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Etica Y Ciencia

profkaoz9 de Diciembre de 2012

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La realidad de hoy, exige la necesidad del fomento del comportamiento ético de los diversos profesionistas, manifestada en la manera en cómo se conducen en el ámbito laboral, lo cual está encaminado en un compromiso permanente frente al trabajo realizado. De estas reflexiones no escapan los investigadores, quienes al ejercer su profesión, se enfrentan a importantes dilemas éticos que solo pueden ser sorteados a través de la reflexión y pensamiento crítico. Se debe tomar en cuenta que para que el investigador se conduzca éticamente en el ejercicio

de su profesión, no basta con el establecimiento de normas y códigos, sino que su trabajo esté basado en valores éticos-morales, comprendiendo además, las consecuencias de sus acciones, en cuanto al impacto positivo o negativo reflejado en su contexto. La finalidad de esta investigación es presentar una discusión teórica sobre el fomento de los valores éticos en el ejercicio profesional del investigador, además de aportar conocimientos básicos de la ética en la investigación.

Cuando hablamos del comportamiento ético del investigador nos referimos a investigador como carrera profesional, como forma de vida y de dedicación al estudio y a la generación de conocimiento.

El trabajo que tiene que realizar el investigador es arduo, por lo cual quien lo lleva a cabo debe saber persistir, tener paciencia, aun a pesar de los obstáculos o dificultades que puedan presentarse. Todo lo anterior revela que el investigador es una persona disciplinada, que ha desarrollado hábitos de trabajo y actitudes buenas que constantemente ejerce para obtener un resultado exitoso como lo es:

Actitud cognoscitiva: La asume quien frente a lo desconocido manifiesta una apertura al conocimiento; quien muestra disposición a aprender e indagar la realidad de las cosas. Es preciso que el investigador no asuma posturas dogmáticas y no se cierre al conocimiento; que no se considere poseedor de verdades absolutas, que no diga que la búsqueda ha terminado; que no asuma la actitud de la ignorancia. Se requiere que el investigador tenga el amor por la investigación, con la conciencia de que es el medio para la obtención de los conocimientos científicos y filosóficos, es decir, de los conocimientos racionales.

Por honestidad intelectual el investigador no debe alterar o modificar los datos, no cambiar el sentido de lo expresado por otros investigadores que se consultan. Requiere ponderar el justo valor de las aportaciones de todo autor, sin efectuar críticas desmedidas; implica reconocer méritos ajenos y evitar el plagio.

En toda investigación científica debe impregnarse adicionalmente del rigor científico de las implicancias éticas necesarias para que dicho trabajo no sea un rotundo fracaso.

Con esto nos referimos al rigor científico, con lo cual estamos aludiendo a la búsqueda de cada vez mayor validez y confiabilidad en la presentación de los datos y todo tipo de información concluyente, con respecto a la investigación científica a realizar. Sin embargo, la investigación puede culminar con un elevadísimo grado de rígor que pueda dejar al descubierto carencias de rigor ético en su elaboración.

Como observador se supone que va a hacer uso de aquellas técnicas e instrumentos de investigación con el cual lograr sus propósitos; como persona va a tomar en consideración toda aquella subjetividad que le caracteriza como sujeto cognoscente. Esta subjetividad traducida en sentimientos, emociones, aparte de sus prejuicios y estereotipos pueden deformar su visión de la realidad.

Así también, el exceso de objetividad buscado por su rol de investigador puede impregnar la investigación de tanta frialdad que pueden desbordar las implicancias éticas. Lo justo es buscar una adecuada mediación de estos dos roles para derivar en exitosa la investigación, al menos, funcional en su uso.

Entonces, podemos

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