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Desertificacion


Enviado por   •  24 de Marzo de 2013  •  3.207 Palabras (13 Páginas)  •  431 Visitas

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Desertificación

La desertificación de la tierra se entiende como la degradación de las zonas áridas, semiáridas y sub-húmedas derivadas de los efectos y negativos del clima y de las actividades humanas.

Para la FAO, la desertificación se define como: La expresión general de los procesos económicos y sociales, así como de los naturales e incluidos por el hombre, que rompen el equilibrio del suelo, la vegetación, el aire y el agua, ruptura que ocasiona la disminución o destrucción del potencial biológico de la tierra, la degradación de las condiciones de vida y la expansión de los desiertos.

Esos procesos destructivos incluyen: la erosión hídrica, la erosión eólica y la sedimentación que reduce la cantidad y diversidad de la vegetación natural y aumenta la salinización o sodificación.

Procesos de desertificación

Se consideran siete procesos principales que conducen a la conversión de tierras en desiertos, cuatro primarios (con efecto amplio y de fuerte impacto) y tres secundarios. Para evaluar el efecto de la desertificación se considera: el estado actual, velocidad y riesgo, y con base en esos criterios se establecen diferentes grados de desertificación (ligera, moderada, severa y muy severa).

1)Degradación de la cubierta vegetal. Deforestación derivada de la eliminación de la cubierta vegetal ocasionada por la tala, los incendios, la lluvia ácida, etc.

2) Erosión hídrica. Efecto de las corrientes de agua que arrastran la cubierta que cubre el suelo. Se acelera cuando el ecosistema se altera por acción de las actividades humanas como la deforestación y el cambio de uso de suelo (construcción de carreteras, asentamientos humanos, explotación agrícola, pecuaria o forestal).

3) Erosión eólica. Remoción de la cubierta del suelo ocasionada por el viento. Tiene especial impacto en las zonas áridas y semiáridas, generado por el sobrepastoreo, la tala inmoderada y la práctica inadecuada de actividades agrícolas.

4) Salinización. Ocasionada por el aumento de la concentración sales solubles en el suelo, generada por el rompimiento del equilibrio hídrico/salino. Esto reduce de una manera muy importante el desarrollo vegetal.

5) Reducción de la materia orgánica del suelo. Se genera cuando la cubierta vegetal que provee los nutrientes orgánicos al suelo, es removida.

6) Encostramiento y compactación del suelo. Estos procesos ocurren como consecuencia de los procesos primarios: escasez de materia orgánica, uso intensivo de maquinaria agrícola o sobrepastoreo.

7) Acumulación de sustancias tóxicas. El envenenamiento del suelo con frecuencia es generado por un uso excesivo de abonos y fertilizantes así como de métodos químicos de control de plagas (pesticidas y plaguicidas).

Para estimar mejor la forma en que ha cambiado la superficie terrestre conviene observar las siguientes gráficas que señalan la distribución de las diferentes áreas observada en 1990 y la prevista según las tendencias, para el 2015 y el 2050:

En la región de América Latina y el Caribe se reportan grandes extensiones secas que están en vías de convertirse en desiertos, en países como México, Argentina, Bolivia, Perú y Chile. En la región mesoamericana donde se localiza nuestro país, hay más de 63 millones de hectáreas; cerca del 88% de la tierra restante está amenazada por este fenómeno.

Casi ¼ de la superficie total de tierras en el mundo está amenazada por la desertificación y afecta casi al 70 % de la población humana.

La desertificación mengua la productividad de las tierras, generando la migración de numerosos grupos de personas hacia las zonas urbanas, produciendo pobreza e inestabilidad económica y social.

La urbanización acelerada y mal planificada lleva a la pérdida de tierras cultivables, afecta la protección de las cuencas y produce la pérdida de la biodiversidad.

La escasa protección que las naciones dan al ambiente lleva en muchas ocasiones a la adopción de medidas inadecuadas que agudizan el problema. El aprovechamiento excesivo de tierras puede darse en circunstancias económicas precarias, con legislaciones o prácticas territoriales inadecuadas.

La pobreza puede llevar a la gente de las pequeñas comunidades a acabar con los pocos recursos disponibles; las pautas de comercio internacionales pueden llevar también a la explotación excesiva para la exportación, que pronto convierte grandes superficies en zonas áridas, poco productivas. En ambos casos, las comunidades regionales no perciben beneficios que eleven su calidad de vida, más aún, cuando la tierra deja de producir quedan tan pobres o más que antes.

El uso de tecnologías inadecuadas, muchas veces importadas de países desarrollados, puede conducir a la pérdida de suelo.

Las guerras y las revoluciones afectan también de una manera decisiva el uso del suelo, grandes masas de emigrantes abandonan sus lugares de origen y se desplazan a asentamientos irregulares que deterioran el suelo.

Fenómenos como el ‘Niño’, atados a problemas de contaminación y de cambio climático, afectan también las características del suelo.

Efectos de la desertificación

Cuando la tierra pierde la cubierta de materia orgánica que la cubre, se agrieta acelerando el efecto erosivo del agua y el viento, sufre irrigación de una manera inadecuada aumentando su salinidad, cuando el ganado pisotea y compacta el terreno, se vuelve estéril aumentando la evaporación superficial del agua y las escorrentias.

La pérdida de la cubierta vegetal es al mismo tiempo causa y efecto de la degradación de la tierra.

Las inundaciones y las corrientes de agua en los temporales, llevan una gran cantidad de sedimentos que se acumulan en el fondo de los lagos y ríos, contribuyendo a la formación de pantanos que son el resultado de la alteración de esos ecosistemas.

La formación de tolvaneras en las zonas áridas puede contribuir de una forma decisiva en la salud de las personas que habitan en los alrededores (ver el caso del Plan Lago de Texcoco) por lo que la salud es otro de las áreas en que afecta la formación de desiertos.

La producción de alimentos es uno de los efectos más sensibles de la formación de desiertos. La mala alimentación y la franca hambruna son uno de los problemas centrales de los países en vías de desarrollo. La guerra y las revoluciones sociales han estado históricamente, atadas a este tipo de problemas.

La desertificación conlleva enormes costos de tipo social. La formación de grandes manchas urbanas y suburbanas de desplazados del campo, los campamentos de refugiados en las fronteras de muchos países, produciendo una enorme presión social que estalla intermitentemente en todo el mundo. La pérdida de condiciones de vida, la mala alimentación y sus efectos en la salud, la pérdida de identidad hacen un caldo de cultivo propicio para el estallido social, por momentos, incontenible.

La región de América Latina y el Caribe

En ella se advierten problemas serios generados por una deficiente integración de las actividades de agrícolas de riego, de temporal y pastizales con relación a los bosques, lo que incrementa el deterioro de los ecosistemas naturales.

El desarrollo poblacional carece de una planificación integral. Las condiciones de vida de la población rural están por debajo de los mínimos aceptables.

En América del Sur, 100 millones de hectáreas han sido degradadas por el efecto de la deforestación y 70 millones por el sobrepastoreo.

Con el deterioro del suelo cultivable, los países en desarrollo se ven impulsados a comprar a los países desarrollados, normes cantidades de agroquímicos para aumentar el rendimiento del suelo, lo que ocasiona una fuga importante de recurso, el incremento de los costos de producción y el envenenamiento del suelo y del agua., generando a corto plazo más pobreza y más desierto.

El avance de los desiertos debe ser un asunto de prioridad internacional. Los gobiernos del mundo debieran empeñarse en frenar el crecimiento de los desiertos y la búsqueda de sistemas de producción sostenible, produciendo el menor deterioro ambiental. Para ello se requiere de una gran inversión. Tan solo en mesoamérica, se estima que serían necesarios, al menos, 13 000 millones de dólares para restaurar una parte importante de las áreas devastadas.

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Desertificación

La desertificación es la degradación de las tierras áridas, semiáridas y zonas subhúmedas secas. Causado principalmente por variaciones climáticas Y actividades humanas tales como el cultivo y el pastoreo excesivo, la deforestación y la falta de riego. La desertificación no se refiere a la expansión de los desiertos existentes. Sucede porque los ecosistemas de las tierras áridas, que cubren una tercera parte del total de la tierra, es extremadamente vulnerable a la sobreexplotación y a un uso inapropiado de la tierra.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), la desertificación amenaza a la cuarta parte del planeta, afecta directamente a más de 250 millones de personas y pone en peligro los medios de vida de más de 1 000 millones de habitantes de más de 100 países al reducir la productividad de las toerras destinadas a la agricultura y la ganadería. Estas personas incluyen muchas de los países más pobres, los más marginados y los ciudadanos políticamente más débiles. Aunque la desertificación puede ser provocada por las sequías, en general su causa principal es la actividad humana: el cultivo y el pastoreo exceivos, la deforestación y la falta de riego.

Convención contra la desertificación

Un tratado de las Naciones Unidas, la Convención Internacional de lucha contra la desertificación en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en Africa (1994), se ocupa de este problema. La Convención, en la que son parte 186 países, establece el marco para todas las actividades encaminadas a combatir la desertificación y se centra en el aumento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación y reordenación de las tierras y recursos hídricos. Asimismo insiste en la participación popular y en la creación de un "entorno propicio" que ayude a la población local a valerse de sus propios medios para remediar la degradación del suelo. También incluye criterios para que los países afectados preparen programas nacionales de acción y asigna una función sin precedentes a las ONGs en la formulación y ejecución de esos programas.

Esta Convención tiene como objetivo principal el promover una acción efectiva a través programas locales innovadores y cooperación internacional de apoyo, estableciendo las pautas para luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación, en particular en África, a través del mejoramiento de la productividad del suelo, su rehabilitación y la conservación y ordenación de los recursos de las tierras y los recursos hídricos, en el marco de un enfoque integrado acorde con el Programa 21, para contribuir al logro del desarrollo sostenible en las zonas afectadas.

También enfatiza la participación popular y la creación de condiciones que ayuden a la población local a evitar la degradación de los suelos de forma autosuficiente. Por otro lado, asigna a las organizaciones no gubernamentales una función sin precedente en la preparación y ejecución de programas para evitar la desertificación.

La Convención reconoce que la batalla para proteger las tierras áridas será muy larga, ya que las causas de la desertificación son muchas y complejas, por lo que se tendrán que hacer cambios reales y difíciles, tanto a nivel internacional como local.

Texto íntegro de la Convención

Labor de otros organismos de las Naciones Unidas

Varios organismos de las Naciones Unidas prestan asistencia en la lucha contra la desertifiación. Un programa especial del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) ha movilizado 400 millones de dólare, más otros 350 millones de cofinanciación, para ejecutar proyectos en 25 países africanos amenazados por la desertificación.

El Banco Mundial organiza y financia programas destinados a proteger las frágiles tierras áridas y aumentar su productividad agrícola de manera sostenible.

La FAO reconoce que un elemento esencial para la seguridad alimentaria es la protección del medio ambiente que provea los recursos naturales necesarios para la producción alimentaria. Por lo tanto, el desarrollo rural y la agricultura sostenible en tierras áridas implican combatir la desertificación. Así, la FAO promueve el desarrollo agrícola sostenible mediante una amplia gama de actividades de asistencia práctica a los gobiernos.

El PNUMA respalda los programas de acción regionales, la evaluación de datos, el fomento de la capacidad y la sensibilización de la opinión pública sobre este problema.

El PNUD financia diversas actividades a través del Centro para el Desarrollo de las Zonas Áridas, con sede en Nairobi, que ayuda a elaborar políticas, presta asesoramiento técnico y apoya programas de control de la desertificación y gestión de las tierras áridas. Además, el PNUD está a la cabeza de las acciones de las Naciones Unidas encaminadas a fomentar la capacidad nacional para un desarrollo sostenible desde el punto de vista del medio ambiente, promoviendo las mejoras prácticas en todo el mundo y apoyando las acciones de efectos catalíticos.

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La desertificación es un proceso mediante el cual las tierras ven reducida o pierden su productividad económica o biológica y adquieren de manera artificial apariencia de desierto, aunque ése no haya sido nunca su estado natural. Las tierras se vuelven áridas e improductivas, difícilmente cultivables, y la vida allí se vuelve realmente un desafío.

Se cree que alrededor de un tercio de la población mundial viven en zonas que han sufrido un proceso de desertificación, lo cual afecta terriblemente su modo de vida. Estas comunidades, generalmente pobres, no pueden explotar sus tierras para obtener alimento y excedentes. Tampoco pueden alimentar a su ganado, con lo que sus medios de subsistencia se ven drásticamente cercenados. Sin comida, ni modo de ganarse la vida, las personas de las regiones erosionadas se ven abocadas a la miseria.

La desertificación es una consecuencia directa de la deforestación, pero hay otros factores que la provocan, como por ejemplo la explotación intensiva o la erosión hídrica o eólica. Por detrás de estas causas, casi siempre se encuentra la mano del hombre como detonante.

Encontramos casos sorprendentes, como el de Madagascar, con el 93% de sus bosque tropicales talados. Sin embargo, no hace falta irse tan lejos. España es el país de la Unión Europea con mayor nivel de desertización. Este fenómeno se ceba sobre todo con el sudeste ibérico, con la región de Murcia a la cabeza.

Los únicos remedios conocidos contra la desertificación son, en primer lugar, la reconstrucción de la cubierta vegetal destruida, gracias a la replantación de árboles y la reducción urgente de las emisiones de CO2, en segundo lugar. En InspirAction trabajamos duro para enmendar los efectos de la desertificación, plantando árboles y ayudando a los campesinos a ganarse la vida.

APH, el socio de InspirAction en Malí, ayuda a diversas comunidades de la meseta de Dogon a luchar contra un clima cada vez más seco, proporcionándoles utensilios y formación para aumentar sus cultivos. APH enseña a las comunidades métodos que incluyen la construcción de cinturones de piedra para capturar la valiosa lluvia y que el suelo no quede yermo. Gracias a tu contribución, InspirAction continuará apoyando a las regiones más afectadas por un clima cada vez más árido.Dona ahora

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Desertificación

La desertificación es la degradación de la tierra en regiones áridas, semiáridas y subhúmedas secas, resultante de diversos factores, incluso variaciones climáticas y actividades humanas. Ésta es la definición internacional del fenómeno de la desertificación establecida por la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación, aprobada en París, el 17 de Junio de 1994 (fecha conmemorada desde entonces como día internacional de lucha contra la desertificación).

En esta definición, cada uno de los conceptos tiene un alcance específico para aprehender la complejidad de los procesos de desertificación, aclarados por los expertos de PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente):

• Tierra constituye el sistema bioproductivo terrestre que comprende el relieve y el suelo, la vegetación, otros componentes de la biota y los procesos ecológicos e hidrológicos que se desarrollan dentro del sistema.

• Zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas aquellas zonas en que la proporción entre la precipitación anual y la evapotranspiración potencial está comprendida entre 0,05 y 0,65, excluidas las regiones polares y subpolares.

• Sequía el fenómeno que se produce naturalmente cuando las lluvias han sido considerablemente inferiores a los niveles normales registrados, causando un agudo dese-quilibrio hídrico que perjudica los sistemas de producción.

• Degradación de las tierras implica la reducción o la pérdida de la productividad y complejidad biológica o económica de las tierras agrícolas, los pastizales, y las regiones forestadas, y se debe principalmente a la variabilidad climática y a las actividades antrópicas no sustentables. Se produce por una combinación de procesos que actúan sobre el ambiente. Estos incluyen la erosión hídrica, la eólica y la sedimentación provocada por estos agentes; la reducción a largo plazo de la cantidad o la diversidad de la vegetación natural y la salinización o solidificación de los suelos.

Las tres principales causas de la desertificación son el sobrepastoreo, la deforestación y las prácticas de una agricultura no sustentable. El sobrepastoreo y la deforestación destruyen el estrato de vegetación protectora que cubre las regiones áridas y semiáridas, haciendo posible que la erosión hídrica y eólica decapiten los fértiles estratos superiores del suelo. Las prácticas agrícolas no sustentables eliminan los nutrientes del suelo, salinizándolo, desecándolo, compactándolo o sellando su superficie y provocando la acumulación de sustancias tóxicas. Estas diversas formas de explotación humana que sobrecarga la degradación ecológica y perturbación socio-económica derivan de una combinación de:

1. Explotación humana que sobrecarga la capacidad natural del ecosistema, y que propicia el descuido y abandono de la tierra y la migración de los pobladores.

2. La inherente fragilidad ecológica del sistema de recursos de las tierras secas.

3. Las condiciones climáticas adversas, en particular las sequías recurrentes graves.

La desertificación es un problema ambiental y socioeconómico de alcance mundial que exige especial atención. Es un proceso específico que se distingue de fenómenos similares, en otras zonas más húmedas del mundo, porque tiene lugar en condiciones climáticas muy duras y afecta negativamente a zonas con recursos naturales limitados de suelo, agua y vegetación. La desertificación es un elemento que influye cada vez más en la degradación ambiental del planeta y desempeña un papel importante en la contaminación del agua, el aire y el suelo, la deforestación, las pérdidas de suelo y el cambio climático. Contribuye sustancialmente a la pérdida de la diversidad biológica en el mundo, especialmente en las zonas que son centros de origen de las principales especies de cultivo como el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz. Aumentará la pérdida de biomasa y productividad del planeta y contribuye al agotamiento de la reserva mundial de humus, perturbando las transformaciones biogeoquímicas mundiales. Por último, la desertificación contribuye al cambio climático mundial aumentando el albedo de la superficie terrestre y disminuyendo la tasa actual de evapotranspiración, modificando el equilibrio energético en la superficie y la temperatura del aire contiguo, y añade polvo y dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera.

Alternativas

Lucha contra la desertificación: involucra un gran esfuerzo internacional que propicia la implementación de Planes Nacionales de Lucha contra la Desertificación, con propuestas de actividades que formen parte de un aprovechamiento integrado de la tierra de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas para el desarrollo sustentable.

Estas actividades tienen por objeto:

1. La reparación o reducción de la degradación de las tierras.

2. La rehabilitación de las tierras parcialmente degradadas.

3. La recuperación de tierras desertificadas.

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