Formulas De Integracion

El problema de la distancia en psicoterapia

Todo paciente comprometido en la situación terapéutica, establecerá una distancia con respecto al terapeuta, la cual será, desde el punto de vista económico de las fuerzas interactuantes en el psiquismo del paciente, la que permitirá funcionar con el mínimo de angustia, culpa o temor de ser rechazado. Esta definición nos lleva a pisar uno de los terrenos poco tocados en psicoterapia, a saber: la función económica de los síntomas y la función económica de las relaciones del objeto

La enfermedad es fundamental y sustancialmente un proceso de adaptación que pone en movimiento defensas, distancia y manejo mágico de la realidad con el fin de promover una homeostasis adecuada.

Frecuentemente la aceptación o rechazo de una interpretación, a pesar de lo que crean los terapeutas, guardan más relación con la distancia y la necesidad de aumentar o disminuirla, que con el contenido mismo de la interpretación.

La distancia que establece con su mundo deriva de las restricciones que la fobia a los caballos le importe.

En la situación terapéutica, tanto el histérico como el fóbico se moverán dentro de una distancia protectora: acortarla incrementa el síntoma, aumentarla hace inoperante la función terapéutica.

Se encuentra al servicio de proteger al sujeto de un acercamiento de tipo erótico con el objeto.

El sujeto con trastornos de carácter ase como que se acerca sin acercarse, simula aceptar cuando rechaza, ser permeable cuando es impermeable y afectivo cuando es hostil.

La distancia estructurada y formal que un sujeto mantiene, no solamente se expresara en sus relaciones interpersonales. La vida onírica, los sueños diurnos y las fancaias de todo sujeto llevaran consigo el signo de su distancia. El fóbico que corre ante la amenaza del cuchillo que le persigue, asta manteniendo en el mundo de sus sueños.

El propósito de toda terapia es disminuir la distancia que existe entre el paciente y sus objetos. Todo objeto distanciado es un objeto malo. No lograremos acortar la distancia emocional que el paciente guarda con sus objetos si no neutralizamos el objeto malo con un introyecto bueno capaz de proteger la integridad psíquica del paciente.

Podríamos expresar que ninguna terapia es profunda sino se liberan los objetos malos del inconsciente, solo así pueden abrirse.

La regresión y la situación analítica

El concepto topo dinámico de la vida espiritual nos permite comprender otro fenómeno, conocido con el nombre de regresión.

La indicada regresión ofrece, así mismo un carácter cronológico, puede adoptar patológicamente una forma infantil. En el progreso retrogrado de la regresión las tendencias destructivas resultan cada vez más evidentes y en muchas enfermedades se oponen directamente a los impulsos sexuales.

Por eso hablar de regresiones a puntos de vista zonales, fue la tónica del pensar analítico. Puntos de fijación oral, anal o fálica y regresión, fue todo uno en gran cantidad de ensayos. Sin embargo la regresión de la misma manera que la progresión, al ser visualmente como procesos mas que mecánicos, cambia la dimensión. Los mecanismos defensivos que se utilizan en la regresión como proceso, así como la sublimación, también como proceso, son en una sola persona los mismos.

Por todo esto la regresión, a mi manera de ver solo es concepto didáctico. Tales ideas surgieron de un momento psicoanalítico particularmente absolutista.

No solo aspectos formales y estructurales y se ven modificados en la regresión; también se alteran profundamente

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