ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

De cómo debe ser un ingeniero mexicano


Enviado por   •  12 de Septiembre de 2014  •  Prácticas o problemas  •  3.188 Palabras (13 Páginas)  •  269 Visitas

Página 1 de 13

CAPITULO IV

De cómo debe ser un ingeniero mexicano

¿Cómo resolver carencias sin una ingeniería nacional de primer nivel?

Te darás cuenta que nuestro país requiere competir en el mundo para sobrevivir, y requiere antes, sobrevivir para competir en el mundo: la ingeniería juega en ambos asuntos un papel de primera importancia. La función del ingeniero mexicano se ubica en tres planos; atender las necesidades del pequeño México subdesarrollado para incorporarlo al bienestar que no conoce, y al mismo tiempo restaurar la propia casa profesional, que ha quedado maltrecha por las inclemencias de os malos tiempos.

El porvenir de México depende, ciertamente por un lado. De lo que harán los mexicanos, de lo que decidan no dentro de 10 años, sino de lo que decidan hoy y mañana; de las acciones que emprenden pero también del contexto internación en el que México mantiene relaciones cada vez más estrechas.

La ingeniería requiere de inteligencias claras, de espíritus sensibles y generosos. Por eso la formación del ingeniero no puede restringirse al aprendizaje de la técnica de la ingeniería. Debe comprender todo lo que conduzca a las múltiples respuestas de la serie que Fernando Savater plantea así;

¿Debe la educación aptos competidores en el mercado laboral o formar hombres completos?

¿Ha de potenciar la autonomía de cada individuo, a menudo crítica y disidente, a la cohesión social?

¿Debe desarrollar la originalidad o mantener la o mantener a identidad tradicional del grupo?

¿Atenderá a la eficacia práctica o apostara por el riesgo creador?

¿Reproducirá el orden existente o instruirá a los rebeldes que puedan derrocarlo?

¿Mantendrá una escrupulosa neutralidad ante la pluralidad de opciones ideológicas, sexuales y otras diferentes formas de vida (drogas, televisión, polimorfismo estético…) o se decantara para razona lo preferible y proponer modelos de excelencia?

¿Pueden simultanearse todos los objetivos de educar a todo mundo de igual modo o debe haber diferentes tipos de educación, según la clientela a la que se dirijan?

¿Acaso existe obligación o siquiera posibilidad de educar a cualquiera, lo cual supone que la capacidad de aprender es universal?

En resume, “educar para la razón”, como propone Spinoza en su Ética inmortal. Educar para formar rebeldes al frente a la sinrazón que campea por doquier. Educar para lograr el máximo de conocimientos y cancelar el mínimo de dogmas y prejuicio. Prepararse para responder retos extraordinarios, claros y complejos, como los que se deducen en la sociedad digital de Mercier, Plassard y Scardigli.

El ingeniero debe de ser primero un ser sensible, y luego un maestro de la tecnología; si las herramientas de la ciencia, técnica se manejan fríamente, parece “el aprendiz de brujo” que experimenta con la inteligencia artificial y un inmenso poder tecnológico sobre el destino de la sociedad. Por eso no resisto la tentación de escribir aquí, a pesar de que pasado una buena parte de mi vida dedicado a la enseñanza, una de las tantas lucidas reflexiones de Oscar Wilde: “la educación es algo admirable pero de vez en cuando conviene recordar que las cosas que verdaderamente importan saber no pueden enseñarse” igual que con el conocimiento, en que cada vez que aprendes una cosa te das cuenta que hay muchas más que ignoras-por eso al final de su vida Sócrates afirmaba solo sé que no se nada-; que al saber más de un tema; vamos descubriendo su infinitesimalidad y la magnitud extraordinaria del conjunto de saberes que integran el todo, la ingeniería nos ofrece permanentemente el reto de lo inalcanzable.

Carta V

De la historia de la ingeniería mexicana

“La historia -decía Huizinga- es la forma en que la cultura rinde cuentas de su pasado”. Según Voltaire, “la humanidad evoluciona no de un modo mecánico, ni por que exista una fuerza superior que se encargue del progreso, sino del esfuerzo continuado de generaciones”.

En 1792 inició sus trabajos en la casa que hoy ostenta el número 90 de la calle de Guatemala en nuestro centro histórico, y que luego se trasladó al palacio de minería, al triunfo de la república, cuando el benemérito Juárez reorganizo la instrucción pública en 1867, el colegio de minería se transformó en la escuela nacional de ingenieros, creándose las carreras de ingeniero civil, e ingeniero topógrafo y agrimensor. Antes, en 1843, apareció en México por primera vez el título de ingeniero, al convertirse a los peritos facultativos de minas que salían del colegio en ingenieros en minas.

Sin embargo, es al ferrocarril -100% tecnología importada-, iniciando con concesiones de operación subsidiadas, de derecho de vía, de compra de terrenos aledaños, de exploración de bosques, y que nacionalizara mucho años después el ingeniero Alberto j. Pani, a quien toca ser el verdadero detonador de la industrialización del país, a partir de la construcción de las vías, y desde luego, por la infraestructura de transporte que proveyó. El telégrafo mexicano – también pura tecnología importada- envía su primer mensaje en 1851, iniciando nuestras telecomunicaciones, y luego constituyo, con el ferrocarril, la infraestructura del gran movimiento social que fue la revolución mexicana. Entre 1878 y 1882, se instalan en la ciudad de México las primeras redes telefónicas, solo tres años después del extraordinario de Alexander Graham Bell –a quien hoy se acusa de plagio- y en 1902, las primeras estaciones de telegrafía sin hilos. En 1920 llega a México la radio de aficionados y en 1930 la radiodifusión comercial, precursora de la televisión, que llega en los años 50, de la comunicación analógica y digital de las siguientes décadas y de nuestro sistema satelital de los 80, como preludio de la entrada triunfal de las redes globales de telecomunicaciones que invadieron al mundo para finalizar en siglo XX. Un punto de referencia para la ingeniería mexicana es el origen de la televisión en México, que se remonta a 1935, cuando Guillermo González Camarena realiza transmisiones experimentales con equipo que el mismo diseño, patentando en 1940 un sistema de televisión en color, varios años antes de que el uso de la televisión en blanco y negro se generalizara en el país. Es también a principios del siglo XX cuando se inicia la industria petrolera y la electrificación del país y los primeros esfuerzos , malogrados, en la aeronáutica,

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (20.9 Kb)  
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com