Entre Cuatro Paredes

Entre cuatro paredes

30 de noviembre de 2012

Sheila Conde Acevedo

Universidad HUMANITAS

Licenciatura en Psicología

Introducción

Llega por fin el día de la visita al psiquiátrico de la ciudad de Mérida, al principio todo es tranquilidad y aun que no quiero que esto parezca una historia de terror, las instalaciones podrían ser escenario de cualquier película de suspenso. La gente que labora en esta institución trata de hacer lo mejor que puede con lo que tiene, incluyendo personal de apoyo. Todos son individuos que se perciben honestos, humildes y respetuosos con la gente que los visita, pero sobre todo se nota su calidad moral cuando vemos como tratan a sus enfermos como los seres humanos que son.

Psiquiátrico de Mérida, Yucatán..

Es una sensación extraña el entrar a este lugar, lo primero que te sugieren es usar bata blanca y al entrar al lugar y caminar un poco te das cuenta de que es mucho mejor así...

Nuestra visita empieza con la explicación de que sus instalaciones fueron movidas de estar frente al centenario a la ubicación actual que realmente estaba destinada a ser una escuela. Nos piden no juzgar las condiciones en las que se encuentran las instalaciones ya que los pocos recursos que tienen son destinados a medicar y alimentar adecuadamente a los pacientes. Cuando entro y paso a un lado del patio enrejado puedo ver a varios individuos, hombres y mujeres, algunos sentados hablando solos, otros caminando sin parar de un lado a otro del patio. Nos explican la distribución aunque todo lo que me dicen parece lejano y sigo contemplando a las personas tras la reja.

Entramos al patio y para empezar la persona que abre y cierra la puerta para dejarte pasar es uno de los pacientes que sufre de un delirio de persecución por lo que es apto para no dejar salir ni entrar a nadie que no este autorizado por alguno de los doctores o trabajadores sociales. Al entrar empiezo a sentir miedo y creo que siento el nerviosismo de mis demás compañeros. Volteo a ver a las personas ahí y me doy cuenta de que hay casos diversos, justo como nos explican la mayoría son paranoides o esquizoide, además de algunas personas en edad adulta avanzada que sufren de demencia senil las cuales son mujeres. Nos advierten que hay pacientes con los que se puede interactuar y otros con los que no, ya que puede tornarse agresivos si se les sigue o no la platica. El primer paciente con el que podemos hablar es un hombre que sufre un deterioro mental debido al abuso de sustancias, se acerca al doctor y le dice que ya se quiere ir a su casa, debido a que su mama murió y quiere ir a verla. El psicólogo le pregunta si ya hablo con su psiquiatra y este lo ignora y nos voltea a ver y nos repite la historia, su mama murió y no lo dejan ir a su casa. Este individuo en particular no me causa mas que un leve nerviosismo, me parece triste que una persona se cause este daño, al punto de parecer un niño triste, buscando consuelo. Avanzamos y al alejarnos de la puerta me quiero mezclar en el grupo para no pasar junto ninguno de los pacientes. Nos movemos a una parte donde están los pacientes que pueden ser peligrosos para el resto de los internos, entre ellos un llamado "zeta",

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