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Fenomenología: Alfred Schutz y Thomas Luckmann


Enviado por   •  17 de Septiembre de 2014  •  Trabajos  •  1.519 Palabras (7 Páginas)  •  1.011 Visitas

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Fenomenología: Alfred Schutz y Thomas Luckmann

La Fenomenología y las ciencias sociales

En este sentido, Alfred Schutz y su discípulo Thomas Luckmann fueron los dos representantes de las ciencias sociales que se concentraron específicamente en elaborar, desde la reflexión metodológica, el campo problemático de tensión entre la subjetividad del actor individual y la colectividad o la sociedad. Por un lado, el sociólogo y filósofo Alfred Schutz se concentró en establecer los fundamentos de la Sociología Comprensiva de Max Weber, la cual desarrolla en profundidad la noción del sentido subjetivo que el actor individual enlaza a su acción. Desde la perspectiva fenomenológica, Schutz analiza la problemática de la relación entre subjetividad y acción siguiendo a Weber y estableciendo los fundamentos de la disciplina sociológica. Por su parte, su discípulo Thomas Luckmann aplicó, junto con Peter L. Berger, la fenomenología del mundo de la vida de modo tal de redefinir la sociología del conocimiento que se había desarrollado hasta los años 1970 en base a presupuestos materialistas. Para Luckmann, la fenomenología sirve como una “protosociología” y su tarea consiste en definir la base epistemológica de la sociología como ciencia social. Además, Luckmann desarrolla a partir de la fenomenología una teoría de la religión, de la acción social y de la comunicación.

Alfred Schutz quien retomó la fenomenología por considerarla el medio más adecuado para la fundamentación filosófica de las ciencias sociales. El objeto de análisis Schutziano lo constituyen las experiencias y las acciones humanas. También su discípulo, Thomas Luckmann, adopta esta posición. Éste argumenta que las propiedades objetivas de las realidades socio-históricas están basadas en estructuras universales de orientación subjetiva en el mundo. Siguiendo estas consideraciones, la ciencia social sólo puede ser fundada sobre el principio de “reflexividad epistemológica”. Esa reflexividad da cuenta de los prerrequisitos de todo conocimiento en ciencias sociales y se centra en las realidades socio-históricas del mundo de la vida: “Las estructuras universales e invariantes del mundo de la vida, las cuales se revelan por medio de la reducción fenomenológica, conforman una matriz general que posibilita la extracción de conclusiones acerca de las acciones humanas” (Luckman).

En este contexto, Luckmann concibe el proyecto de la protosociología a partir de la definición de la sociología Weberiana en tanto ciencia de la experiencia; la protosociología se entiende como la “fenomenología del mundo de la vida”, al grado de que es posible crear un vínculo entre las estructuras de orientación objetivas, las formas básicas de acción intersubjetiva y las propiedades objetivas de las realidades socio-históricas. Sin embargo, en relación a su abordaje metodológico, ambas disciplinas la fenomenología y las ciencias sociales están definitivamente separadas. Siguiendo a Luckmann, utilizamos aquí el término

“acción paralela” en relación a la interacción entre la investigación fenomenológica y la de la ciencia social. Esta consideración demuestra cómo pueden complementarse mutuamente el análisis fenomenológico de la constitución y la reconstrucción de las construcciones históricas de la realidad basadas en las ciencias empíricas. Desde el punto de vista fenomenológico, es fundamental el concepto de “constitución”, pues refiere a los procesos constitutivos de la conciencia subjetiva, los cuales constituyen la base para el desarrollo del mundo del individuo. En contraste, el término “construcción” es utilizado desde una perspectiva sociológica, pues refiere a las expresiones socio-históricas de un fenómeno específico. En términos más amplios, ese concepto refiere a la construcción de los mundos históricos humanos, tomando como punto de partida la acción social.

Sin embargo, a fin de introducir la filosofía fenomenológica, resulta indispensable dedicarse a la obra del fundador de esta disciplina de tradición kantiana, es decir, debemos remitirnos a la obra de Edmund Husserl. A juicio de Husserl, todas la ciencias, sea que se trate de las ciencias naturales o de las ciencias humanas, son una totalidad de actividades humanas. Según Husserl, en toda ciencia la base de sentido es el “mundo de la vida” pre-científico que es el mundo mío y de todos nosotros. Especialmente en el desarrollo de las ciencias naturales el mundo de la vida cayó en el olvido por un proceso constante de idealización y formalización. Husserl sostenía que las idealidades creadas por la ciencia habían sustituido ingenuamente al mundo de la vida y, como consecuencia de esto, las ciencias positivas habían perdido su fundamento. Retomando esas ideas expuestas por Husserl, Alfred Schutz describe la fenomenología como una como una filosofía del ser humano en su mundo vital, “capaz de explicar el sentido de este mundo vital de una manera rigurosamente científica. Su objeto es la demostración y la explicación de las actividades de conciencia de la subjetividad trascendental dentro de la cual se constituye este mundo de la vida.

Alfred Schutz: La concepción de una fenomenología del mundo de la vida

La filosofía de Alfred Schütz es descubrir cabalmente las presuposiciones, estructura y significación del mundo del sentido común. Su tarea central es concretar una filosofía de la vida mundana o una fenomenología de la actitud natural. Las formas rutinarias de existencia en el mundo cotidiano.

Define la fenomenología como el método interesado en ubicar, describir e interpretar fenómenos entendiendo a estos, como lo inmediatamente dado en la conciencia.

Schütz aborda el estudio del actor desde una perspectiva fenomenológica, por lo cual se acepta que sus trabajos adoptan un carácter claramente subjetivo. En rigor, se debe decir que estudia el problema de las relaciones intersubjetivas que establecen los actores en la “vida cotidiana” y, a través de ellas, incursiona en temas que trascienden una concepción inmanentista del Sujeto. En el presente trabajo, nos proponemos reflexionar sobre el sentido y los alcances que tienen algunas nociones establecidas por este autor y que nos

parecen relevantes en el proceso de construcción de una epistemología cualitativa. Así, deseamos indicar que los estudios que realizaremos en esta oportunidad serán acotados en las ideas de “mundo de la vida” o “vida cotidiana” y en el rol del observador-científico en el contexto fenomenológico y, a su vez, tendremos en consideración el sentido que adopta la “Teoría de la acción” en el pensamiento schutzeano.

Para Schütz, el “mundo cotidiano” es el ámbito donde aplica la teoría de la acción, es decir, sus investigaciones nos hablan de las relaciones intersubjetivas que realizan los actores sociales. El observador-científico se preocupa de la “vida cotidiana” y, al hacerlo, procede a investigar sociológicamente la conciencia del actor que vive en ese mundo. El “mundo cotidiano”, dice Schütz nos es común a todos y, en él, cada uno vive y actúa como un hombre entre sus semejantes, un mundo que se concibe como el campo de acción y orientaciones posibles, organizado alrededor de su persona según el esquema específico de sus planes y las significatividades que derivan de ellos.

El notable aporte que realiza Alfred Schütz en el estudio de la conciencia, en el contexto de la “vida cotidiana”, tiene su primera etapa cuando incursiona en el estudio del “Yo de la conciencia” del actor para, posteriormente, investigar acerca de las relaciones intersubjetivas que ellos ejecutan en el “mundo de la vida”. En este sentido, utilizando la fenomenología como método-teoría, Schütz procede a trascender interpretaciones inmanentistas de la conciencia para construir una epistemología de carácter sociológica. El carácter sociológico e interpretativo de su propuesta epistemológica adquiere una mayor relevancia cuando procede a establecer la “Teoría de los motivos”, especialmente, en el proceso en el cual se refiere a los “motivos para”.

Si bien Schütz se ocupa acerca del origen de las razones que motivan a una acción y a un acto, lo que parece relevante son los procesos interpretativos que él inicia, especialmente, las interpretaciones de los actos que aún no han sido ejecutados por un actor, es decir, las interpretaciones de las acciones o de los proyectos de actos que en el futuro realizará un actor. Sin embargo, se debe precisar que Schütz acepta la posibilidad de contemplar el futuro cuando sostiene que sólo en términos de proposiciones Sí…entonces, es decir, Schütz concibe que el conocimiento de la conciencia de un actor es privado y sólo él mismo podrá tener acceso a su “acervo de conocimiento”. explicado de una mejor forma un actor no tiene acceso al conocimiento de un semejante, sin embargo, al mismo tiempo, Schütz postula que las relaciones en la “vida cotidiana” tienen una connotación intersubjetiva de manera que las experiencias que el actor tiene cotidianamente pueden ser conocidas por un observador-científico. En este mismo proceso, Schütz acepta la posibilidad de acceder al conocimiento de las experiencias pasadas que tiene el actor.

Me parece que las nociones aquí reseñadas (actor, “mundo de la vida”, rol del observador-científico) motivan a pensar que es posible investigar y acceder al proyecto de acción del otro es decir, parece posible encontrar en la obra de Schütz un camino que ayude a estudiar la posibilidad y los modos de conocer los proyectos de acción del otro por parte del

observador-científico. Un estudio de este carácter, si bien puede ser realizado por un actor y por un observador, en ambas situaciones es diferente: el actor deja de serlo al momento que inicia un trabajo que lleva a interpretar el modo como el otro ha desarrollado sus actos en la “vida cotidiana”, y al científico le es indispensable cumplir con las exigencias que plantea la fenomenología.

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