EDUCAD BIEN A LOS NIÑOS Y NO SERA NECESARIO CASTIGAR A LOS HOMBRES.

EDUCAD BIEN A LOS NIÑOS Y NO SERA NECESARIO CASTIGAR A LOS HOMBRES.

PITÁGORAS

Desde que tuvo conciencia de sus actos el ser humano ha buscado la explicación de los fenómenos que lo rodean, basándose en experiencias propias adquiridas por ciertas personas que a su vez las compartían con otro grupo, creando así un círculo de conocimiento que hoy en día se le conoce como: educación.

La educación se puede definir como el desarrollo integral de las facultades físicas, intelectuales y morales de una persona, que la ayudan para que pueda integrarse en un futuro no muy lejano al medio en que debe vivir.

“La educación forma un ser consiente, un ser en relación, a un creador de cultura, un ser en proyecto y a un ser con personalidad” (SEP, 2001: 63).

Para que pudiésemos haber llegado a la concepción del concepto anterior fue necesaria la creación y adopción de diversas reformas educativas que buscaban como eje primordial la solidificación de una calidad educativa, conllevando a un paso del tiempo que origina una apreciación distinta si es observada desde la realidad de un grupo de poder (conservadores - liberales) o si se realiza desde la vida misma; pues si bien es cierto este paso se manifiesta en la distinción entre pasado, presente y futuro.

En la misma dirección Fernando Savater comenta que tanto el pasado como el futuro tienen efectos presentes porque están presentes en nuestro presente (SAVATER, 1999: 252).

Por ende la vida en sociedad y la vida humana se encuentran conexas al tiempo; es decir si nos ocupamos de educación el desarrollo y condiciones de la misma son variables en cada ocasión. El estudiar el pasado permite entender con mayor certeza el presente, lo que significa que debemos de educarnos en el pasado para comprender el presente.

Si tomamos el pasado como punto medular de este análisis, podemos rememorar a la educación mexicana de hace más de cien años e inevitablemente viene ante nosotros la imborrable huella del positivismo.

Identificado como el único sistema capaz de garantizar orden y progreso considerando a este último como: “el desarrollo del orden; el orden de la naturaleza implica necesariamente el germen de todo progreso positivo. El progreso, pues es esencialmente idéntico al orden, y debe ser considerado como la manifestación del orden. (RITZER, 2001: 116).

El influjo del positivismo en la educación mexicana, fue un cambio significativo tan importante en aquella época de caos que fue el mismo Benito Juárez junto con un grupo de letrados que pusieron en marcha las famosas leyes de reforma que adoptaban ideas positivistas, tales como: la separación de la iglesia del estado, la nueva forma de impartir la educación en México basa en la comprobación de la ciencia y no en la religión que se movía por creencias. El positivismo es una doctrina filosófica europea que quería terminar con las suposiciones o mitos en los cuales el ser humano se explica diferentes fenómenos, y todo en base a la investigación científica que diera respuesta a los diferentes tipos de fenómenos y fueran comprobables.

Al abordar el positivismo en México tenemos que hablar forzosamente de Gabino Barreda, quien fue el iniciador, aplicador y el primero en traer esta doctrina filosófica a este país tomándola directamente desde Francia, específicamente de Augusto Comte al cual se le conoce como el creador del positivismo, dando un rumbo diferente a las riendas de este país, principalmente a la educación. Pues él creía que lo que pasaba en México en aquellos tiempos era un oportuno momento para el pensamiento comtiano: “no hay orden sin progreso, ni progreso sin orden”.

Su pensar llegó a todos los lugares recónditos del país, algunos lo mencionan como un ser grandioso, único, un excelente doctor en educación y buen reformador; para sus contrarios conservadores era una persona inmoral, esclavizador de ideales y timador.  

El rol de la educación es indispensable en las sociedades, su objetivo desde la mirada del positivismo es lograr que las personas se sujeten a los intereses del grupo, al interés común. (Que en este caso era que la mayoría de los habitantes pudiese accesar a una educación para una mejoría en su vivir).

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