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El Rio Viviente 13y14


Enviado por   •  17 de Diciembre de 2013  •  1.737 Palabras (7 Páginas)  •  2.043 Visitas

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Capitulo 13

Manteniendo a raya el peligro exterior

Es posible hacer de las proteínas de una solución experimenten con métodos diferentes de la fuerza centrífuga. El mismo resultado puede conseguir haciendo las menos solubles en agua. Una manera de imposibilitar que el agua mantenga a las moléculas proteicas separadas, es ocuparla en alguna otra cosa. Otra forma de hacerlo, es disolviendo en el agua una nueva substancia. Las moléculas de agua tenderán a rodear los iones o moléculas de esa nueva substancia y habrá menos moléculas de agua disponibles para circundar a las proteínas.

La vida es una competencia totalmente despiadada. Los animales se comen unos a otros o calle sobre el mundo vegetal relativamente desprotegido. Por su parte, las plantas verdes que fabrican su propia comida y que no pillan directamente a sus compañeros, no son precisamente inocentes. Compiten gente sin tregua ni cuartel por el sol y el agua. Cualquier criatura, planta o animal, escapa de sus hambrientos enemigos para fallecer de muerte natural acaba por ser devorado hasta los huesos por gusanos y bacterias.

Los microorganismos son los grandes comedores del mundo de los vivos, ya que ellos dan cuenta de lo que se escapa a todos los demás en realidad, no es necesario que un individuo esté muerto para que le sirva de alimento. Las bacterias viven en nuestros tejidos, royendo su sustento a nuestras expensas. Los virus viven dentro de nuestras células. La práctica de vivir a expensas de un organismo que todavía no ha fallecido se llama parasitismo.

Debemos tener defensas contra los microorganismos deseosos de hacerse la comida con nosotros, sin esperar siquiera a que pasemos al otro mundo. Debemos crear defensas ya que sin estas podríamos darnos por muertos. Dentro de nuestro cuerpo tenemos tres tipos de defensas la primera es la piel, aunque la piel es una buena barrera no podemos fiar en ella por completo, se necesita una segunda línea de defensa, que sea eficaz contra los microbios que han conseguido atravesar la piel. Esta segunda línea de combate está en la sangre la cual está compuesta por tres tipos de células: eritrocitos, leucocitos y plaquetas. La tercera línea de defensa enfrentados con la invasión de objetos extraños al organismo como bacterias y virus, las partes del cuerpo que de ordinario producen leucocitos empiezan a formar, además proteínas especiales. Estas proteínas están diseñadas para combinarse fácilmente con las estructuras químicas de la superficie de las células bacterianas o virales.

A una bacteria que se encuentran unidas a un anticuerpo le pueden suceder una serie de cosas, todas malas para ella. El microbio puede resultar muerto inmediatamente y empezar a desintegrarse. O bien se vuelve pegajoso y se aglutina con otras bacterias formando una masa desvalida. O bien simplemente pierde su capacidad de lucha contra los glóbulos blancos. En cada caso el resultado final es que los microbios se encuentran indefensos ante los leucocitos atacantes.

La inmunidad se debe a la presencia continua de anticuerpos: ésta puede considerarse como la capacidad de exponerse a una enfermedad sin pescarla. Por ejemplo, un niño que ha tenido sarampión, produce anticuerpos contra la enfermedad durante el periodo de convalecencia. Parte de ellos los conserva. Si en años posteriores hubiese un nuevo intento de invasión por parte de los virus del sarampión, los anticuerpos estarían preparados y el virus no podría arraigarse.

Para que un parásito sea eficiente, debe evitar matar al huésped. La situación ideal es que un grupo pequeño de bacterias o de virus se alimente tranquilamente del huésped, manteniéndose un número constante y parasitan al huésped con tanta suavidad este ni siquiera se percate de su existencia. Los gérmenes tienen una vida cómoda y el huésped retiene su inmunidad contra ataques graves. Esta es una adaptación mutua entre el huésped y el parásito.

Las enfermedades que matan a muchos de los pacientes afectados, son aquellas en las que la adaptación de parásitos y huésped es muy mala. Evidentemente, esto es malo para nosotros y para el germen. Las mutaciones del virus y bacterias, ocasionalmente dan lugar a una variedad o cepa especial de gérmenes con una química corporal que los hace diferentes a la presencia de un antibiótico particular. El antibiótico matar a los gérmenes no mutantes, mientras que la cepa existente se multiplica sin límite.

Parece ser útil al organismo posee la capacidad de formar anticuerpos, y así es en efecto. Sin embargo, el cuerpo utiliza esta capacidad para combatir cualquier proteína extraña, incluso aunque están no represente un peligro tan grande como un virus o una bacteria. A veces, la defensa del organismo constituye un peligro mayor que la propia proteína extraña. En pocas palabras podemos decir que el organismo tiene 1 millón de maneras de protegerse.

Asumiremos el capítulo en cuatro puntos importantes:

1) la separación de proteínas plasmáticas como la globulina del plasma y la albumina del plasma, utilizando el sulfato de amonio con un método llamado salazón, aunque este procedimiento ya no se usa ya que se han desarrollado nuevos métodos.

2) la fagocitosis que es el proceso por el cual las células blancas es decir los leucocitos se comen a las bacterias o virus que atacan al cuerpo y de esta manera defienden al cuerpo, la transformación de estos leucocitos en pus cuando son fagocitados por las bacterias que atacan al cuerpo.

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