Desarrolle la valorización de la individualidad en tanto “Programa conciente”, que se produce a partir del renacimiento en la sociedad moderna

1) Desarrolle la valorización de la individualidad en tanto “Programa conciente”, que se produce a partir del renacimiento en la sociedad moderna.

En Hauser, en el renacimiento, el arte y la literatura son una manera de acceder a la sociedad, no solo reflejan la sociedad, sino que además producen y reproducen esa sociedad. El artista es el que organiza su vida rompiendo lo establecido, en él se cifra una originalidad que lo destaca del resto, manifestándose de esta manera la individualidad, “Lo esencial en esta concepción artística es el principio de unidad y la fuerza del efecto total, o, al menos la tendencia a la unidad y la aspiración a despertar una impresión unitaria, aun con toda plenitud de detalles y colores” . El arte empieza a ver la forma y ésta forma como una totalidad. Es por esto que para conocer una pintura hay que tener cultura del arte. Cada vez es más difícil relacionarse con el arte porque no tenemos una base, de modo que se crea una cierta cultura artística en la cual se valoriza al artista.

El arte comienza a ser reflexivo en la medida en que no expresa la realidad, si no que la reproduce, se produce una abstracción de la realidad. En el renacimiento es cuando la figura del autor aparece, quedando asociada a la mirada del autor, premodernamente la importancia y el valor lo tenia el contenido, es decir el “qué”, por esto mismo, el autor no tenía gran importancia, mientras que en la obra del arte moderno se desplaza al “cómo”, a la forma, ya que la particularidad es la forma y la manera que se ha trabajado, modernamente el arte se articula mostrando las formas, lo cual se entiende como la reflexividad. Esta se conforma paulatinamente exhibiendo y mostrando las formas, en donde el contenido del arte va a ser el arte. El carácter reflexivo del arte, hace que el arte contemporáneo sea complejo para nosotros. Modernamente a partir del renacimiento, la obra se entiende como una totalidad que no está subordinada, que no tiene una función ritual, la obra de arte a partir del renacimiento va a cobrar una autonomía, tiene autonomía porque tiene una experiencia propia, un espacio propio que implica una separación del contexto, una descontextualización.

Modernamente se experimenta cuando el cuadro se entiende como una especie de ventana a través de la cual nos parece estar viendo el espacio, un universo, ese espacio nosotros lo representamos como una conquista del realismo, que esta centrada en el espacio, implica y supone una construcción geométrica, un espacio homogéneo, que implica una abstracción de la realidad, “el descubrimiento de la naturaleza por el Renacimiento es un invento del liberalismo del siglo XIX. El liberalismo […] la lucha contra el espíritu de autoridad y de jerarquía, el ideal de la libertad de pensamiento […] la luz de los tiempos modernos contrasta por todos lados con tinieblas de la Edad Media” , o sea, toda historia también es una construcción. Al siglo XIX lo que le interesa es desmarcarse de las posiciones conservadoras de las posiciones anteriores, lo que pone en juego es la lucha política que pretende romper cierta manera hegemónica que comprende a la historia.

En la pintura Renacentista, los detalles comienzan a multiplicarse, el efecto de realidad que produce ésta pintura se trata de un efecto de realidad que le da coherencia a la representación, esa coherencia nos hace ver una realidad, lo que nos afecta como realidad es cómo están organizados estos elementos (los que dan las perspectivas centrales), el elemento político aparece en la manera en que es contada el arte. Entendemos la sociedad como un sistema, una unidad, una totalidad cerrada sobre sí mismo. Premodernamente el espacio de la pintura tiene un rol ritual, de modo que el hombre participa del espacio, pero se disuelve dentro de él, no se permite la interpretación, porque el espacio pertenece a un espacio “sagrado”, el cual no se puede interpretar. Mientras que Modernamente el espectador es parte del cuadro, lo involucra en un espacio homogéneo (carácter reflexivo)

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