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El viento


Enviado por   •  24 de Octubre de 2012  •  Ensayos  •  1.702 Palabras (7 Páginas)  •  280 Visitas

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TEMA 6.

FACTORES

6.9. VIENTO

El viento es otro importante factor, se genera por el movimiento de las capas de aire, y es especialmente determinante en costas, llanuras, desiertos y crestas de montañas, en donde su fuerza es mucho mayor. El viento influye sobre los seres vivos pero también sobre otros factores como la temperatura, la humedad, el fuego o la nieve.

Los efectos del viento sobre los seres vivos son muy variados, y en ocasiones determinantes. En las plantas cabe destacar:

- El primer lugar, el viento tiene un importante papel en la distribución de las semillas y las esporas (ver en el capítulo de distribución, la anemocoría y la anemogamia).

- El viento generalmente crea un efecto de desecación, aunque por otro lado, reduce el riesgo de heladas. Dependiendo de la situación atmosférica, el viento modifica la temperatura del aire. En áreas de montaña, hace que el frío sea más intenso, aunque normalmente el viento mueve el aire generando calor.

- En áreas situadas a una gran altitud, el viento es una de las causas (junto con la nieve principalmente) que provoca el enanismo en algunas especies vegetales.

- El viento influye en la distribución de la vegetación. Determina el límite de algunos bosques puesto que al desecar los brotes en los periodos fríos, impide que la vegetación se desarrolle. En teoría, no hay bosques si velocidad del viento a 10 metros de altura es igual o superior a 6 m/s (Alcaráz Ariza, 2008). Si esto se produce y no puede haber bosque por la fuerza de viento, tampoco estarán los animales asociados a dicho bosque.

- En general, es más fácil que las yemas de las plantas de la parte de barlovento de una montaña se dañen más que las que están situadas a sotavento por el efecto del viento.

- En áreas con dunas el viento desentierra y entierra las especies vegetales, determinando el crecimiento y la zonación de los taxones que se desarrollan entre la arena.

Por lo tanto, el viento puede tener efectos positivos o negativos sobre las plantas. Un viento suave asegura la renovación del aire que se sitúa alrededor de los estomas, facilita la absorción de dióxido de carbono, suele tener ser efecto dinamizador en la fotosíntesis, y además evita las heladas y las temperaturas excesivamente altas. Por el contrario, un viento fuerte obliga a la planta a aumentar su transpiración lo que puede provocar el cierre de los estomas y la parada de la actividad fotosintética, además de originar daños mecánicos en la planta, pueden provocar la fractura y la deformación de los árboles, o directamente su destrucción. Aunque también puede provocar erosiones cuticulares por fricción del follaje o abrasión con los elementos que transporta: polvo, nieve, sal, agua salada... (Ferreras Chasco, 1999, 2000).

En áreas donde el viento es fuerte y constante la configuración de la vegetación está determinada por los vientos predominantes. En algunas especies como las gramíneas estimula el abatamiento, es decir, hace que muchas plantas de la formación estén tumbadas. En otras ocasiones, puede provocar la aparición de troncos inclinados, formas achaparradas, almohadilladas, postradas, rastreras o entablado. Los árboles que crecen de manera aislada o en la primera línea de los agrupamientos vegetales son especialmente susceptibles al viento, y por ello se ven obligados a crecer inclinados y con las ramas orientadas al sentido hacia el que normalmente se dirige el viento, son los llamados árboles bandera (Ferreras Chasco, 1999, 2000).

En función del tipo de deformación provocada por el viento, Yoshino (1973), divide a los árboles en cuatro categorías:

1. árboles con tronco casi vertical, pero ramas muy curvadas a sotavento debido a los vientos dominantes que hubo durante su crecimiento.

2. árboles con troncos verticales y ramas de barlovento rotas por el viento y la nieve.

3. árboles con tronco y ramas muy deformadas por el viento.

4. árboles con tronco inclinado a sotavento, pero copa casi simétrica debido a fuertes vientos ocasionales.

En función de la intensidad de las deformaciones producidas por el viento Barsch (1963) distingue seis tipos de árboles teniendo en cuenta la silueta del árbol.

0. sin deformación aparente.

1. deformación débil, ligera disimetría de la copa, y ramas menores curvadas hacia el lado abrigado.

2. copa netamente disimétrica, ramas expuestas al viento fuertemente curvadas hacia el lado abrigado.

3. forma de bandera imperfecta, casi sin ramas del lado del viento.

4. forma de bandera perfecta, sin ramas del lado del viento.

5. forma mutilada, copa y tronco fuertemente inclinados hacia el lado contrario al viento.

6. forma rampante, tumbado a ras del suelo.

Por todo esto, debido a la acción del viento, algunas plantas han desarrollado capacidades especiales para poder adaptarse a este factor. Algunas plantas como los caméfitos pulvinulados, crecen de forma almohadilladas con las yemas protegidas en el interior de la maraña de ramas. Mientras que otras especies desarrollan unos complejos sistemas de fijación al suelo (con raíces muy numerosas o muy gruesas) o aprovechan la protección de otras especies.

En los animales, sobretodo en las aves, el viento tiene un importante papel. Muchas especies de aves como el buitre (Gyps fulvus) están adaptadas a masas de aire ascendentes que les permiten ascender y planear para poder buscas a sus presas, mientras que otras especies, como las gaviotas, prefieren ambientes muy ventosos, como la costa, para poder planear contra el viento (Lozano Valencia, 2000).

Seis buitres leonados volando en el Parque Nacional de Monfragüe.

Fotografía de Alberto Díaz San Andrés.

6.10. ATMÓSFERA

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