Etica En La Ciencia
genny021513 de Octubre de 2012
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ETICA EN LA CIENCIA
El que se refiere a la responsabilidad moral de los científicos acerca del uso que se le da a sus investigaciones, y en el referido a la forma de llevar investigaciones que involucra violaciones a principios éticos. ¿Puede ser considerada inmoral la ciencia?. Muchos sabios eminentes como Poincaré, Einstein y Russell han sostenido que la ciencia no formula juicios de valor (desde el punto de vista moral o ético, obviamente), sino que se limita a informar sobre hechos.
la ciencia se puede emplear para el bien y para el mal, para curar o para matar, para libertar y para esclavizar. La ciencia no tiene objeto fijo. Cualquier problema puede abordarse científicamente si involucra conocimiento. Si la ciencia no se ocupa –como ciencia - del “mundo de los valores”, es porque este mundo no existe. No hay valores como entidades independientes, hay cosas, actitudes y comportamientos valiosos, y el valor es una convención que se asigna por los seres humanos respondiendo a ciertas circunstancias y a ciertos deseos.
La ciencia es útil, y aprecia como ninguna otra actividad humana la verdad, la novedad y el progreso. El conocimiento científico permite la autodeterminación y consecuentemente el autogobierno, tanto a escala individual como colectiva. Teniendo en cuenta todo esto, Bunge [3] sostiene que no puede afirmarse que la ciencia es éticamente neutral, y que el científico tiene, como investigador, problemas morales y éticos.
Como siempre, el poder tiende a corromper, y en esas circunstancias la institución del secreto es especialmente perniciosa y los controles y equilibrios de una democracia adquieren un valor especial. La ciencia se corrompe cuando se pone al servicio de la destrucción, del privilegio, de la opresión o del dogma.
Se acusa a la ciencia de haber sido responsable de algunos de los episodios más atroces en toda la historia de la humanidad, en una larga lista encabezada por la bomba atómica, seguida por los gases de guerra, el napalm, los agentes defoliantes, la guerra bacteriológica, etc. También se la responsabiliza de la destrucción salvaje del medio ambiente. Algunos ecologistas señalan con indignación a lagos y ríos transformados en tumbas ecológicas, a la desaparición de muchas especies animales y a la contaminación ambiental urbana. "Esta tragedia -dicen- es el resultado de la explotación de la naturaleza por medio de la tecnología desarrollada por los científicos, a quienes nunca les han importado las consecuencias de sus descubrimientos. Hay que acabar con ellos. . . '' A estos horrores ahora se agrega el peligro inminente de que esos personajes satánicos (y locos) logren introducirse al núcleo central del control de la vida humana, por medio de la ingeniería genética, y la manipulen para satisfacer quién sabe que ambiciones secretas (lo que se denomina “complejo de Frankenstein”).
Los poderes de la ciencia siempre se han asociado con intenciones perversas; en la literatura gótica (y en la más popular de los dibujos animados y la televisión), el científico es con frecuencia el "malo". Son testigos de esta asociación el Dr. Moreau (recuérdese su isla y sus experimentos para "humanizar" animales), el Dr. Moriarty (el peor criminal con quien se enfrentó Sherlock Holmes), el Dr. Strangelove (de aficiones atómicas), el Dr. Frankenstein (creador de un famoso monstruo innominado), el Dr. Jekyll (listo para transformarse en el terrible Mr. Hyde), y muchos otros menos conocidos pero no por esto menos malignos.
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