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“El sol en la vida terrestre” Investigación Cuantitativa


Enviado por   •  13 de Marzo de 2019  •  Ensayos  •  1.837 Palabras (8 Páginas)  •  148 Visitas

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El sol en la vida terrestre”

Investigación Cuantitativa

Orlando Vázquez Sánchez

Urban Antonio Domínguez Cedillo

Lic. en Arquitectura.

Segundo Semestre

Cd. Victoria Tamaulipas, México a 17 de mayo del 2018

Introducción:

El principal propósito es dar al lector un panorama general de lo que son las relaciones solar-terrestres, y lo complicado que resultan ser.

El Sol es la estrella más cercana a la Tierra y el mayor elemento del Sistema Solar. Las estrellas son los únicos cuerpos del Universo que emiten luz. El Sol es también nuestra principal fuente de energía, que se manifiesta, sobre todo, en forma de luz y calor. Está a 150 millones de kilómetros de la Tierra, contiene más del 99,8% de toda la materia del Sistema Solar.

Como todas las estrellas, el Sol es un gigantesco horno nuclear en el que la masa se convierte en energía radiante continuamente, calculándose en más de 5.000 millones de años el tiempo que pasará hasta que quede completamente extinguido.

De esa enorme cantidad de energía radiante, solamente una pequeña parte alcanza nuestro planeta, aunque representa una cantidad muy grande en comparación con la energía que necesitamos para mantener nuestra civilización.

Desarrollo:

Rice (2011) nos dice que “todo lo que hay en el espacio se llama el universo. En el universo hay muchas estrellas como el sol. El sol es la estrella más cercana a la tierra” (pag.14).

El Sol es una estrella enana de color amarillo, miembro de una de las más numerosas tipas de estrellas (espectral G2) que se mantiene unida por su propio campo gravitacional y presiones internas como la del plasma y la de radiación. Esta formado en su interior por el núcleo, la zona radiactiva y la zona convectiva, y su atmósfera se divide en fotosfera, cromosfera, zona de transición y corona. Tiene un radio de 695 980 km, es decir, 109 veces el radio de la Tierra, que tiene alrededor de 6 371 km, y rota sobre su propio eje en aproximadamente 27 días.

La manifestación más evidente que se tiene de la actividad del Sol son sus manchas en su superficie. El estudio del Sol a cargo de los especialistas en la materia fue descuidado por cerca de dos siglos después del descubrimiento de las primeras manchas solares y fue hasta pasados muchos años que Heinrich Schwabe observo nuevamente el Sol y sé demostró que la aparición y desaparición de las manchas era un fenómeno cíclico con un periodo de alrededor de 11 años, a este se le llamo ciclo solar.

Son, por tanto, la fuente más antigua de los registros directos de la historia de la actividad solar, es por esto que las relaciones solares/terrestres están consideradas como uno de los temas científicos más mencionados en la actualidad.

Otaola, Mendoza y Pérez. (2003) mencionan que:

“Las relaciones solar-terrestres tienen que ver con el estudio de la         generación,         flujo y disipación de energía, así como la transferencia de masa,         en el sistema         solar-terrestre, incluyendo los mecanismos         fisicoquímicos de interacción y         sus efectos en el entorno terrestre”         (Capitulo. “De los tiempos y escalas de las variaciones”, párr.1).

El planeta tierra se encuentra dentro del medio del material y la radiación que emite el Sol. Así es como él Sol ha mantenido su luminosidad constante durante miles de millones de años, permitiendo el desarrollo de la vida en la Tierra, el balance de los ecosistemas existentes es sumamente débil por lo que con pequeñas variaciones en la cantidad de radiación y partículas que recibimos del Sol podría causar un efecto negativo en nuestro medio ambiente.

La cantidad total de energía radiante en forma de radiación electromagnética que emite el Sol llega al tope de nuestra atmósfera, se ha rastreado por décadas y continúa eficientemente tanto desde el espacio como desde Tierra.

Otaola. et al. (2003) encontraron que “el planeta Tierra ha sido capaz de absorber la variación de energía que irradia el sol al sistema solar sin que el clima se haya alterado apreciablemente en ella”(Capitulo. 2 “De los tiempos y las escalas de variaciones”, párr. 1).

Pero como ya se mencionó, las manchas solares como principal registro de la actividad solar, no son el único fenómeno que provoca el sol. Si no que también provoca uno de los fenómenos más espectaculares que existen en el planeta tierra son las auroras boreales pero, ¿Quién las causa? O ¿Porque aparecen?

Las manchas solares no son las únicas manifestaciones de la actividad del Sol que, cuando es más activo, produce muchas explosiones en la corona, las denominadas ráfagas. Estas explosiones, provocan la emisión de partículas muy energéticas que se mueven con velocidades cercanas a las de la luz. Estas partículas llegan a la alta atmósfera de la Tierra a alturas entre los 500 y 900 m. Otra fuente de partículas que penetran también la alta atmósfera es el viento solar, el flujo de iones, electrones y protones que continuamente salen del Sol al exterior del sistema solar.

Tanto el viento solar como las partículas provenientes de las ráfagas ingresan en la atmósfera interaccionando con sus átomos y produciendo ionización y excitación.

Los fenómenos de des excitación y recombinación de estos átomos producen la luz que da lugar al hermoso espectáculo de las auroras, en regiones que van de los 60 a 70 grados de latitud en ambos hemisferios. Este fenómeno es una causa directa de la actividad solar, entonces el estudio de los registros aurorales es un medio indirecto de estudiar las variaciones en la actividad del Sol.

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