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Cuestión de Inteligencia


Enviado por   •  21 de Junio de 2012  •  Informes  •  1.879 Palabras (8 Páginas)  •  406 Visitas

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Quien quiera vivir sano, que almuerce poco y cene temprano - Refrán antiguo

Si quieres ver enterrado a tu marido, prepárale a diario un asado - Refrán popular

Es necesario comer con moderación para permitir que nuestras fuerzas se restauren - Cicerón

Hay una creencia errónea con respecto a las proteínas, comparable a la que existía cuando la ciencia decía que la tierra era cuadrada. Lo malo que hoy en día se sigue con ese mito medieval en cuanto a las proteínas. La gente siente miedo a quedarse sin proteínas, pero no tiene ni idea qué es en realidad lo que el cuerpo necesita para crecer y fortalecerse.

Los expertos se contradicen en lo que debemos de saber sobre las proteínas y le hacen un gran mal a la salud de la gente, haciéndola que consuma en exceso alimentos proteicos, empujándolos hacia las enfermedades cardíacas, la alta tensión sanguínea, el cáncer, la artritis, la osteoporosis, la gota, las úlceras y a la vejez prematura, entre otras; todo debido a las fuentes y al consumo indiscriminado de proteínas

Las proteínas cárnicas son las sustancias más complejas y más difíciles de digerir. El tiempo promedio para la digestión boca-ano, es de 25 a 30 horas cuando se trata de granos; y ese tiempo se puede duplicar cuando las proteínas provienen de carnes en descomposición.

Uno no se puede imaginar el estado tan lamentable de putrefacción de un cadáver dentro del organismo, a una temperatura elevada, durante 40 o 50 horas. ¿Qué daños no podrá causar y qué infinidad de toxinas no podrá dejar?

El cuerpo requiere una cantidad extraordinaria de energía para enfrentarse a tan pesada digestión, y resta el poder que necesita para desempeñar otras funciones muy importantes, como el control de las enfermedades que quieren "carcomernos". Esto es debido a que el cuerpo no alcanza a liberarse de todos los desechos tóxicos que produce la putrefacción, y entra en pérdida.

Cuestión de Inteligencia

Está comprobado que el cuerpo recicla el 70% de su residuo proteínico y sólo pierde al día 23 gramos de proteína.

Con todo esto, nuestro cuerpo solamente necesita 700 gramos de proteína por mes y la mayoría de personas sobrepasan por mucho esa cantidad. Esto las hace engordar y "echar carnes flojas, sin músculo".

Los animales más fuertes son los elefantes, los bueyes, los caballos, los búfalos y el gorila plateado. Este último puede arrojar a un hombre a una distancia de seis metros. ¿Qué comen todos ellos? Vegetales y frutas. Entonces, ¿de dónde sacan ellos la excelente proteína que conforma sus músculos?

En ningún momento de la carne, que los enfermaría como ocurren con el ser humano el cual, al no ser carnívoro por naturaleza, enferma gravemente cuando maltrata su estómago e intestinos con cadáveres en descomposición... Le descomponen la armonía de su cuerpo y pierde su salud.

Mala y Buena Proteína

La proteína no se forma en el cuerpo humano sólo comiendo proteína animal, sino a partir de los aminoácidos o proteínas contenidos en los alimentos. Comer carne, pollo o pescado con la idea de que ello nos brinda las mejores proteínas, es una absurdo. La proteína animal no la puede usar el cuerpo en su estado natural tal como es la carne. Se requiere un complicado proceso - que recarga el organismo - para desdoblar, es decir, destruir esa proteína y convertirla en aminoácidos para luego, con estos últimos, fabricar las células humanas que forman nuestro cuerpo.

Realmente debemos ingerir excelentes aminoácidos o proteína vegetal para fabricar nuestra propia carne y, así, evitarnos el largo, complicado y perjudicial proceso que requiere la carne para, al final, alimentarnos mucho menos de lo que pueden hacer los vegetales y las frutas en proceso más directo y armonioso.

Además, ¿quién ha dicho que las frutas, vegetales y granos no tienen proteínas para alimentar al hombre? Las tienen en suficientes cantidades y de excelente calidad; fáciles de digerir y asimilar.

El home come proteínas pero no se alimenta de proteínas.

Cuento

Dos hombres necesitaron fabricar sus casas. El primero compró una construcción vieja, la demolió, tomó todos los ladrillos quebrados y los molió.

El polvo obtenido lo remojó y lo amasó durante mucho tiempo para obtener barro. Al barro tuvo que quitarle los pedazos de cemento que le habían caído y partes de escombros de la antigua construcción.

Esto produjo mucha basura y le costó mucho trabajo deshacerse de ella. Después de muchos días de trabajo comenzó a moldear el barro para convertirlo en ladrillos nuevos.

De pronto se dio cuenta que el compañero, que también comenzó a hacer la casa el mismo día, ya la había terminado. Resulta que este hombre, más inteligente que el primero, en vez de tumbar escombros, moler ladrillos viejos y amasarlos, fue por barro nuevo y fabricó los ladrillos, de una vez, evitándose el trabajo tan inoficioso que hizo el primer hombre poco inteligente.

Al igual que el primer hombre, las personas que comen carne para obtener ladrillos - perdón, proteínas -, ponen a trabajar el organismo inoficiosamente, haciéndolo "moler, remojar y amasar" las proteínas animales, que son complejas, hasta convertirlas en aminoácidos, los cuales pudieran haber obtenido de una manera más fácil, sin recargar el organismo con otros "escombros" perjudiciales.

El hombre no se alimenta de proteínas sino de aminoácidos; las proteínas de las frutas y vegetales se dejan transformar fácilmente en aminoácidos sin recargar el organismo, y nos brindan absolutamente todos los aminoácidos que requerimos.

El Poder de los Vegetales

Las plantas son capaces de sintetizar los aminoácidos a partir de aire, tierra y agua. Pero los animales, incluyendo el hombre, dependemos de las proteínas de las plantas.

Existen 23 aminoácidos esenciales, de los cuales 15 pueden

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