DEL SILENCIO Y LA ESCUCHA A LA RESONANCIA Y LA CARICIA

DEL SILENCIO Y LA ESCUCHA A LA RESONANCIA Y LA CARICIA

ALBA LUCIA GIRALDO RAMIREZ

“No somos seres humanos que tienen experiencias espirituales... En realidad somos seres espirituales que están viviendo una experiencia humana"

Jeff Foster

El ser humano se colma de entusiasmo, si lo que hace es importante para él y para su existencia; si esa experiencia la vive desde el amor, la pasión y la belleza. Vivimos para darle sentido a nuestra vida. Existimos para expresar nuestra presencia, descubriendo nuestros deseos e interés, que sean coherentes con los anhelos, cualidades, aptitudes y emergencias de cada uno. Es bajo esta reflexión donde se convida a la autonomía, a la emancipación, a la liberación. Es así como el sentido; se edifica, se crea y se renueva en un proceso de encuentro, de descubrimiento y de adquisición permanente, del día a día del aquí y el ahora.

El crecimiento espiritual es un camino en la mediación, es una oportunidad para construir sentido y significado desde las relaciones, las conexiones y diálogos consigo mismo y con la otredad.

Desde el encanto de la mediación el facilitador debe conocerse a sí mismo, sentirse cómodo y manejar las emociones y las tensiones. Apasionarse por la creatividad, por el deseo de descubrir, de explorar, de probar, de mirar las cosas diferentes y con apertura al cambio. Entregar ilusión, dialogar, escuchar, encontrar un lugar en el corazón de otro; siempre es posible hacer algo nuevo, que emerja desde el sufrimiento y la adversidad.

La mediación pedagógica es un proceso significativo, se construye con sentido, favorece la libertad para expresarnos, nos permite soñar, hacer posible lo imposible. La cognición o proceso de aprendiencia, es fundamental para la vida; involucra armoniosamente la mente y el espíritu; es una alternativa de crecimiento del ser desde su interior.

El silencio es una aventura en la mediación, con la posibilidad de brindar bifurcaciones entre lo que se sabe y lo que se puede llegar aprender, de lo que se siente y lo que se puede llegar a sentir, es un lenguaje del encuentro consigo mismo y con la otra persona. Continuamente emergen aprendizajes nuevos y alternos desde el sentido de la mediación. Implica como dice (Gutiérrez, 1996) construir sentido en una relación en la que entran el dialogo, la creatividad, la novedad, la incertidumbre, el entusiasmo y la entrega personal.

Mediar desde el silencio y el dialogo interior es vivir el aquí y el ahora, es danzar entre la certidumbre y la incertidumbre, es conectarse con la sinergia, es convivir con el amor y el desapego, es vivir con sentido, es fluir con las energías en una experiencia plena; es sentir y hacer sentir, es participar entregando lo mejor de sí y recibiendo lo mejor de otras almas. Todo esto involucra un ambiente de complacencia de encuentros significativos, donde se comparte el tesoro de los sentidos, la magia de la fantasía y la creación en comunión con el universo.

Antes de la creación, en el caos primordial, nada podía enunciarse y, por lo tanto, el silencio era la situación del caos, incomparable hasta la creación, la noche se equiparaba con el caos por su faceta regeneradora y por su cualidad de oscuridad. Entonces, identificamos ambos conceptos, noche y caos, también por su aspecto silencioso. Con la llegada de la noche cesa la luz del día, llega la oscuridad, el anochecer también supone un cese de movimiento.

Lo primero fue el Caos primordial quien en conjunto con el Amor primordial hicieron surgir al cielo y a la tierra: El caos Primordial (silencio, calma, reposo), se encuentra en las aguas esenciales dentro del mismo ser humano y si aprendemos a trasmutar tales aguas es posible que exista una creación superior. Todas las almas venimos del alma primordial, la esencia perfecta, la energía absoluta y el vacío incondicional.

Los distintos orígenes egipcios. Decían que al principio de los tiempos sólo existían, las aguas celestes esenciales, y todo era silencio, tinieblas y vacío. Era el caos era incertidumbre, era el padre de todo cuando iba a existir. La existencia de la ley general de la naturaleza es Dios; es el código que abarca toda la realidad y la sostiene.

La sabiduría de la cábala es la fuente donde podemos beber, aprender y formarnos sobre la esencia del creador. La cábala es una ciencia que nos explica cómo está hecha toda la realidad, nos revela el para que existimos y nos da las herramientas para comprender este mundo; La cábala nos convoca a recibir; es una de las principales corrientes de la mística judía; es la tradición oral que explica y fija el sentido de la Sagrada Escritura; esta sabiduría precede a cualquier religión o teología y fue dada a la humanidad por el creador.

La cábala es una de las herramientas que se necesitan para obtener felicidad y plenitud; para llevar la Luz del creador a la vida propia. Es un forma de alcanzar la paz y la alegría que todo ser humano desea y merece en lo más profundo de su ser.

Desde la cábala percibimos a Dios como la fuerza universal que maneja toda la naturaleza. Viviendo esta experiencia cabalística, alcanzamos al creador, resonando con él en un sistema holístico con la energía suprema. El estudio de la cábala le abre al ser humano la posibilidad de llegar a la eternidad, al dialogo interior, a la felicidad, a la alegría y a la plenitud; porque conoce todos los secretos sobré el cosmos y el ser interior, puede beneficiarse de ella para el bien, para sentirse mejor él, y en su relación con los demás.

La fuente de la cábala proviene de uno mismo, del silencio, del desapego; es acceder al mundo superior es la semilla de la vida. Es nuestra casa, es el origen, es la esencia, es el caos primordial; si cambiamos de morada, se transforman las fuerzas superiores y cambia nuestra vida.

La expresión de la cábala nos conduce a la conexión espiritual, al dialogo con las almas al nivel más sublime. Nos permite desarrollar el sexto sentido y sintonizarlo a una frecuencia en que vamos a percibir el mundo en su totalidad; entrar en un nivel de existencia donde experimentamos la eternidad y la perfección.

Aunque la sabiduría de la cábala existe hace seis mil años; hoy es urgente conocerla, porque el ser humano siente que no saben cómo estar, como vivir, como resolver la adversidad y el sufrimiento. Nuestro ego ha crecido tanto que nos odiamos unos a otros, nos rechazamos a nosotros mismos, nos desvinculamos de la familia, nos divorciamos,

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