¿Dónde encontrar a los sujetos?
bl4ckspiderEnsayo27 de Febrero de 2016
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De: Delval, Juan, Descubrir el pensamiento de los niños. Introducción a la práctica del método clínico. Barcelona: Paidós, 2001, capítulo 5, páginas 113-139.
5. LA REALIZACIÓN DE LA ENTREVISTA
La realización de la entrevista debe hacerse en unas condiciones que sean lo más favorables para que obtengamos los mejores resultados. Examinaremos los distintos factores humanos y materiales que intervienen en la entrevista y que facilitan su desarrollo. Conviene que nos detengamos en examinar el lugar en que se realiza, cómo se van eligiendo los sujetos a los que entrevistamos, cómo establecemos el contacto con ellos, las personas que asisten a la entrevista, la actitud del entrevistador, el registro de los datos y su posterior transcripción.
Una vez que hemos planificado cuidadosamente nuestro trabajo ha llegado el momento de ver cómo podemos comenzar a estudiar a nuestros sujetos. Por ello vamos a referirnos a continuación a las condiciones en las que realizaremos la recogida de datos. Nos tendremos que ocupar del lugar en que se celebrará la entrevista, de la elección de los sujetos, y del registro de la entrevista. Nos excusamos por proporcionar unas informaciones muy concretas, algunas tan de sentido común que no parecería necesario ocuparse de ellas. Sin embargo hemos tenido ocasión de comprobar muchas veces que los investigadores novatos no las tienen en cuenta y eso les causa a veces graves perjuicios.
¿Dónde encontrar a los sujetos?
En la mayoría de los trabajos a los que nos hemos estado refiriendo, la recogida del material se realiza en colegios u otros centros de enseñanza. Esto no tiene que ser necesariamente así, sino que depende del tipo de sujetos que vayamos a estudiar. Pero generalmente lo más cómodo es realizar las entrevistas en un centro de enseñanza, de acuerdo con la edad de los sujetos: escuela infantil, colegio o instituto.
Realizar las entrevistas en un centro de enseñanza tiene varias ventajas, pues en ellos los alumnos están acostumbrados a interaccionar con adultos y a responder a las preguntas que estos les formulan. Por ello la labor de interrogar no es ajena a las prácticas de la escuela. Además tendremos a nuestra disposición un gran número de sujetos a los que podemos acceder con facilidad, lo cual tiene enormes ventajas.
Las entrevistas se pueden realizar también en los domicilios de los sujetos, pero generalmente ahí encontraremos más interferencias. En caso de que exista alguna relación previa entre el sujeto y el experimentador eso puede tener influencia en la entrevista. Por ejemplo, cuando el sujeto es la hija del experimentador ésta puede responder ante las preguntas «eso explícamelo tu que lo sabes mejor», o «ya estoy harta de que me estés haciendo siempre preguntas». Es muy poco probable que los sujetos que buscamos en un colegio nos den ese tipo de respuestas. Además los niños/as se pueden distraer más fácilmente o interaccionar con otras personas conocidas que estén por allí, y un hermano u otro familiar puede verse tentado a ayudar al sujeto.
En algunos casos serán las características de los sujetos las que nos impedirán entrevistarlos en la escuela, por ejemplo cuando se trata de sujetos no escolarizados. Cuando estuvimos estudiando niños que trabajaban como vendedores ambulantes en la ciudad de México (Delval, Díaz–Barriga, Hinojosa y Daza, 1992) las entrevistas tenían que realizarse en la calle, ya que generalmente esos sujetos suelen tener miedo de que si les llevamos a algún sitio se vayan a quedar internados allí, o simplemente no pueden abandonar su trabajo durante mucho tiempo. En otros casos podremos entrevistar a los sujetos en colonias de vacaciones, o en lugares parecidos.
Permiso del centro y de los padres
Antes de empezar nuestra investigación tenemos que ponernos en contacto con uno o varios centros de enseñanza y solicitar permiso para realizar las entrevistas. En algunos casos la dirección decidirá solicitar la autorización de los padres, a veces directamente, o a través de la Asociación de padres, o por otros caminos institucionales. Generalmente se nos suele solicitar que les expliquemos qué es lo que pretendemos hacer, y es natural que sea así. Conviene, por lo tanto, redactar un breve escrito describiendo el tema de nuestro trabajo. Puesto que se trata de entrevistas individuales de una duración que puede situarse en torno a la media hora, nuestro trabajo interfiere poco con la actividad escolar, lo que facilita las cosas. En todo caso debemos explicar en detalle lo que pretendemos hacer para tranquilidad de la dirección del centro, de los profesores y de los padres.
Cuando nuestro estudio verse sobre un tema sensible socialmente, como puede ser la sexualidad, las drogas, la religión, u otros semejantes, tendremos que dar un mayor número de explicaciones y garantizar que nuestro estudio no va a afectar a los sujetos. En todo caso el trabajo de investigación con sujetos humanos está sometido a una serie de normas éticas, que incluyen no presionar o forzar a los sujetos y no causarles daños.
Implicaciones éticas de la investigación
Desde hace algún tiempo se presta cada vez más atención a los aspectos éticos y sociales del trabajo de investigación con sujetos humanos. Parece evidente que la experimentación puede afectar de alguna manera a los sujetos, y resulta necesario asegurarse de que esos efectos no serán negativos y de que no implican riesgos1. Algunas investigaciones que se llevaron a cabo en la psicología y que hoy resultan clásicas, han sido criticadas desde el punto de vista ético y hoy nos parecen, cuanto menos, discutibles. Entre ellas se pueden mencionar el trabajo que realizó Watson de condicionamiento del pequeño Albert (en que provocaba en el niño respuestas de miedo a un conejo), los estudios de Milgram sobre la obediencia a la autoridad (Milgram, 1974), o incluso los trabajos de Harlow sobre privación de relaciones sociales con monos2.
Los niños son seres especialmente vulnerables, que muchas peces no son capaces de valorar por sí mismos las consecuencias y los efectos de la situación en la que se encuentran. Por ello hay que ser especialmente cuidadoso cuando se trabaja con ellos y hay que tomar todas las precauciones para asegurarse de que el estudio no implica riesgos ni supone amenazas para el bienestar de los niños y no se vulneran sus derechos. Por ello, antes de empezar la investigación, hay que plantearse cuáles son las consecuencias de nuestro trabajo y valorar si puede tener algún efecto negativo, lo que nos obligaría a replantearlo o suspenderlo. Los aspectos principales que deben ser tenidos en cuenta son los siguientes.
sujetos.
- Asegurarnos, y evitar, que nuestro trabajo no vaya a producir ningún daño físico ni psíquico en los
- Los sujetos han de consentir voluntariamente en participar en el trabajo. Si son demasiado
pequeños para entender lo que vamos a hacer, ese consentimiento debe ser dado por las personas que se ocupan de ellos: padres o profesores. Si en algún momento de la entrevista el niño manifiesta su desagrado con la situación o se siente cansado o a disgusto, debemos interrumpir la tarea y reintegrar al niño a la actividad que estuviera realizando.
- Los datos que el sujeto proporcione en la entrevista deben ser confidenciales y sólo pueden ser utilizados en los informes de investigación respetando el anonimato de los sujetos. Si queremos utilizar esos datos de forma que el sujeto sea identificable tenemos que solicitar su consentimiento o el de los adultos a cuyo cargo está.
- En caso de que los sujetos o sus representantes deseen tener conocimiento de los resultados tenemos la obligación de proporcionárselos cuando estén disponibles y analizados.
Por lo general estos problemas no se plantean de forma aguda en el tipo de investigaciones a las que nos estamos refiriendo en este libro. Habitualmente sólo preguntamos por cuestiones bastante neutras y que afectan poco a la vida de los sujetos, y tampoco les situamos en condiciones en las que pueda existir el más mínimo riesgo. Pero, en todo caso, es preciso tener presentes estos aspectos éticos de la investigación, y tomar todas las precauciones necesarias.3 (Véase el recuadro).
NORMAS ÉTICAS SOBRE LA INVESTIGACIÓN CON NIÑOS
[pic 2]
Dado que los niños son seres especialmente vulnerables y que no siempre tienen una conciencia clara de lo que están haciendo o se está haciendo con ellos es conveniente extremar el cuidado y las precauciones para no causarles daños. Entre las precauciones que debemos tomar están las siguientes.
– Asegurarnos y evitar que nuestro trabajo no vaya a producir ningún daño físico ni psíquico en los sujetos, y si se sospecha que lo puede producir interrumpir inmediatamente la investigación.
[pic 3]
1 Esto afecta a la investigación con cualquier tipo de seres vivos. En la investigación biológica y médica, tanto con animales como con hombres, el sujeto puede verse afectado físicamente. Por ello se van haciendo más estrictas las normas sobre lo que resulta permisible. En el caso de la investigación psicológica no se producen riesgos físicos, pero sí puede afectar en otros aspectos a los sujetos.
2 Estas investigaciones han tenido una gran repercusión en la historia de la psicología. Recordemos que Watson logró provocar emociones de miedo en el niño Albert, mediante condicionamiento, asociando la visión de un conejo con un gran ruido. Posteriormente el niño mostraba miedo ante la visión del conejo, en ausencia del ruido (Watson y Rayner, 1920). Milgram (1974) mostró que los sujetos eran capaces de realizar conductas aparentemente reprobables para obedecer al experimentador: una de sus tareas consistía en pedir a los sujetos que dieran descargas eléctricas (ficticias) de intensidad creciente a unos supuestos sujetos, y Harlow, para estudiar los efectos de las relaciones sociales mantuvo monos rhesus privados de toda relación social durante periodos de tiempo muy largos, que producían daños irreversibles (cf. por ejemplo, Harlow y Harlow, 1966).
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