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El problema histórico de la educación en la formación de los docentes


Enviado por   •  15 de Junio de 2014  •  Tutoriales  •  2.448 Palabras (10 Páginas)  •  401 Visitas

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Educación histórica, una propuesta para el desarrollo del pensamiento histórico en los estudiantes de la licenciatura en educación preescolar y primaria.

Belinda Arteaga y Siddharta Camargo.

Este texto aborda la problemática de la educación histórica en la formación de docentes desde una doble perspectiva epistemológica. Por una parte, la que se refiere a la historia como conocimiento científico, y por otra, la que tiene que ver con la pedagogía de la disciplina.

Cuando hablamos de historia, nos referimos a una disciplina en constante cambio, abierta a debates y a la generación de nuevos conocimientos que aborda los complejos procesos humanos que han tenido lugar en el pasado pero cuyas huellas y registros impactan el presente. Es importante diferenciar a la historia como conocimiento construido y validado por la comunidad de los historiadores, de la historia como proceso social y aún de la memoria histórica, definida aquí como la historia recordada por los colectivos humanos.

La historia transitó de un índice de procesos y/o acontecimientos memorables a otra centrada en el aprendizaje y aplicación de categorías y nociones analíticas susceptibles de ser aplicadas para comprender sus propios objetos de conocimiento. Así se pasó de la pregunta ¿qué contenidos históricos deben abordarse en la escuela?, a ¿cómo lograr que en la escuela se aprenda historia como una forma de conocimiento específico?

Ken Osborne ha identificado tres formas que la educación histórica ha adoptado a través el tiempo: la primera se centra en transmitir la narrativa de la construcción de la nación, la segunda se enfoca en el análisis de los problemas contemporáneos en un contexto histórico, y la tercera toma a la educación histórica “como el proceso por el cual los estudiantes llegan a comprender la historia como una manera de investigar desde la disciplina y por lo tanto aprenden a pensar históricamente.

Recientemente las investigaciones se situaron en los puntos nodales de la educación histórica al considerar las practicas docentes basadas en el conocimiento de la disciplina y en sus recursos metodológicos, así como en los conocimientos ya consolidados sobre el desarrollo del pensamiento histórico y la conciencia histórica.

La historia en las aulas como problema: retos y alternativas.

Se sitúa la historia en las aulas como una disciplina que dispone de un lenguaje y una lógica propi y que hace uso de herramientas y recursos específicos para generar nuevos conocimientos implica dilemas que debemos atender.

Conciencia histórica.

La conciencia histórica, como lo propone Andrea Sánchez Quintanar, implica:

• La noción de que todo presente tiene su origen en el pasado.

• La certeza de que las nociones no son estáticas, sino que cambian y se transforman de manera constante y permanente por mecanismos intrínsecos a ellas, independientemente de la voluntad de los individuos que las integran;}la noción de que, en esa transformación, los procesos pasados constituyen las condiciones del presente;

• La convicción de que yo –cada quien-. Como parte de la sociedad, tengo un papel en el proceso de transformación social y, por tanto, el pasado me constituye, forma parte de mí, hace que yo –mi ser social- sea como es;

• La percepción de que el presente es el pasado del futuro, que yo me encuentro inmersa en todo ello y, por tanto, soy parcialmente responsable de la construcción de ese futuro; y

• La certeza de que formo parte del movimiento histórico y puedo, si quiero tomar posición respecto a éste; es decir, puedo participar, de manera consiente, en la transformación de la sociedad. (Sánchez Quintanar 2006).

Josep Fontana resume: “pienso en una enseñanza de la historia que aspire no tanto a acumular conocimientos como a enseñar a pensar, a dudar, a conseguir que nuestros alumnos no acepten los hechos que contienen los libros de historia como si fuesen datos que hay que memorizan, certezas como las que se enseñan en el estudio de las matemáticas, sino como opiniones e interpretaciones que se pueden y se deben analizar y discutir”

Es decir, la tarea de la educación histórica es promover una comprensión cada vez más profunda sobre la naturaleza de la disciplina al mismo tiempo que se aprende sobre el pasado y las huellas de éste en la vida actual. El pensamiento histórico que se pretende desarrollar en el terreno educativo (con distintos niveles de profundidad, hondura y destreza de acuerdo con los niveles en que esté organizado el sistema escolar formal) comprende una serie de conocimientos, nociones y concepciones que pretenden lograr que los alumnos reconozcan que el presente no es fortuito, casual, ni el producto de la evolución natural de la especie humano, sino que es el producto de una historia que hunde sus raíces en el pasado y que se expresa, como un componente vivo, a través de rastros, huellas y registros que nos implican y explican.

El conocimiento, el pensamiento y la conciencia histórica es el resultado de aproximaciones sistemáticas y formales a la disciplinas y, por lo tanto, son el resultado de ejercicios de construcción de sentido.

La educación histórica: una nueva manera de pensar la historia en las aulas.

• El conocimiento, la conciencia y el pensamiento histórico se desarrollan a partir de procesos de investigación que involucran la elaboración de interrogantes e hipótesis. Se parte del análisis e interpretación de fuentes primarias como elementos de obtención de información, validación y argumentación, como la producción de conocimientos en el coso de la educación superior y la formación de historiadores. La matriz historiográfica es uno de los ejes que fundamentan este paradigma. Bajo esta lógica, la aproximación que se realiza desde el aula a la historia parte de la disciplina misma, no solo de sus contenidos, sino desde su episteme.

• Las características de la educación histórica situada en las aulas, deben modular en función del desarrollo cognitivo y psicosocial de los alumnos. Las tareas propuestas implicarán aproximaciones sucesivas y con diversos grados de complejidad a la ciencia histórica. El abandono de la narrativa única por parte del docente, la memorización y la lectura de fuentes secundarias como el epicentro del trabajo áulico.

• La educación histórica considera como claves en su realización a los actores del aprendizaje. Bajo esta concepción los estudiantes; los profesores de historia y las prácticas

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