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Estudio Edafológico


Enviado por   •  8 de Diciembre de 2011  •  8.512 Palabras (35 Páginas)  •  583 Visitas

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Cambio climático: observaciones, pronósticos e implicaciones generales en viticultura y producción vinícola

Como consecuencia del cambio climático, se prevé que surgirán más zonas dedicadas al cultivo vinícola y donde la producción de la vid será mucho más viable. De este modo, la elaboración de vino de calidad y el cultivo de viñedos supondrán todo un desafío para los productores. En conjunto, los pronósticos sobre la magnitud del cambio climático apuntan a diversos impactos en la industria vinícola, incluyendo las presiones añadidas de la carencia de suministradores de agua, de otras alteraciones en el proceso fenológico de los viñedos, de alteraciones en el sabor y la composición de las uvas y el vino, de cambios específicamente regionales que afectarán a ciertas variedades de uva, de variaciones necesarias en estilos vinícolas regionales y de cambios espaciales en regiones idóneas para cultivar esta planta.

Cambio climático, viticultura y vino

La vid es una de las plantas que se cultiva desde tiempos ancestrales y que, al igual que ocurre con el proceso de creación del vino, ha estado ligada a una historia de desarrollo cultural y geográfico.1-3 Las regiones vinícolas actuales que se dedican a producir vino de calidad están ubicadas en nichos geográficos relativamente pequeños y, por lo tanto, son más propensas a sufrir las consecuencias del cambio climático, tanto a corto plazo como a largo plazo, que otros cultivos con una superficie mayor. En general, el tipo de vino que produce una región es el resultado de un clima determinado. Por ello, las variaciones climáticas pueden determinar diferencias cualitativas en el vino. Por lo tanto, los cambios climáticos que influyen tanto a la variabilidad como a la cosecha vinícola pueden introducir alteraciones en cada tipo de vino. Nuestra comprensión del cambio climático y de los posibles impactos que pueda tener en la viticultura y la producción de vino ha ido en aumento, pues la alteración de los niveles de gases de efecto invernadero y sus variaciones en la superficie terrestre provocan ciertos cambios en la radiación que recibe la Tierra, en la circulación atmosférica y en el ciclo hidrológico.4La observación del calentamiento global llevada a cabo durante el último siglo ha demostrado que éste es asimétrico respecto a los ciclos estacionales y diarios. Además, también mostró que el mayor calentamiento ocurre en invierno, en primavera y por la noche.5-6 La observación de las tendencias de la temperatura indica que éstas están relacionadas con la viabilidad de la producción agrícola, por el grado de dureza del invierno, la posibilidad de heladas y la creciente duración de las estaciones.6-11

Para situar la viticultura y la producción vinícola en el contexto climático más apropiado, para describir los posibles impactos derivados del cambio climático y para establecer regiones óptimas, se pueden utilizar diversos sistemas métricos basados en la temperatura (por ejemplo, grados por día, temperatura media del mes más caluroso, aumento de las temperaturas medias de cada estación, etc.).12 Por ejemplo, la temperatura media de la temporada de crecimiento define la maduración idónea para obtener una variedad de vino de calidad, ya sea en climas calurosos, templados, intermedios o frescos (fig. 1).12 Por ejemplo, la variedad cabernet sauvignon se cultiva en regiones que abarcan climas intermedios y calurosos, con temperaturas medias en temporada de crecimiento que varían aproximadamente entre los 16,5 ºC y los 19,5 ºC (como Burdeos o Napa). En el caso de variedades que crecen en climas más frescos, como el pinot noir, éstas suelen encontrarse en regiones cuyas temperaturas varían aproximadamente entre 14,0 ºC y 16 ºC (por ejemplo el norte de Oregón o Borgoña). Teniendo en cuenta la importancia del clima a la hora de producir vinos de calidad, el impacto del cambio climático no será uniforme en todas las variedades y regiones, sino que éste estará relacionado con el umbral climático a través del cual todo calentamiento constante impedirá que una región produzca vino de calidad con las variedades existentes. Por ejemplo, si una región tiene una temperatura media de 15 ºC durante la temporada de crecimiento y la temperatura sube 1 ºC, la región será, en términos climáticos, más idónea para ciertas variedades y menos para otras. Si la magnitud del calentamiento es de 2 ºC o más, es probable que la región altere su propio clima y, por lo tanto, también altere la época de maduración de la uva (por ejemplo, pasando de clima intermedio a templado). Aunque en muchos casos la gama de variedades que una misma región puede cosechar se expandirá, si una región se dedica a producir vinos que maduran en climas cálidos, la vendimia se convertirá en todo un desafío e incluso en algo imposible. Además, las observaciones indican que el cambio climático no sólo provocará alteraciones en el medio, sino también en la varianza. Si este es el caso, tales alteraciones serán extremas: las zonas calurosas sufrirán un aumento de las temperaturas y las zonas más frías un descenso de las mismas. Por tanto, aunque en algunas regiones la estructura climatológica media mejore, la variabilidad aún será muy evidente y, posiblemente, mucho más restrictiva que hoy en día.

Figura 1. Las agrupaciones según el clima y la maduración que figuran en esta estadística están basadas en la relación entre las exigencias fenológicas y el clima para alcanzar una producción de vino de alta calidad en las regiones mundiales consideradas como puntos de referencia. La línea discontinua al final de cada figura indica que es posible que se realicen ajustes a medida que se obtengan más datos. Sin embargo, los cambios de más de +/- 0,2-0,6 ºC son completamente improbables. Las estadísticas y las investigaciones que respaldan estos datos siguen en curso.13

En conjunto, tanto el impacto como el desafío que presenta la producción de vinos de calidad relacionados con el cambio climático y con las alteraciones climatológicas en la época de cosecha se notarán, mayoritariamente, en el rápido crecimiento de la planta y en el desequilibrio de maduración. Por ejemplo, si actualmente una región experimenta un período de maduración que permite que los azúcares se acumulen a un nivel adecuado, que mantiene la estructura ácida y que produce un sabor óptimo para esa variedad, entonces el vino será equilibrado. En un entorno más cálido de lo deseado, la vid experimentará los acontecimientos fenológicos más rápidamente, lo cual resultará en una madurez con altos niveles de azúcares y, mientras el productor vinícola esté esperando que los sabores

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