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Es Sueño Del Adolescente Y Sus Trastornos


Enviado por   •  16 de Junio de 2013  •  2.241 Palabras (9 Páginas)  •  369 Visitas

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El sueño del adolescente y sus trastornos

Introducción

El sueño es una actividad cambiante a lo largo de la vida. Las características fisiológicas del mismo varían con la edad. Un recién nacido duerme muchas horas pero no puede hacerlo de forma continuada. Un lactante de 6 meses ya tiene capacidad para dormir 12 horas seguidas nocturnas y tres siestas diurnas. Un niño de 10 años duerme 10 horas seguidas nocturnas y no precisa siestas.

Un adolescente debería dormir al menos 9 horas cada día (1). En el adulto puede ser suficientes 7/8 y a medida que nos hacemos longevos las necesidades de sueño nocturno descienden a 5/6 horas y reaparecen las necesidades de dos siestas cortas de 10/20 minutos. Estos cambios están regulados por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo que controla el ritmo de vigilia/sueño.

Peculiaridades del adolescente que pueden influir sobre su sueño

1. Ritmo circadiano de vigilia sueño

Todos los seres vivos, incluido el hombre presentan oscilaciones periódicas en su bioquímica, fisiología y conducta. Los ritmos biológicos son variaciones temporales, periódicas y previsibles de todos los niveles de la organización biológica de los organismos vivos. Son fenómenos que se repiten de manera reiterativa y forman parte de nuestro sistema de vida.

Algunos de los ritmos biológicos siguen una periodicidad circadiana, es decir se repiten cada 24 horas. Es el caso del ciclo vigilia/sueño. El ciclo diario de vigilia/sueño permite organizar nuestra conducta en el tiempo y sincronizar internamente la regulación de muchos procesos biológicos, también de periodicidad

circadiana, como puede ser el ritmo de la temperatura corporal, el ritmo del cortisol, el ritmo de la excreción de la hormona de crecimiento, etc.

El ritmo vigilia/sueño esta regulado por el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y este núcleo, que actúa como nuestro reloj biológico precisa de sincronizadores externos e internos que ayudan a mantener el ritmo encarrilado.

Dentro de los sincronizadores externos mas importantes están la luz y las normas o hábitos sociales. Entre los sincronizadores internos destacan la secreción de Melatonina, el ritmo de la temperatura y el ritmo de excreción de cortisol.

Es precisamente este reloj biológico el que nos hace tener sueño durante la noche y estar despiertos durante el día. El ritmo de vigilia sueño del recién nacido no tiene una periodicidad circadiana sino que es de tipo ultradiano (repetición de las fases de vigilia y sueño cada 3 o 4 horas). No es hasta los 6 meses que el núcleo supraquiasmático del hipotálamo adquiere la periodicidad circadiana ayudado por los sincronizadores externos (rutinas o hábitos de sueño, exposición a la luz y ruido, etc) e internos (establecimiento del ritmo circadiano de secreción de Melatonina y del ritmo de la temperatura corporal).

Las hipótesis actuales apuntan que el ritmo circadiano de 24 horas sufre un retardo durante la adolescencia, es decir que la necesidad de sueño aparece mas tarde, con lo que lógicamente se retrasa la hora de levantarse. Se postula que el ritmo de vigilia/sueño tendría una periodicidad de 25/26 horas. Esto podría ser una de las características del sueño de los adolescentes que nunca encuentran el momento de acostarse y casi siempre retrasan el momento de levantarse.

La falta de reiteración en los sincronizadores externos, sobretodo el descubrimiento de nuevas normas sociales y horarios de sueño irregulares serian una de las causas de este retraso circadiano. La costumbre actual de demorar en sobremanera los horarios de acostarse en los fines de semana solo contribuye a hacer mas difícil la sincronización del ritmo biológico vigilia/sueño.

2. Aspectos sociales que influyen sobre los hábitos del sueño

• Aspectos de organización familiar

Al llegar a la adolescencia, una de las características de la dinámica familiar es la mayor libertad en la organización de los horarios. El adolescente crea su propia dinámica y precisa un espacio de tiempo para el solo. La frecuente “intromisión” de la familia en la estructura de su vida hace que el adolescente rechace de forma espontánea el orden necesario para mantener un buen ritmo de vigilia/sueño. La necesidad de autoafirmación le lleva rehusar de forma sistemática todos los consejos que se le dan.

Hoy en día, una gran mayoría de adolescentes disponen de un espacio para ellos solos. Normalmente en su habitación tienen su ordenador, su equipo de música, su teléfono, su TV, su mesa de estudio y sobretodo su intimidad. Es el “reducto de paz que le protege del agobio familiar”. Además en dicha habitación también duerme. Muchos se refugian en este espacio con el consentimiento explícito de los padres, que cansados de insistir en conseguir unas conductas adecuadas, permiten, casi como autodefensa, que el adolescente haga su vida aislado en su habitación. Esto ayuda a desconocer de forma exacta los horarios reales de acostarse (2).

• Horarios de escuela, trabajo y sueño

Es en la adolescencia cuando algunos jóvenes pueden experimentar una cierta liberalización de horarios. Muchos, en el ambiente escolar, pueden escoger sus horarios, tienen momentos libres entre clases y sobretodo pueden saltarse horas de clase. El turno de tarde es deseado sobretodo por aquellos que ya tienen una cierta dificultad para levantarse por la mañana.

Con respecto al sueño también pueden empezar a decidir, sobretodo la hora de acostarse. No tanto la de levantarse que todavía viene condicionada por sus obligaciones sociales, escuela y/o trabajo. Es precisamente durante las primeras horas de la noche, cuando sus padres miran la TV o ya se han acostado, cuando tienen su momento “de libertad”. Es entonces cuando se refugian en su

habitación y se pueden pasar horas chateando o hablando por teléfono con sus amigos, para explicarse lo mismo que se han explicado unas horas antes en la escuela.

En un reciente estudio (3) realizado con 145 Adolescentes entre 12 y 18 años, solo el 10% dormían diariamente las 9 horas necesarias. Mas de la mitad de los que tenían 18 años dormían menos de 7 horas. Un 40 % reporta somnolencia diurna. El 67% tienen televisión y/o ordenador en su habitación.

La cantidad de horas dormidas repercute directamente en el rendimiento escolar (4)

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