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Descentralización


Enviado por   •  4 de Junio de 2014  •  1.572 Palabras (7 Páginas)  •  273 Visitas

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URGENCIA DESCENTRALISTA

I. INTRODUCCIÓN

La historia de nuestro país (más específicamente, el Tahuantinsuyo) nos enseña que la descentralización hizo del espacio y de la diversidad ambiental un componente central de la organización del territorio y de sus estrategias de desarrollo. Es así, que la gran lección que nos queda de este proceso histórico tiene que ver con la vigente tarea de forjar la unidad de nuestra multiculturalidad, como una de las dimensiones de la construcción de un país descentralizado.

Pero, en la actualidad una característica estructural de la sociedad peruana es la concentración del poder político y económico, lo que ha generado un profundo desequilibrio entre Lima y las regiones.

Es por eso, que el proceso de descentralización en el Perú representa una de las condiciones esenciales para construir una nueva sociedad, una nueva plataforma productiva y un nuevo Estado. Es, en ese sentido, un esfuerzo con profundas raigambres políticas y sociales, que finalmente apuntan al logro de objetivos de desarrollo sostenible y equitativo.

Entonces, la implementación de la política de descentralización del Estado es un proceso progresivo y complejo, tanto por los objetivos que persigue como por la diversidad de políticas públicas, los procesos y actores involucrados en la reforma.

II. ANÁLISIS

Como ya se sabe, el centralismo impide una distribución equitativa del poder y las oportunidades de desarrollo y realización, ya que es una forma de organización y gestión que concentra el poder económico, político y administrativo en pocos espacios y en pequeños grupos sociales que tienen el control del Estado, llegando a convertirse en una traba estructural para el desarrollo del país.

Y si partimos del principio que el constructor y a su vez el objetivo del desarrollo debe ser el hombre, es posible entender la importancia de brindarle las condiciones básicas para que pueda desarrollar sus capacidades y encontrarse preparado para identificar y aprovechar las oportunidades que le ofrezca la sociedad. Sin embargo, en lo relativo al desarrollo de las capacidades humanas encontramos que las disparidades y brechas son muy marcadas, conforme se avanza de la capital hacia los espacios menores, debido a que en Lima el IDH (esperanza de vida, logro educativo e ingresos) es mayor que en el resto del país; esto como consecuencia de la centralización.

Es por esto, que las poblaciones que buscan oportunidades con persistencia y sacrificios, al no encontrarlas en su lugar de origen, migran hacia otros en los que creen pueden tener mejores resultados. Así, Lima se ha convertido en un foco de atracción migratoria que satura las posibilidades de empleo productivo, servicios básicos, desarrollo urbanístico y condiciones ambientales.

Por tanto, debemos tener muy presente que el nexo entre el centralismo, la falta de oportunidades y la pobreza es directo, y afecta más al medio rural que al urbano.

Así, el centralismo en sus diversas expresiones, es una contraposición al sentido mismo del desarrollo de las sociedades y del país, ya que impide que el Estado cumpla con su deber, que no es otra cosa que promover el desarrollo integral y equilibrado de la nación, respetando los derechos y deberes de la ciudadanía.

Entonces, podemos decir que el Perú es un país notoriamente centralizado, y debido a lo ya mencionado anteriormente, debemos de estar seguros de la negatividad de su existencia y de cómo un descentralismo podría significar una solución a nuestros problemas.

Por consiguiente, la descentralización debe ser un instrumento de redistribución de las oportunidades en el país, una vía para potenciar nuestra integración a las oportunidades y al mundo globalizado.

Sin embargo, la descentralización es un proceso difícil y complicado porque implica una necesaria refundación del pensamiento sobre el desarrollo, pues el desarrollo no es sinónimo de crecimiento económico, ni solamente de acceso a los servicios básicos, educación y salud sino que tiene que ver con el crecimiento de oportunidades de realización y mejoras en el bienestar de las personas.

Siendo así, el desarrollo humano como estrategia descentralista, supone prioridad e inversión sostenida en el desarrollo de las capacidades humanas, posibilitando su acceso a alimentación y salud pero también a la información, los conocimientos adecuados y a la creatividad que constituyen hoy los factores determinantes del desarrollo.

La descentralización debe potenciar la articulación urbano-rural, el crecimiento de las ciudades pequeñas, medianas e intermedias y buscar la complementariedad entre los procesos locales y regionales. Y para ello, será conveniente otorgar prioridad a las inversiones públicas y privadas en vialidad, promover la articulación al interior de cada región natural y buscar incorporar los espacios con potencial productivo a los circuitos del mercado.

En tal caso, para llegar a una descentralización resulta determinante las ventajas potenciales del país que no se encuentran en la capital (Lima) sino en las demás regiones y localidades, pues su territorio ofrece recursos que al ser utilizados facilitan el desarrollo del país; en ese sentido, es el Estado, los gobiernos regionales

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