Definición de biomasa

1.- Introducción

L

a Conferencia de Kyoto obliga a todos los países a desarrollar el uso de fuentes energéticas renovables, para reducir el consumo de combustibles fósiles y las emisiones contaminantes en la atmósfera, causantes del efecto invernadero, entre otras consecuencias dañinas para el medio ambiente.

La biomasa se define como “la materia orgánica originada en un proceso biológico, espontáneo o provocado, utilizable como fuente de energía renovable, entendiendo como tal que, por lo menos, se consume a un ritmo inferior o igual al que se produce”.

Toda sustancia orgánica, para ser considerada como biomasa debe ser generada de forma sostenible. Esto implica que debe utilizarse por debajo de la tasa de renovación, no incluyendo por tanto a productos como los combustibles fósiles, que sí tienen un primer origen en los compuestos formados en la fotosíntesis, pero se usan muy por encima de su tasa de renovación.

Con el uso masivo de combustibles fósiles a partir del siglo XIX, el aprovechamiento masivo de la biomasa fue disminuyendo progresivamente y en la actualidad, presenta en el mundo un reparto muy desigual como fuente de energía primaria.

En los países desarrollados, es una energía renovable extendida y que cada vez más se está potenciando. Como contraste en multitud de países en vías de desarrollo, la biomasa es, sin embargo, la principal fuente de energía primaria, lo que provoca en muchos casos problemas medioambientales, tales como la deforestación, desertización, reducción de la biodiversidad, etc.

No obstante, en los últimos años el panorama energético mundial ha variado notablemente. El elevado coste de los combustibles fósiles y los avances técnicos han causado que esta fuente de energía renovable se empiece a considerar como una alternativa total o parcial a los combustibles fósiles.

La energía de la biomasa proviene en última instancia del sol, como el resto de las energías renovables, por el proceso de fotosíntesis.

Mediante la fotosíntesis las plantas absorben y almacenan una parte de la energía solar que llega a la Tierra. Las células vegetales utilizan la radiación solar para formar sustancias orgánicas muy variadas a partir de sustancias minerales simples, del agua y del CO2 presente en el aire.

Figura 1.1.- Definición de biomasa

En este proceso de transformación de la materia orgánica se generan subproductos que no tienen valor para la cadena nutritiva o no sirven para la fabricación de productos de mercado, pero que pueden utilizarse como combustible en diferentes aprovechamientos energéticos.

La ecuación química de la fotosíntesis es la siguiente, de forma simplificada:

〖6H〗_2 O+〖6CO〗_2+LUZ SOLAR+nutrientes →C_6 H_12 O_6+〖6O〗_2

Es decir, por cada seis moléculas de dióxido de carbono, con la luz, la planta genera una molécula orgánica para su estructura y consumo de energía, y seis moléculas de oxígeno gas.

Figura 1.2.- Esquema de la fotosíntesis

Si se quema esa biomasa para producir energía, la ecuación de la combustión es la siguiente, lo inverso de lo anterior, lo que demuestra el balance neutro de la utilización energética de la biomasa:

〖C_6 H_12 O_6+〖6O〗_2→6H〗_2 O+〖CO〗_2+cenizas+ENERGÍA CALORÍFICA

La sostenibilidad de la utilización de la biomasa vendrá entonces de su propia producción, de su transporte y de la reutilización de sus cenizas.

2.- La biomasa en el mundo y en el contexto de la UE.

2.1.- La biomasa en la Tierra

La biomasa fue la primera fuente energética, además del Sol, y la más importante para la humanidad, desde el descubrimiento del fuego con leña en la prehistoria, basándose en ella toda la actividad manufacturera y los sistemas de calefacción hasta el inicio de la Revolución Industrial.

En la actualidad, los consumos de biomasa a nivel mundial han superado los 1000 Mtep, lo que representa algo más del 13% del consumo mundial de energía primaria, cifra que puede no ser muy indicativa, pero es comparable a la proporcionada por el gas natural o la energía nuclear.

Este consumo presenta un reparto muy desigual a nivel mundial como fuente de energía.

El 34% del volumen total de consumo se localiza en Asia (excepto China) y el 25,1% en África, donde los usos no comerciales de la biomasa son preponderantes. La distribución por grandes áreas de los consumos de biomasa no ha cambiado de forma significativa en los últimos años. Los países de la OCDE absorben cerca del 15% del total de los consumos de biomasa y los países no-OCDE más del 85%, principalmente en el sector doméstico.

La biomasa es el recurso económico más importante en algunos países, como en Brasil, donde la caña de azúcar se transforma en etanol, o en la provincia de Sichuan, en China, donde se obtiene gas a partir de estiércol.

En los últimos años el panorama energético mundial ha variado notablemente. El creciente coste de los combustibles fósiles y los avances técnicos han causado que esta fuente de energía renovable se empiece a considerar por las industrias como una alternativa, total o parcial, al carbón, petróleo o gas natural.

La capacidad de desarrollo de esta fuente de energía es muy considerable. De todo el potencial ofrecido por la biomasa en todo el planeta, se estima que un 10% se podría aprovechar de manera sostenible y de forma económicamente viable. Este 10% equivale aproximadamente a cuatro veces la cantidad de biomasa usada actualmente, es decir, más del 50% de la energía primaria consumida en el planeta podría ser proporcionada por la biomasa.

2.2.- La biomasa en la UE.

Durante el año 2007, la producción y consumo de biomasa sólida con fines energéticos en la Unión Europea de los 25 ascendió a cerca de 86 Mtep, dando cobertura al 5% de la demanda total de energía primaria de la Unión y más de la mitad del total de las renovables.

Es, por tanto, de todas las fuentes de energía renovables, la biomasa, la más importante en el conjunto

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