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El SIDA Entre Los Adolescentes Se Ha Considerado Un Peligro Ral Para Su Vida


Enviado por   •  13 de Enero de 2014  •  6.903 Palabras (28 Páginas)  •  404 Visitas

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El SIDA entre los adolescentes se ha considerado un peligro real para su vida, en los estudios que se han hecho para analizar el por qué de esta epidemia, se ha encontrado que una de las mayores causas es el contagio por agujas infectadas cuando se las comparten para drogarse. Se ha estimado que 170 millones de personas alrededor del mundo están infectadas con el virus de la hepatitis C. México tiene una prevalencia de aproximadamente 0.7% a 1.6% en la población general y en el mundo es del 3%.

Los estudios se realizaron en Ciudad Juárez y Tijuana, México a personas de 18 años o más, aplicándoseles una encuesta 6 meses previos a las toma de muestras sanguíneas para encontrar anticuerpos de VIH y VHC.

Los métodos de estudios fueron aprobados por el Instituto de Revisión de la Frontera de la Universidad de California, San Diego y el Hospital General de Tijuana.

Se colectaron muestras de sangre por vía intravenosa, por una enfermera certificada entrenada para la recolección y el manejo biológico e cada espécimen.

Se determinó que la prevalencia entre las personas que cumplen una condena en la cárcel, es mayor, ya que los contactos son más directos entre ellos, además hay personas que son seropositivas y son más propensas a contagiarse de HCV.

El tratamiento para el HCV es caro, complicado y no siempre efectivo. Frecuentemente, el mejor tratamiento consiste de administrar interferon pegilado alfa plus ribavarin. La cuál produce una sustancia virológica como respuesta al tratamiento de 30 a 80 % de efectividad.

En México este tratamiento de pegilado alfa 2 interferon cuesta $ 3000 pesos por semana y necesita ser un tratamiento semanal desde 6 meses hasta un año. Los efectos laterales pueden ser muy severos, pueden surgir algunos de estos síntomas: gripa, fatiga y presión de los huesos. En adición, el tratamiento puede resultar con efectos neurosiquiatricos, como apatía, irritabilidad, y depresión.

Para poder prevenir estas infecciones, se debe primero que nada tratar a los pacientes con drogadicción para que no recaigan en ésta, en seguida utilizar jeringas y equipo esterilizado para la transfusión de sangre.

Ahora, cuando ya están infectados de este dañino virus, hay una pregunta que se debe uno de plantear: ¿Cómo comunicarles a los enfermos que tienen este terrible mal, y sobre todo siendo un niño pequeño o un adolescente en la plenitud de la vida?

Por razones obvias, la notificación es una parte dura para cualquier persona poder darla, pero es mucho más fuerte la sensación de abandono de que se siente objeto el paciente infectado.

En Colombia no hay una capacitación real para poder dar esta información, ya que en muchas ocasiones, no dan los resultados porque pueden causar daños psicológicos o estrés emocional, y que el paciente al conocer su diagnóstico la revele de manera involuntaria a otras personas, lo que probablemente lo exponga al estigma, rechazo y/o discriminación.

Las investigaciones hechas en el contexto de la revelación del estado seropositivo para VIH/SIDA en población infantil menor de 18 años, demuestra que los niños están expuestos a tres casos: a no ser revelado su diagnóstico, a que le digan parciamente el diagnóstico o, a que le revelen por completa éste.

A pesar de la renuencia de los cuidadores y profesionales que dan servicios de salud para revelar el diagnóstico de seropositividad a los niños, niñas y adolescentes. Diversos estudios han demostrado que a mayor edad es un factor para poder revelarle el diagnóstico, además de la edad, también es importante el nivel cognitivo del infante.

Otro factor importante para la revelación de este virus, es él que el pequeño en cuestión tenga uno o más hermanos también seropositivos, ya que hay un apoyo psicosocial positivo.

En otros casos, es importante que el cuidador o doctor a cargo no tenga ninguna relación biológica con el menor afectado para así poder darle el diagnóstico. Y en otras situaciones, también es más benigna la revelación cuando el pequeño tenga una familia donde exista una mayor expresividad emocional y por lo tanto una mejor percepción de unión y apoyo.

También, es relevante el grado de afección del pequeño, entre más avanzado este la enfermedad es más probable la revelación del diagnóstico ya que el pequeño tiene derecho de saber cuál es el mal que lo está haciendo sufrir.

Por otra parte, en los últimos años, se han producido avances en las iniciativas mundiales para aborda la epidemia del VIH/SIDA. Numerosos países ya proporcionan acceso universal al tratamiento antirretrovírico y los servicios de prevención de la transmisión materno-infantil del Virus de la Inmunodeficiencia Humana.

En esta investigación tomamos al país de Cuba, ya que se han reportado 10 655 personas infectadas por el VIH hasta diciembre del 2008.

Específicamente en el municipio Arroyo Naranjo muestra un comportamiento igual a la epidemia nacional y mundial. Las tasas más altas se presentan en la población masculina, y que a su vez ha decrecido en adolescentes, y se ha incrementado en hombres en edad mayor.

Pero, al ser una enfermedad que se transmite, fundamentalmente, por vía sexual, las edades más afectadas son las de mayor actividad sexual, los jóvenes entre 15 y 24 años presentan 45%, estimado de las nuevas infecciones por el VIH a nivel mundial.

Posiblemente la introducción de programas de educación sexual desde edades tempranas en las escuelas y la amplia cobertura y fácil acceso al condón, redunda en una conducta sexual de menor riesgo.

Sin embargo, el diagnóstico tardío de SIDA ha incrementado. Los pacientes en quienes se diagnostica la enfermedad en etapas tardías evolucionan de forma más desfavorable, ya que la respuesta al tratamiento antirretroviral es menos efectiva, presenta más complicaciones y mueren en mayor proporción.

En esta situación, no tiene se relaciona la edad del paciente con lo avanzado que este el virus, simplemente, en algún momento se desarrolla el virus en etapa más temprana o puede durar varios años con ella sin que llegue a desarrollarse, pero en ocasiones, cuando se desarrolla ataca muy agresivamente que no da oportunidad para seguir un tratamiento y en poco tiempo el paciente muere.

Por lo tanto, la población del municipio Arroyo Naranjo, mantiene tasas de incidencia por año ascendentes; predomina en el sexo masculino y edades jóvenes, siendo el debut tardío el más frecuente y el síndrome de desgaste el síntoma más frecuente.

Ahora, el ingreso al mundo laboral de adolescentes ocurre durante su proceso de crecimiento y desarrollo, condición que los diferencia completamente de los trabajadores adultos. En el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), 13.3% de los afiliados bajo seguros de riesgo de trabajo eran adolescentes de 14 a 19 años de edad; de los cuales 51.9 % fueron varones y 48.1% mujeres.

Las investigaciones que se han hecho no demuestran el impacto en situaciones sociales como estudios, relaciones familiares, amistades, creencias, proceso de identidad y facilidades de consumo, como, por ejemplo, de drogas y alcohol, también asociaciones con ingreso económico por trabajo y problemas de comportamiento (rebeldía, sexo temprano, delincuencia, bajo aprovechamiento escolar y consumo de drogas).

En México, el SIDA ocupa un lugar importante ya que el 31.7% de 20 a 29 años de edad se infectó en su adolescencia, debido al periodo que transcurre entre la infección del VIH y la aparición del SIDA.

Por su parte, el estado de Jalisco, al que pertenece Puerto Vallarta, ocupó el tercer lugar nacional en esta enfermedad, con una tasa acumulada de SIDA d 56.4 por 100 mil habitantes. Puerto Vallarta, importante centro turístico internacional, ocupa el 2º lugar en la tasa de incidencia en el Estado, sobre todo en jóvenes que trabajan en la hotelería.

Los estudios epidemiológicos demuestran que la práctica de sexo no protegido sigue siendo el factor de riesgo más importante para adquirir el VIH. Los factores del comportamiento, las redes y diversos factores sociales serían elementos significativos en la adolescencia en el inicio de la vida sexual con riesgo y en la propagación de la epidemia Entre ellos, las conductas de riesgo percibidas en los pares, el control por los adultos, los cambios de conducta con el tiempo (como dejar el uso del condón) y el prestigio que les da el comportamiento promiscuo.

También se ha encontrado que el comportamiento de alto riesgo se relacionaba con un pobre apoyo familiar, unido a uso de drogas y problemas escolares. Las prácticas homo y bisexual se consideran de riesgo debido a que se les ha encontrado, en algunos estudios, como una condición ligada a comportamientos de riesgo extremadamente altos para ITS/SIDA.

La infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA), no distingue edad, sexo, raza, ocupación, país, condición social, etnia, nivel socioeconómico o religión y constituye sin dudas uno de los principales problemas de la salud en la actualidad, con una importante morbilidad y mortalidad en los sectores más joven de la población. Lo que produce cuantiosos costos sociales y pérdidas de vidas.

Según el informe anual de 2006, del Programa Conjunto de las Naciones Unidas (ONUSIDA), sobre la situación de la epidemia del SIDA, en el mundo viven con el VIH alrededor de 38,6 millones de personas; 2,6 millones más que en el 2004. En ese propio año se produjeron a escala mundial 4,1 millones de nuevas transmisiones y fallecieron como consecuencia de enfermedades relacionadas con este síndrome 2,8 millones de personas.

En muchas regiones del mundo, las nuevas infecciones por el VIH se concentran sobre todo en los jóvenes, más de la mitad de las nuevas infecciones ocurre en estas edades, quienes la contraen principalmente mediante relaciones sexuales. Se dice que están en el centro de la epidemia. En la actualidad 10,3 millones de jóvenes de 15-24 años están viviendo con el VIH/SIDA, esto significa el 42 % de las personas infectadas recientemente. Por otra parte, el 50 % de las nuevas infecciones por el VIH (casi seis mil diarias) corresponde a personas jóvenes, y una de cada tres de las personas seropositivas en todo el mundo. Si se hace un análisis de género, se aprecia que el VIH infecta a un número cada vez mayor de mujeres, y a edades significativamente más tempranas que en el caso de los varones. La lucha contra la epidemia de VIH/SIDA, en la actualidad sólo es posible enfrentarla mediante la promoción de comportamientos responsables desde edades tempranas, encaminados a transformar positivamente las situaciones sociales que generan riesgos para la salud. La adolescencia es una etapa formativa, crucial en el ciclo de vida; la identidad, la autonomía y el proyecto de vida, están conformándose, por lo que es necesario un abordaje integral de la sexualidad. La influencia que pueden ejercer los distintos espacios donde los adolescentes se desarrollan en su vida cotidiana es determinante, más aun si se considera que en esta etapa de la vida, las relaciones con sus coetáneos son muy significativas, siendo preparatorianos.

Lo anterior puede ocurrir en cualquier parte del mundo, pero ahora viajemos hacia la República de Paraguay, en donde las autoridades están poniendo de manifiesto la preocupación que hay acerca de este problema en su país.

El conocimiento y la información son las primeras líneas de defensa para los jóvenes, sin embargo, el acceso a la educación sobre SIDA está lejos de ser universal, en América Latina y el Caribe sólo 4% y 38% de los jóvenes no escolarizados y escolarizados respectivamente tienen acceso a la educación sobre prevención. En la región la epidemia está bien consolidada y asume muchas facetas dada la diversidad en los patrones demográficos y de desarrollo de los países de la región, por lo cual existe el peligro que se propague de forma rápida en ausencia de respuestas nacionales eficaces.

En Paraguay, unas 13.000 (6.200-41.000) personas vivían con el VIH a final de 2005. Los varones constituyen la mayoría de los casos de SIDA, la exposición a equipos de inyección no estériles y las relaciones sexuales sin protección, entre varones, son los principales modos de transmisión del virus.

Pocas fuentes proveen información acerca de VIH/SIDA en Paraguay. En 1992, una investigación prenatal a mujeres embarazadas no detectó infección por VIH. Por el 2001 la pre-valencia en mujeres embarazadas estaba por debajo de 1%. Estudios en trabajadores del sexo comercial en Asunción, entre 1987 y 1990, hallaron 0,1% de infectadas por VIH, y 0,17%de donantes de sangre, en un estudio no publicado del Banco Mundial en el 2001, esta misma vigilancia indicó que 1% de los exámenes voluntarios hechos en reclutas militares y 15%de exámenes voluntarios en Usuarios de Drogas Intravenosas (UDIs) fueron positivos para el VIH. Estos números sugieren que la epidemia es más seria que lo que había sido reconocido y que está concentrada en UDIs más que en población heterosexual y homosexuales.

En Paraguay, se han notificado 1.160 casos de SIDA desde 1986 hasta abril 2005. Están registrados 2.856 VIH positivos. El crecimiento es constante, sin aceleraciones.. La tendencia es el aumento de casos en las fajas etareas más jóvenes, con 32,2% de los casos registrados entre los 15 y 24 años (un tercio del total). Los menores de 15 años registran el 14,65% del total, para ambos sexos. La incidencia se mantiene creciente en forma sostenida, con predominio masculino, mayor en zonas urbanas, y con afectación de personas pertenecientes a grupos etáreos jóvenes, en ambos sexos.

Los eventos patogénicos asociados con la historia natural de la enfermedad son cada vez mejor conocidos. Después de la adquisición del VIH, se suceden tres fases claramente definidas; a) el periodo inmediato posterior, en donde aparecen las primeras reacciones de activación del sistema inmune y las manifestaciones de un síndrome similar a la mononucleosis infecciosa; b) un periodo prolongado de silencio clínico, en el que no hay signos ni síntomas pero en el que el virus sigue duplicándose en los ganglios linfáticos, y c) una fase de destrucción del sistema inmune, rápidamente progresiva y con la aparición de los signos y síntomas del SIDA. Por lo anterior, es razonable suponer que una buena proporción de los casos reportados en adultos de 25 a 39 años de edad pudieron haber sido contagiados con el VIH durante el periodo de adolescencia.

Aunque en México parece haber un incremento similar, la proporción de adolescentes con actividad sexual coital es variable en estudiantes que inician bachillerato y la universidad, para ambas situaciones los datos son los siguientes: mujeres 5 y 20%, respectivamente y varones 17 y 50%, respectivamente. Asimismo, para las mismas circunstancias, es variable la proporción de adolescentes que dijeron usar el condón en su primera relación sexual (35.5- 42.2% respectivamente). Otro estudio realizado en jóvenes del área metropolitana de la Ciudad de México, encontró una menor frecuencia (12.3%) en el uso de condón.

A diferencia de los resultados poco claros e inconsistentes del grado de conocimiento “objetivo” como predictor de la intención o uso del condón, la evaluación del conocimiento “subjetivo” o autopercepción del grado de conocimientos sobre el VIH/ SIDA, parece brindar una herramienta de incalculable valor para identificar y predecir la intención de personas y realizar acciones concretas, tales como la aceptación para que se les haga la prueba del VIH. De la misma manera, el conocimiento subjetivo sobre el VIH/SIDA podría ser evaluado como predictor del uso del condón en adolescentes.

Los objetivos del presente estudio fueron a) describir el grado de conocimientos objetivo y subjetivo sobre el VIH/SIDA y el grado de correlación entre ellos, y b) conocer la capacidad de predicción del conocimiento objetivo y subjetivo sobre el uso constante del condón, en una muestra representativa de adolescentes de 15 a 19 años de los municipios de Guadalajara y Zapopan, Jalisco, México, y de cuatro estratos socioeconómicos.

Entonces se puede decir que en el inicio del siglo XXI permanecen interrogantes que requieren más y nuevas investigaciones. Entre ellos, la conducta sexual de los adolescentes en un mundo con considerables riesgos para la salud, deviene objeto de relevancia política y científica. Una preocupación para los investigadores y las autoridades es cómo brindar conocimientos a los jóvenes que les permitan prevenir embarazos no deseados e infecciones de transmisión sexual, entre ellas el SIDA.

En el ámbito nacional, el Consejo Nacional de Población (Conapo) realizó la Encuesta Nacional sobre Sexualidad y Familia en Jóvenes de Educación Media Superior. Los resultados de esta encuesta indican que entre los canales que más proporcionaban información sobre sexualidad los varones refirieron a los maestros, los amigos y el padre, en tanto que las mujeres mencionaron a la madre, las maestras y las amigas. Conforme aumentaba la edad de los entrevistados, la familia iba dejando de ser un interlocutor importante, incrementándose la presencia de los médicos y los libros. Más recientemente, la Fundación Mexicana para la Planeación Familiar aplicó una encuesta a adolescentes de entre 13 y 19 años de edad en sus zonas de influencia. Una de las preguntas se refería a la persona preferida para que les hablara sobre el SIDA.

Se considera que la selección del interlocutor para hablar del SIDA depende de ciertas características de los adolescentes. Así, el sexo, el nivel social al que pertenecen, la condición de actividad sexual y la condición de actividad laboral influirían en la preferencia del interlocutor. De manera más específica, supusimos que el sexo del adolescente (hombre o mujer) puede diferenciar a la persona con la que prefieren hablar, como sugirieron las investigaciones reseñadas. Supusimos que las mujeres tienden a hablar más con sus madres y los varones con sus padres y amigos. Asimismo, que los sexualmente activos tenderían a platicar menos con los adultos que con el grupo de pares, dado que la sexualidad en la adolescencia parece ser un tema tabú y es posible que sientan que deben ocultar esta actividad, principalmente las mujeres.

Teniendo en cuenta que la vida sexual de los jóvenes está atravesada por componentes culturales, sociales, étnicos y económicos, los datos nacionales pueden no estar dando cuenta de las particularidades locales, e incluso no recoger las diversidades entre las regiones de Colombia. Por ello, es de gran importancia la realización de estudios de carácter local que contribuyan a contrastar o validar lo que a nivel nacional se expone y, sobre todo, a orientar las intervenciones en salud con base en evidencia local, sin perder la perspectiva nacional. Así mismo cabe señalar que existe muy poca información a nivel municipal o regional no siendo efectivos para el diseño de propuestas educativas o informativas espontáneas.

De acuerdo con los datos mencionados anteriormente, este estudio resalta la importancia de indagar sobre los conocimientos, actitudes, susceptibilidad y autoeficacia frente al VIH/Sida como variables que pueden aumentar o disminuir el riesgo en las prácticas sexuales de adolescentes y jóvenes. Por tal razón es relevante identificar dichas variables, su definición y su manifestación en el adolescente.

Los conocimientos sobre la infección por el VIH son considerados como aspecto central que influye en el riesgo y la percepción que tengan los adolescentes sobre el VIH/Sida. Identificar el nivel de conocimientos podría permitir que disminuyan las conductas de riesgo frente a la infección por el VIH; si se aumentan los conocimientos disminuyen las ideas erróneas.

En un estudio realizado por Amado, Vega y Jiménez (2007) con 381 mujeres en la ciudad de Tunja, Colombia, con edades entre los 15 y 52 años, se encontró que tienen conocimientos adecuados sobre VIH; sin embargo, practican comportamientos de riesgo. Además se logro identificar que ni la edad, ni disponer de un buen nivel de conocimientos, influyen de manera positiva y decisiva sobre la práctica de comportamientos de prevención. Otro estudio realizado por Lozano, Torres y Aranda (2008) exploró las dimensiones culturales del VIH/Sida de estudiantes adolescentes de México, y encontró que los jóvenes, tanto hombres y mujeres, identifican el VIH/Sida como una enfermedad o infección que lleva a la muerte, producida por un virus que se adquiere principalmente por vía sexual. También consideran las prácticas sexuales promiscuas como causa de la trasmisión, asocian el VIH/Sida a dos grupos poblacionales calificados como de riesgo los hombres a las trabajadoras sexuales y las mujeres a los homosexuales. En general, estos adolescentes conciben el VIH/Sida como producto de un descuido en el desarrollo de prácticas sexuales.

Ahora La diabetes mellitus es una enfermedad crónica no transmisible que por su frecuencia, las consecuencias que origina para el ser humano que la padece y sus costos sociales se considera una de las epidemias del siglo XXI. Al focalizarnos al adolescente con DM debemos recordar, que las infecciones de transmisión sexual representan un riesgo más elevado en este grupo que en el resto de los adolescentes, especialmente, si no tienen una educación al respecto adecuada, ya que se añaden a los factores de riesgo de estas infecciones las alteraciones metabólicas existentes en ellos. Ello demanda que el asesoramiento a este grupo de pacientes debe ser parte importante del manejo médico de los adolescentes con DM.

A través de un Programa de Prevención y Control de las Infecciones de Transmisión Sexual y el VIH/sida se puede lograr promover conductas sexuales, actitudes y prácticas saludables en la población, con énfasis en los grupos más afectados y vulnerables al contagio, como el que nos ocupa, permitiendo a este grupo de adolescente una actividad sexual libre de riesgos y una mejor calidad de vida Sería entonces razonable preguntarse, si el conocimiento que tienen los adolescentes con DM sobre las ITS es adecuado.

El riesgo apunta hacia una probabilidad y evoca una conducta individual. Los factores de riesgo son circunstancias o eventos de naturaleza biológica, psicológica o social, cuya presencia o ausencia modifica la probabilidad de que se presente un problema. En el caso de las ITS y el VIH/sida, el principal factor de riesgo es la conducta sexual irresponsable.

En relación a los conocimientos que tenían los adolescentes sobre cómo influyen las ITS en su enfermedad se apreció un incremento del 52.5 % de respuestas de bien en la relación entre las ITS y el agravamiento de las complicaciones crónicas ya existentes, en el caso de el desencadenamiento de complicaciones agudas se incrementó en el 50 % y en la relación entre control metabólico (agravamiento) e ITS el incremento fue de un 45 %. Recordemos que cualquier infección provoca oscilaciones en el control metabólico y por tanto favorece las mencionadas complicaciones.

Entonces, cuando hay otro tipo de complicación hay que tomar en más cuenta la prevención y el uso de condón.

Asimismo, dentro de los resultados de estudios mostraron efectividad de la intervención en las intenciones de los adolescentes de usar condón y anticonceptivos, según se desprende de las diferencias en puntajes en esta escala a favor del grupo experimental. Las intenciones son predictores confiables de las conductas, por lo cual es probable que los adolescentes usen condones y anticonceptivos si deciden tener relaciones sexuales. Esta decisión fue independiente de la edad, el sexo y la inclinación a complacer a quienes les cuestionan.

Los datos confirman la importancia de ofrecer programas a jóvenes que adolecen de conocimiento y habilidades críticas para enfrentar sin riesgos de infecciones y embarazo el inicio de su vida sexual.

Adicionalmente se tomaron medidas muy estrictas para asegurar la confidencialidad de la información proporcionada por los participantes. Se podría concluir que se presenta una forma de intervenir eficazmente en las intenciones de usar condón y anticonceptivos por los adolescentes. Estos hallazgos son promisorios debido a la escasez de información basada en evidencia científica que hayan probado ser eficaces en la modificación de conductas sexuales de riesgo para VIH/SIDA con adolescentes.

Sin embargo, por causa del carácter particularmente delicado de los temas relativos al comportamiento sexual, tanto al personal de salud pública como los educadores tropiezan con arduos problemas en sus actividades de prevención y lucha contra la epidemia y la infección de trasmisión sexual.

Muchos son los esfuerzos que se realizan a lo largo y ancho de todo el país en este sentido, pero continúa existiendo falta de conocimiento, mitos, tabúes y estereotipos en un aspecto tan importante como es la sexualidad en nuestra sociedad.

Siempre es importante pensar en la comunidad en general, pero teniendo en cuenta que los adolescentes constituyen un grupo de alto riesgo para contraer la enfermedad, se debe enfocar en el mejor sentido en proporcionar la información necesaria, por eso es tan redundante este tópica, ya que la oportunidad de luchas contra esta epidemia se basa en la capacidad de los gobiernos para darles a los jóvenes una mejor educación sexual.

Hay varias maneras de llegar a ellos, una de ellas sería por medio de un programa en las bibliotecas, en donde se encuentren variedad de documentos sobre una o varias temáticas determinadas, en donde sea de forma clara, verídica y sustentable como se presente esa información.

Además de los documentos se podría hacer varias pláticas informativas en donde acudieran tanto padres como hijos, para que se pudieran informar y que estas pláticas las dieran personal especializado, como doctores, psicólogo, pacientes y familiares para compartir sus vivencias.

Y al hacer un estudio en Cuba, en el año 2008, en una escuela secundaria, a 50 adolescentes entre la edad de 11 a 15 años, por medio de la Biblioteca de esa escuela. Se hizo un cuestionario de preguntas relacionadas con información sobre SIDA, se consideraron con conocimientos cuando estos respondieron correctamente entre cuatro y cinco de ellas, con poco conocimiento cuando respondieron entre dos y tres correctamente y sin conocimientos cuando ninguna respuesta fue correcta.

Entonces, dentro de las actividades se realizaron proyección de videos, talleres, juegos participativos, etc. Para los docentes, fue un reto trasmitir un importante contenido informativo, pues fue su primera experiencia en ese sentido. Fue un gran reto pero a la vez un gran logro, ya que se alcanzo el objetivo primario, que era trasmitir conocimientos a los adolescentes con referencia al SIDA.

Los aspectos de salud oral del VIH/sida son de singular importancia en la población infantil. Dada la gravedad del problema que representa para la salud pública mundial, la importancia de un manejo odontológico adecuado y la heterogeneidad y enorme cantidad de investigación que se produce anualmente sobre el tema, se consideró necesario hacer un análisis sistemático de la literatura más relevante y actual con respecto a los aspectos clínicos, epidemiológicos y de manejo terapéutico odontológico en niños y adolescentes. Así, mientras se recorren aspectos relacionados con la situación del VIH/sida en el mundo, en cuanto a diagnóstico odontológico, pautas de tratamiento y epidemiología, el artículo pone el relieve en los puntos donde la investigación es controversial o donde aún debe desarrollarse.

La pandemia de la infección por VIH hasta el 2008 alcanzaba la cifra de 34 millones de personas infectadas (31 millones adultos, 16 millones mujeres y casi 3 millones niños), de las cuales 2,5 millones fueron nuevas infecciones en ese año. El total de defunciones en adultos fue de dos millones y en niños de 280.000 A pesar de los avances registrados, el 60% de población afectada en países subdesarrollados todavía no recibe terapia antirretroviral, a pesar de necesitarla.

Los datos epidemiológicos presentados por el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/ Sida indican que la prevalencia mundial del VIH se ha estabilizado y que el número de nuevas infecciones ha descendido, gracias al advenimiento del tratamiento antirretroviral (en adelante TARV o ARV) y al impacto positivo de los programas de prevención basados en educación y otras estrategias, como la circuncisión masculina y la profilaxis pre y postexposición a relaciones sexuales desprotegidas. Sin embargo, estos avances no se distribuyen por igual en todo el mundo, y aún muchas regiones y países no alcanzan sus beneficios, lo que posibilita la aparición de nuevos casos, debido a la trasmisión perinatal.

La gran mayoría de niños con infección por VIH presenta dentro de sus primeros signos de enfermedad manifestaciones orales. La cavidad oral es particularmente susceptible a infecciones y al crecimiento de numerosos microorganismos a expensas de la inmunosupresión sin importar la edad del paciente. Algunas de estas infecciones se convierten en elementos importantes para el diagnóstico primario de infección por VIH con un gran valor pronóstico en la evolución de la infección y la aparición de sida, tal como la hipertrofia parotídea, que en muchos casos es el primer y único signo de infección por VIH. Los factores que predisponen la expresión de lesiones orales incluyen conteos de CD4 menores de 200 células/mm3, una carga viral mayor de 300 copias/ml, xerostomía e higiene oral deficiente.

Las diferencias en las manifestaciones orales entre niños y adultos aún son motivo de discusión entre los investigadores del primer y el tercer mundos.

La clasificación de las lesiones orales en niños no ha sido unánime y las investigaciones publicadas toman diversos enfoques en la presentación de los resultados A pesar de esto, se ha ido avanzando hacia una unificación de los criterios y se puede hablar de dos tendencias.

Un grupo grande de artículos publicados (en particular los más antiguos) se refiere a ellas de acuerdo con su etiología y las divide en fúngicas, virales, bacterianas, neoplásicas e idiopáticas (úlceras aftosas y enfermedades de glándulas salivales). Otro grupo (el de investigaciones más recientes) prefiere utilizar una variante de la clasificación de adultos según la frecuencia de aparición de las lesiones, En casi todas las publicaciones revisadas se concluye que la lesión oral más común en todos los estudios realizados y publicados es la candidiasis oral y que es una de las más relevantes entre todas las lesiones estudiadas. Se puede presentar como la primera manifestación de la enfermedad e incrementar su presencia cuando evoluciona el cuadro clínico de infección por VIH y la inmunosupresión se convierte en crónica y se produce un diagnóstico de sida.

Infecciones por Herpes virus. Esta presentación del virus se manifiesta como lesiones periorales o intraorales en forma de vesículas en su etapa aguda que, luego de romperse, confluyen para dejar áreas ulcerosas irregulares muy dolorosas. Generalmente estas úlceras llegan a cicatrizar en un período de 10 a 14 días, a excepción de niños con VIH severo, donde se pueden convertir en crónicas y en verdaderas situaciones de urgencia que ameritarán de hospitalización y en situaciones extremas (por fortuna raras) la infección se difunde con afectación visceral y lesiones de piel con infección primaria. Los niños con infección por VIH pueden llegar a tener episodios más frecuentes y graves por la reactivación del HSV-1, y como consecuencia pueden llegar a presentar cuadros de fiebre, irritabilidad y linfoadenopatía submandibular.

Los niños seropositivos, al igual que los adultos, presentan frecuentes lesiones en la cavidad oral. A medida que los niños y niñas sobrevivientes de las primeras olas de infección por VIH se acercan a la adolescencia y la adultez, los profesionales de la salud y, por ende, los odontólogos, se enfrentan al gran reto de estar preparados para ofrecerles la mejor atención disponible.

Es un reto no sólo personal, sino colectivo, toda vez que el sistema de salud colombiano amenaza ruina total con los embates legislativos que pretenden reducirlo a una mercancía y a un derecho prestacional restringido a la disponibilidad de recursos de una población cada vez más empobrecida por décadas de ajustes y reformas al servicio del gran capital, de espaldas a las necesidades de las mayorías del país, incluidos los niños y niñas.

Los Estados Unidos de Norteamérica y México comparten una frontera de 3 326 km, por consiguiente, muchos problemas de salud pública con SIDA siendo el mayor entre ellos.

Ambos países reportaron un significante número de casos a largo de la línea fronteriza. Estados Unidos triplicó el número de casos de 1990 a 1996. Mientras tanto los casos en la frontera mexicana incremento cerca de un 5% durante los mismos años.

Una inspección fue conducida dentro de clínicas hispanas en Texas y el área de Monterrey, Nuevo León, México. La inspección dio como dato sobre estas respuestas: características personal y prácticas médicas, incluyendo casos recurrentes con VIH; asesoramiento y conocimiento acerca de VIH y posibles tratamientos y fuentes de información acerca del problema; proveer cuidados a pacientes con VIH/SIDA y percepción como ser o no paciente hispano con especial necesidades y tratamientos para el VIH/SIDA.

La asociación UNAIDS estimó que para el año 2000 habría treinta seis millones de personas que habrían vivido con la infección del VIH alrededor del mundo. El África Sub sahariana le correspondió el primer lugar de personas infectada.

En América Latina, México ocupó el 3er. lugar donde se acumuló mayor número de personas infectadas.

Durante este estudio se demostró que en el tiempo que duró la investigación (10 años), el riesgo de muerta se fue incrementando, más en los varones al llegar a la edad de 38 años, y esto significa que contrajeron la enfermad aproximadamente a los 20 años. Las mujeres tuvieron un menor índice de mortalidad, pero la edad de fallecimiento fue a los 34 años.

Pero estos datos no son fidedignos, ya que muchos de los casos no se reportaron a los servicios de salud, por lo tanto no obtuvieron la oportunidad de ser tratados con los retrovirales.

Los tres estados de la República con más afecciones fueron Baja California, Distrito Federal y Jalisco.

Posiblemente se ha ido avanzando en el control de esta epidemia pero los adolescentes aún no están capacitados para enfrentar este reto, es un problema muy serio pues produce una importante morbilidad y mortalidad en los jóvenes que la contraen principalmente mediante relaciones sexuales. La adolescencia es una etapa crucial en el desarrollo de los comportamientos sexuales seguros.

La epidemia se ha caracterizado por un aumento lento pero sostenido de la incidencia en el último quinquenio. En las estadísticas se aprecia el predominio del sexo masculino 6 336 (80,5%) e incide en mayor grado los hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH) 5 452 para el 86% del total de varones.6 Al término de 2006 según análisis realizado por el Grupo Operativo para el Enfrentamiento y Lucha Contra el SIDA (GOPELS) se reportaron 7 863 personas con VIH, 2 986 casos con SIDA y 1 529 fallecidos, de ellos 1 428 por el propio síndrome.

La adolescencia es una etapa formativa, crucial en el ciclo de vida; la identidad, la autonomía y el proyecto de vida, están conformándose, por lo que es necesario un abordaje integral de la sexualidad. La influencia que pueden ejercer los distintos espacios donde los adolescentes se desarrollan en su vida cotidiana es determinante, más aun si se considera que en esta etapa de la vida, las relaciones con sus coetáneos son muy significativas.

Conocer a esta población es importante para el rumbo que tome la enfermedad en el futuro, de ahí que el presente estudio tiene como objetivo identificar los conocimientos, las fuentes de información y los comportamientos de los jóvenes estudiantes de enseñanza media superior (preuniversitarios e institutos politécnicos) en las provincias Ciudad de la Habana y Holguín por ser de las más afectadas por esta enfermedad en Cuba.

Se confeccionó un cuestionario semiestructurado, validado con estudiantes no involucrados en la investigación y con expertos, posteriormente se aplicó a una muestra intencional de estudiantes de 11no. y 12no. grados de institutos preuniversitarios en el campo (IPUEC) y alumnos de 2do. y 3er. años de institutos politécnicos (IPOL) de los municipios Regla, Playa, Plaza, Centro Habana, Habana Vieja, Arroyo Naranjo, en Ciudad de La Habana y de Mayarí, Báguanos y Holguín en la provincia del mismo nombre.

La migración temporal indígena mexicana hacia Estados Unidos se originó en comunidades agrícolas con problemas de rezago estructural. Se trata de grupos de población que históricamente han sido excluidos. Esta migración ocurrió en un contexto epidémico donde las infecciones de transmisión sexual (ITS), en particular el VIH, no sólo constituyen un problema de salud pública para ambos países, sino que también agudizan la desigualdad social al empobrecer y estigmatizar a esta población cuando enferma tanto en las localidades de origen como en las de destino.

Estudios recientes indican que la ruralización del VIH en México tiene relación con las dinámicas de circulación migratoria hacia Estados Unidos. Es un proceso infeccioso con dos fases. La primera ocurre durante la estancia en Estados Unidos, especialmente entre varones que viajan sin sus parejas y que tienen contactos sexuales sin condón con trabajadoras sexuales o con otros hombres.12 Además se sabe que comparten jeringas contaminadas para el suministro de vitaminas, antibióticos y drogas inyectables.

La segunda fase se presenta cuando los migrantes infectados vuelven a su localidad de origen en México y, sujetos a las creencias arraigadas sobre sexualidad y control reproductivo, exigen que los contactos sexuales con las esposas o parejas que esperan en México, sean sin protección.

Las comunidades indígenas seleccionadas tienen índices muy altos de marginación y de migración hacia Estados Unidos. Destaca el hecho de que presentan casos registrados de cuadros clínicos atribuibles al SIDA.

Las nociones de conyugalidad y nupcialidad conllevan roles sexuales definidos por medio de formas de poder asimétricas que son sostenidas por ideologías de género y pueden favorecer relaciones sexuales sin condón.

Son más vulnerables al VIH/SIDA las personas con precariedad de recursos jurídicos, sociales y monetarios. De aquí que la ruralización del VIH/SIDA en México puede tener consecuencias desastrosas entre los indígenas y en general en poblaciones campesinas de México, cuya dignidad y derechos humanos suelen ser menos respetados.

La nupcialidad del México rural conlleva creencias y tabúes sobre sexualidad y reproducción derivadas de la religiosidad católica que pueden inhibir el uso de condón. Sin embargo existen otros aspectos que refuerzan la resistencia al uso de condón. Las mujeres robadas que viven en concubinato, por ejemplo, se vuelven más vulnerables porque adquieren estatus y modos de vida donde el control familiar ejercido sobre su sexualidad

dificulta el uso de condón.

Esto se debe a la residencia patrilocal que resulta del arraigo de los nuevos cónyuges en el domicilio de la familia del novio. De hecho, la migración parece haber adquirido el sentido de un ritual de iniciación masculina: “Los niños de por aquí empiezan a muy temprana edad. Se van como de 14 ó 15 años y, aunque pueden seguir estudiando, una vez que lo experimentan, la mayoría vuelve a ser migrante, reproducen el mismo esquema del padre… ” (Varón migrante, purépecha, 32 años, Ecuandureo, Michoacán).

Las parejas unidas en concubinato a través del robo son excluidas de los derechos y el reconocimiento de quienes se casan con el reconocimiento de la Iglesia. Esto propicia un orden de marginalidad porque la pareja está impedida moralmente para ocupar cargos religiosos o practicar sacramentos, como es el caso de las mayordomías o el bautismo de sus hijos.

El robo genera en la concubina un estigma que le distingue de las mujeres que están casadas por la Iglesia. Este fenómeno afecta la red social de apoyo de la concubina, lo que tiende, con los años, a envolverla en una espiral de aislamiento, dependencia económica y violencia doméstica que le colocan en situaciones que disminuyen su capacidad para prevenir y atender una infección de VIH/ITS.

Los migrantes entrevistados se perciben a sí mismos como hombres ausentes en sus lugares de origen. Esto parece estar ligado a la resistencia de algunos migrantes al uso del condón con sus cónyuges en México, ya que viven con el miedo a la infidelidad de sus esposas.

Los informantes creen que el embarazo de sus mujeres es un recurso confiable para mantenerlas apegadas a ellos, por eso, cuando regresan de Estados Unidos, es frecuente que busquen contactos sexuales con fines reproductivos, necesariamente sin condón Las mujeres entrevistadas identifican al VIH como el causante del SIDA, saben que se transmite por vía sexual y que puede prevenirse con el uso del preservativo.

Sus narraciones muestran cambios en las representaciones femeninas sobre VIH/ITS, fidelidad y confianza: “… cuando él va a regresar le pido que usemos condón.

Yo no sé si ha andado con otra mujer, pues tiene sus necesidades y puede ser que vaya a casas de cita o que conquiste por ratitos.” (Mujer zapoteca, 35 años, La Ciénega, Oaxaca).

En México la religiosidad católica persiste como inhibidor de derechos sexuales de mujeres y hombres, especialmente con relación al uso del condón. Sin embargo, la práctica del sexo sin protección es atribuible a razones más complejas Las políticas de salud tienen que considerar que la vulnerabilidad para VIH/ITS entre las mujeres entrevistadas tiene su origen en las creencias masculinas que inhiben el uso del condón.

La ruralización del VIH/SIDA en México requiere intervenciones de prevención y atención de VIH/ITS que sean sensibles a la pluralidad etnolingüística. Además, han de estar sustentadas en enfoques de género que no sólo reconozcan a la población femenina, sino que también tomen en cuenta las prácticas y creencias masculinas sobre reproducción. Especialmente las creencias ligadas a la conversión simbólica de niños en hombres, que parecen jugar un papel importante en la producción de vulnerabilidades para VIH/ITS.

El inicio cada vez más temprano de las relaciones sexuales, el cambio de pareja, la falta generalizada del uso de medios de protección, así como las variables sociales, hacen de los adolescentes una población a riesgo de contraer el VIH o de aumentar la probabilidad de enfermar. El hecho de que no exista aun, tratamiento curativo hace que la divulgación de la información y las medidas preventivas sean las únicas medidas que puedan frenar la propagación de la enfermedad. Es por ello que desde hace varios años se están llevando actividades de intervenciones educativas con el objeto de proteger de la amenaza del SIDA a los adolescentes, mejorando el conocimiento sobre la enfermedad, sus consecuencias y formas de prevención. Investigaciones recientes revelan que los conocimientos sobre la sexualidad y la prevención del SIDA en adolescentes y jóvenes son superficiales y no llevan a un cambio de actitudes o a conductas efectivamente protegidas en todas y cada una de las relaciones sexuales. Se ha reportado que 30% de personas reconocidas como portadores de VIH+ en el grupo de edad de 20-29 años se contaminó durante su adolescencia, considerando el periodo prolongado de latencia entre la seroconversión en VIH y las manifestaciones del SIDA el cual puede durar entre dos y once años.

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