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El Secreto

sechaco14 de Agosto de 2012

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EL SECRETO

Entra SILVINA, una gotica de agua

SILVINA: Pobrecita yo, una gotica de agua, solita y aburrida. Mi papá y mi mamá y mis hermanos están todos afuera trabajando y no tengo con quien jugar. Voy a salir a ver si encuentro algo divertido.

Camina SILVINA haciendo sonidos agudos mientras brinca por todos lados. De repente se para. Entra SR. MAÍZ, SR. FRIJOL y SR. YUCA.

SILVINA: Mira esa cosecha tan tostada y fea. Esta cubierto en polvo y todas las hojas están marchitas. (Mira mas de cerca) Maíz, Yuca y Frijol. Todos durmiendo. Debe ser porque está haciendo mucho calor. Ya tengo que hacer! Voy a ayudar a todos estos cultivos. (Coge el brazo de SR. MAÍZ). Sr. Maíz, Sr. Maíz, despiértase!

SR. MAÍZ: (Despertándose) ¿Que es esto? Yo estaba soñando en un aguacero y no sentía nada de sed. ¿Ahora, quien me despertó?

SILVINA: Yo, Silvina la gotica. Sr. Maíz, vengo a ayudarles.

SR. MAÍZ: ¿Tu, una gotica tan chiquita, para ayudarnos en esta sequía? No me haga reír, Ja, ja, ja.

SR. YUCA: Pero, ¿que es esa bulla? Que pasa aquí? Yo estaba durmiendo, soñando en que se había desbordado el Río Magdalena y no sentí nada de sed. ¿Por qué me despertaron?

SR. MAÍZ: Sr. Yuca, disculpe, pero es esta gotica de agua. Ella tiene la culpa. Ella quiere ayudarnos a todos nosotros.

SR. YUCA: ¿Una gotica para todo ese cultivo? Ja, ja. Me toca reír porque no tengo aguita para llorar. Ja, ja, ja.

SR. FRIJOL: Qué escándalo! No dejan a uno en paz, y yo soñando que estaba flotando en una sopa con todos mis amigos y no había ni calor ni sed. ¿Por qué se ríen?

SR. YUCA: Eh, Sr. Frijol. Esta gotica tiene la culpa. Quiere ayudarnos a todos nosotros.

SR. FRIJOL: Mejor que se vaya. No puede hacer nada aquí sino molestar.

TODOS: Vete, vete!

SILVINA empieza a caminar, toda triste. Entra EL POLVO.

EL POLVO: Ja, ja, ja. Mira lo grande que soy yo. cubro todas las hojas que hay por aquí. ¿Que puedes hacer tu? Una pequeña gotica contra mí?

Empuja a SILVINA. Entra EL CALOR.

EL CALOR: ¿Y qué puedes hacer contra mi, un calor tan fuerte? Si no te vas, voy a secarte a ti también.

Empuja a SILVINA.

SILVINA: Todos tienen razón. Qué puedo hacer yo tan pequeñita contra el polvo y el calor para aliviar el sufrimiento de todas las siembras? (Empieza a llorar)

Entra LA TIERRA

LA TIERRA: Silvina, ven acá. Soy la Tierra. Soy muy vieja y he visto muchas cosas. Tengo un secreto. Ven, acércate y te diré como puedes ayudar.

SILVINA se acerca a LA TIERRA. Escucha el secreto y se va corriendo para la casa. Entra una multitud de goticas. Forman una gran nube y juntos van hacía SR. MAÍZ, SR. YUCA y SR. FRIJOL. Las goticas bailan entre ellos y todos se bañan. EL POLVO y EL CALOR salen asustados.

SR. MAÍZ: Nunca en mi vida he visto un aguacero tan bueno! Pero qué poder tienen las goticas! Nosotros no debemos haber echado a pobre Silvina. Vamos a llamarla. Silvina! Silvina!

SILVINA: (Acercándose al SR. MAÍZ) Aquí estoy. ¿Como se sienten todos?

SR. MAÍZ: Pues, todos estamos muy felices, Silvina. Queremos agradecerte mucho por este aguacero. Nos bañamos lo más de rico.

SILVINA: Pues, yo solo quería ayudarles y realmente no era difícil. Yo reuní a todos mis hermanos y vecinos y así vencimos la sequía.

SR. MAÍZ: ¿Pero qué fue el secreto que te contó la Tierra?

SILVINA: Bueno, la Tierra me dijo que cuando se unan todas las goticas se puede formar ríos y mares, que tan fuerte es el poder de la unidad que puede transformar la tierra.

FIN

LOS SOLIDARIOS

En el pueblo

COMPADRE esta sentado. Entra HOMBRE

HOMBRE: Eh, compadre. Te estaba buscando. (Se sienta a su lado)

COMPADRE: Hombre, saludo. De qué se trata?

HOMBRE: Es que... tu sabes como está la situación. Tengo un poco de deudas y cuatro hijos en el colegio. Tu sabes como es.

COMPADRE: Amigo, si estas pensando lo que pienso que estas pensando, los únicos ahorros que tengo son los piojos en el pelo de mis pelados.

HOMBRE: No, compadre. No vengo para prestar. Vengo a hablarte de una idea. Es que estoy pensando que de pronto debemos unir las fuerzas para empezar algo juntos.

COMPADRE: Como qué?

HOMBRE: No sé, pero estoy cansado de esta lucha. Nada me da resultado. De pronto si tu y yo y otro compadre, si hacemos un negocio juntos...

COMPADRE: Y qué otro compadre?

HOMBRE: Estaba pensando en el compadre Alfredo.

COMPADRE: Pero no es él que te quedó mal?

HOMBRE: Pues, si. Le presté plata y nunca me lo devolvió. Pero él esta en peores condiciones que yo. Tantos hijos. Por lo menos mi mujer tiene trabajo. El no tiene ningún ingreso.

COMPADRE: No sé. Todos tan apurados, en quién se puede confiar?

HOMBRE: También está el compadre Pedro.

COMPADRE: No, hombre. Él me debe a mí. Hace rato le presté el Betamax y nunca me lo devolvió.

HOMBRE: Bueno, ya pa' qué? Está obsoleto.

COMPADRE: Verdad. Y aunque me comprara el V.H., no tengo para alquilar películas.

HOMBRE: Entonces, qué dices? Hacemos un negocio?

COMPADRE: Pero con qué y con quién? No se puede confiar en nadie y nadie confía en uno. Entonces cómo?

HOMBRE: Pero no se puede quedar quieto mientras el agua le sube hasta la nariz.

COMPADRE: Bueno, déjame quieto aquí. De pronto la situación cambia.

HOMBRE: De pronto, pero yo no puedo quedarme quieto. Hasta luego, compadre.

COMPADRE: Hasta luego. (Se queda dormido).

(Entra DONCELLA, muy elegante)

DONCELLA: Buenas tardes.

COMPADRE: (Se para) Buenas tardes. La conozco?

DONCELLA: Déjeme presentarme. Soy la doncella de sus sueños.

COMPADRE: Mucho gusto. En qué le puedo servir?

DONCELLA: Yo estoy para servirle a Ud. Soy quien realiza todos sus sueños y Ud. no tiene que hacer nada.

COMPADRE: Me suena.

DONCELLA: Solo tiene que sentarse, tranquilo y dormir. (Le ayuda a sentarse y le echa sueño en los ojos. Luego se pone una corona, coge una pelota de futbol y toca la cabeza de COMPADRE).

COMPADRE: (Se para de repente y mira hacia DONCELLA) Quién es Ud.?

DONCELLA: Soy Miss Universo, a la orden.

COMPADRE: A la orden?

DONCELLA: Sí. Siempre quería conocerle. Soy una aficionada de fútbol. Ud. pueda firmar mi pelota?

COMPADRE: (Coge la pelota y la firma) Por qué yo?

DONCELLA: Sólo es el mejor futbolista del mundo. (Indica hacia el público) Mira tantos aficionados que tiene.

COMPADRE: Debo estar soñando.

DONCELLA: Quiere quedarse un rato conmigo?

COMPADRE: Claro que sí. (Se sientan los dos)

(Entra HOMBRE. Sale DONCELLA)

HOMBRE: Compadre, despiértate. Hace días que te estoy buscando. Estaba hablando con el compadre Alfredo, comentando la situación. Le dije que gracias a Dios tengo un palo de mango en el patio por que dentro de poco es todo lo que vamos a tener pa' comer. Sabe lo que me dijo? Que también tiene un palo de mango en el patio y que se está perdiendo una cantidad de mangos.

COMPADRE: (Medio dormido) Qué bueno, amigo.

HOMBRE: Entonces decidimos recogerlos y venderlos. Pero, la mujer de Alfredo estaba escuchando y nos dijo que sería mejor hacer dulce de mango, que sólo se necesitara el combustible. Entonces hablamos con el compadre Pedro, que también tiene un palo de mango en el patio. Entre los tres reunimos para el combustible y así empezó el negocio. Ahora lo estamos empacando bien bonito y vendiendo en las tiendas. Compadre, abrimos una cuenta en el banco! Qué dices? Quieres entrar con nosotros?

COMPADRE: No, hombre. Por ahora déjame quieto. (Se queda dormido)

(HOMBRE encoge los hombros y sale. Entra DONCELLA y le toca la cabeza de COMPADRE)

COMPADRE: (Se para de repente y mira hacia DONCELLA) Quién es Ud.?

DONCELLA: Soy su nueva secretaria, Señor.

COMPADRE: Y yo?

DONCELLA: Pues, Ud. es el dueño del banco, prácticamente del pueblo. Aquí le traigo el balance de hoy.

COMPADRE: (Mira el balance) No puede ser! De

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