. Sin embargo, no tardó mucho tiempo en darse cuenta de que los animales tenían mayor capacidad para realizar todas esas actividades. En efecto, el caballo y el buey sirvieron durante muchos siglos como fuentes de energía para satisfacer las necesidades del ser humano. Todavía hoy puede apreciarse el valor de esta fuente de energía en los países menos desarrollados, por ejemplo, caballos arrastrando carretas, asnos dando vueltas a la noria y subiendo agua de un pozo, bueyes arrastrando el arado, entre otros.

En forma paralela se descubrieron otras fuentes naturales de energía, a saber: el agua de un río podía mover una noria que permitía almacenar el agua del mismo río en tanques para su posterior uso; la fuerza del viento movía las aspas de los molinos que se usaban para moler el trigo. Este esquema no varió durante muchos siglos.

En el siglo XVIII apareció la primera máquina de vapor, mejorada posteriormente por James Watt, que convirtió la fuerza del vapor en la impulsora de la primera revolución industrial (…). La fuerza de las máquinas de vapor movía, mediante enormes poleas y ejes, las máquinas de los telares que le dieron a Inglaterra la primacía industrial durante el siglo XIX y parte del XX. Luego, a mediados del siglo XIX se descubrió la electricidad y sus aplicaciones prácticas: motores, luz, calor, etcétera. Se sigue usando el vapor como fuerza primaria para mover los alternadores eléctricos cuya energía movía, iluminaba, o calentaba. Se transformaba una forma de energía en otra, pues era más cómodo trabajar con pequeños motores eléctricos que con complicados mecanismos movidos por el vapor. Sin embargo, durante muchos años siguió utilizándose la fuerza del vapor para impulsar los trenes que expandieron el desarrollo a lo largo y ancho del mundo.

En la era moderna se aprovechan otras fuentes de energía como la producida por los saltos de agua: la energía potencial de un embalse se dirige a través de un canal hacia los álabes o paletas de una turbina que, al girar, mueve un alternador eléctrico que termina convirtiendo la energía potencial del agua en energía eléctrica. Lo mismo puede decirse de la energía de los combustibles fósiles: gasolina, diesel, gas natural, carbón. Su energía liberada por el proceso de la combustión mueve, de una forma directa o indirecta, alternadores eléctricos que son los que finalmente producen la energía que necesitamos. No obstante, con la producción de la energía aparece un efecto indeseable: la contaminación atmosférica que no es tenida en cuenta sino hasta bien avanzado el siglo XX, cuando el peligro de un desastre ecológico obliga a las sociedades desarrolladas a ponerle freno al uso indiscriminado de las fuentes primarias de energía. Se buscan fuentes limpias, las que no contaminen. Tanto el carbón, como la gasolina y el diesel producen componentes como el CO, CO2, SO2 que contaminan el ambiente y producen efectos adversos en la vida de los seres humanos.

El descubrimiento de la energía atómica a mediados del siglo XX abre la esperanza de la producción de energía ilimitada y barata. Sin embargo, la tecnología del momento no permite concretar

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