EL PROCESO HABER-BOSCH: UN “BENEFICIO” QUE NOS DAÑA

La agroindustria es una de las industrias más importantes en el mundo, pues, de ella depende todo el sector alimentario de cada país, por lo que, buscar métodos de producción de alimentos que aumenten el rendimiento de la cosecha y reduzcan los tiempos de producción es vital en esta industria, por ello, en 1908, el científico alemán, Fritz Haber desarrollo y patento un mecanismo de síntesis para lo obtención del amoniaco a nivel laboratorio, el cual sería adaptado a nivel industrial empleando un adecuado reactor de alta presión por Carl Bosch en 1911, inventando así el proceso Haber-Bosch para la obtención del amoniaco artificial.(Wissemeier, A.H, 2011)

Aunque a ciencia cierta se conoce que:

La utilización de la síntesis Haber-Bosch en la agroindustria fue producto de la reconversión directa de las industrias de la guerra de la 2da Guerra Mundial. En efecto, la síntesis Haber-Bosch fue responsable de la creación de poderosos explosivos como el TNT y de la creación de gases tóxicos como el Zyklon B utilizado para las cámaras de gas en los campos de concentración nazis. (Estupiña, L. & Benjamin Q., 2010)

Por lo que, desde un inicio el proceso no fue diseñado en si para ayudar a la humanidad a solventar los problemas de muerte por hambruna o por desnutrición, sino que, fue creado con el propósito de obtener armas químicas con el fin de acabar con millones de vidas durante la primer y segunda guerra mundial.

Por otro lado, el proceso genera gran cantidad de contaminación ya que, al necesitar de una gran presión y temperatura es necesario emplear una gran cantidad de energía, siendo exactos: Las condiciones necesarias para producir 160 millones de toneladas de amoníaco al año -la mayoría del cual se usa como fertilizante- con el proceso Haber-Bosch consume más de 1% de toda la energía mundial. (Harford. T, 2016)

Lo anterior nos indica que para la producción de amoniaco creara una gran huella de carbono por la gran cantidad de energía necesaria para dar abasto a la población mundial, y no es el único aspecto relacionado a la sustentabilidad ambiental n que llega a tocar la producción de amoniaco mediante este proceso, pues, estudios realizados demuestran que los fertilizantes de nitrógeno artificiales tienen un menor índice de absorción por parte de las plantas en comparación a los fertilizantes orgánicos, también, se ha demostrado que el uso de fertilizantes de nitrógeno artificiales presentan una mayor tendencia a liberar nitrógeno reactivo el cual, trae consigo grandes daños al ser humano ya que: Existen estudios que tienden a mostrar que hay una prevalencia de cánceres (del tracto digestivo, del colon y del recto), producto de la contaminación por nitratos en el agua potable a partir de una dosis superior a 25 mg/L. (Estupiña, L. & Benjamin Q., 2010)

Esto trae consigo a considerar si realmente lo utilización de fertilizantes a base de nitrógeno artificial (obtenidos principalmente por el proceso Haber-Bosch) es realmente beneficioso no solo para los seres humanos tanto en términos de producción de alimentos, salud pública, así como en bio-sustentabilidad, ya que:

El nitrógeno reactivo también produce eutrofización de los ecosistemas acuáticos, responsable de la proliferación de algas, de anoxia del agua, de muerte de peces y pérdidas de biodiversidad. Además, los nitratos tienen un largo tiempo de residencia (varias décadas) en los acuíferos. (Estupiña, L. & Benjamin Q., 2010).

Produciendo así un gran daño a las cadenas tróficas ya que, el modificar un ecosistema completo no solo trae consecuencia para ese ecosistema, sino que, afecta gravemente a otros ecosistemas que dependen directa o indirectamente de él, provocando así una falla en la homeostasis del mundo y, afectando seriamente la estabilidad medioambiental.

Cabe mencionar que, aunque el proceso fue galardonado con un

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