Descripción SALA DE MEDIACIÓN

Describe la distribución de una sala de mediación en un servicio de mediación comunitaria, teniendo en cuenta las características que debe reunir un espacio de mediación.

La sala donde se desarrollará el proceso de mediación comunitaria ha de tratarse de un espacio neutral, no beligerante, donde todos nos sintamos cómodos.

En este caso se trata de un espacio de 40 m2.  

Al entrar, y teniendo la puerta de espaldas como referencia, nos encontramos a su izquierda con un dispensador de agua y una mesa auxiliar para la bebida.

 A su derecha, encontramos un colgador, perchero y paragüero, donde podremos dejar nuestros objetos personales como bolsos, mochilas o prendas, para sentirnos más ligeros y cómodos.

La sala, a su izquierda, consta de un amplio ventanal por el que pasa mucha luz natural, y que proporciona a la habitación muy buena iluminación y ventilación. En ella, se encuentra también, una lámpara que, en caso de ser necesario nos proporcionará una iluminación óptima (ni muy fría, generando distanciamiento, ni demasiado cálida, evitando la privacidad de cada participante).

La habitación dispone también de un sistema de calefacción y aire acondicionado que utilizaremos en caso preciso, para sentir una temperatura agradable durante todo el proceso, de lo contrario, los participantes pueden sentirse incómodos y querer terminar la sesión con rapidez.

Es también, un espacio con buena acústica y buena insonorización, lo que hará que evitemos ruidos o interferencias externas no deseadas, y facilitará la comunicación entre nosotros.

Nos aseguraremos, además, de evitar interrupciones, para ello advertiremos que no nos pasen llamadas, del mismo modo, tal y como aparece en el plano, y como en este caso, podremos colgar un cartel en la puerta de no molestar.

Además, tanto el mediador como los participantes, como norma general, deberán tener en silencio sus teléfonos si disponen de ellos.

Durante todo el proceso será muy importante mantener la puertas y ventana cerradas para asegurar privacidad, que genera y fomenta la confianza.

La decoración de la sala, ha de ser mínima, con pocos objetos que puedan servir de distracción, y a su vez, deberá crearse un ambiente agradable.

Para ello, el espacio ha de verse bien cuidado, con paredes bien pintadas, en este caso blancas, y con el mobiliario en tonos neutros, para potenciar la sensación de orden, limpieza, amplitud y luminosidad.

Para la elección de la disposición, debemos dedicar tiempo para pensar como colocar a las partes teniendo en cuenta las características de las personas con las que mediaremos. En este caso, la mesa es redonda, de tamaño medio, pero suficiente para ser cómoda y funcional.

El mediador o mediadora se sitúa en medio, mirando hacia la puerta y las partes a un lado, de este modo conseguimos proximidad, sin que nadie se encuentre totalmente al frente del otro, y evitamos distracciones.

Sobre la mesa les facilitamos hojas y bolígrafo por si hubiera que tomar alguna anotación.

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