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Generalidades De Fractura De Hueso


Enviado por   •  26 de Marzo de 2014  •  2.907 Palabras (12 Páginas)  •  300 Visitas

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Generalidades

Fracturas

Una fractura ósea es la solución de continuidad de un hueso producida por un traumatismo que se produce cuando la fuerza que actúa sobre éste supera su resistencia. La fuerza puede ser interna por un mecanismo externo o por fatiga del hueso.

Las fracturas se pueden producir en todos los huesos del esqueleto. Según la forma del hueso y el mecanismo de las fracturas tienen diferentes características, pero siguen un proceso de reparación y unos principios de tratamiento muy parecidos.

Las fracturas más complicadas de tratar son las epifisarias pues los extremos óseos forman parte de las articulaciones. En una fractura epifisaria en un niño o en un joven, además de presentar problemas articulares puede producir alteraciones del crecimiento, si dañan al cartílago de crecimiento o fisis.

En los huesos cortos, al estar formados en su mayoría por hueso esponjoso, se producen aplastamientos y en los huesos planos como la bóveda del cráneo, la pelvis o la escápula aunque protegen zonas anatómicas delicadas suelen ser fracturas con pequeños desplazamientos que al estar muy irrigados consiguen una buena consolidación.

Mecanismo de producción de las fracturas

Los mecanismos de acción pueden ser directos, cuando una fuerza incide sobre un hueso que se rompe en ese punto, o indirecto, cuando la fuerza actúa a otro nivel distinto del que se produce la fractura.

Según la solicitación que tiene lugar, las fracturas pueden ser:

• Por flexión, cuando un hueso se curva y cede. Se produce una rotura transversal.

• Por torsión, al girar los dos extremos de un hueso sobre sí y se produce un trazo espiroideo.

• Por arrancamiento, en puntos donde hay inserciones musculares. Una contractura puede arrancar la inserción de un tendón en un hueso.

• Por cizallamiento, son fracturas de fricción.

• Por compresión, por fuerzas axiales, frecuentes en huesos cortos y esponjosos, como las vértebras, el calcáneo, en la epífisis proximal de la tibia o en el cuello del fémur.

• Por fatiga o por solicitaciones repetidas sobre un hueso, también conocidas como fracturas de estrés y son muy frecuentes en el deporte.

• Por último, las fracturas patológicas son las que se producen en un hueso debilitado.

Clasificaciones de las fracturas

En traumatología se utilizan clasificaciones que nos permiten conocer el tipo de fractura, el pronóstico y el tratamiento adecuado. Las clasificaciones de las fracturas son muy variadas.

Según la extensión de una fractura, pueden ser completas o incompletas. Una fractura es completa cuando hay una separación de los fragmentos de un hueso e incompleta, si los trazos de fractura comienzan en una cortical sin recorrer todo el diámetro del hueso.

Según la forma y el recorrido el trazo de las fracturas completas puede ser:

• transversal, recorre el hueso de un lado a otro con una línea más o menos recta

• oblicua, la línea de fractura tiene un ángulo de inclinación

• espiroidea, es un trazo oblicuo que recorre por varios planos del hueso

• conminuta, con diversos fragmentos de mayor o menor tamaño

• segmentaria o a doble nivel, con dos trazos de fractura en un mismo hueso, dejando un segmento intermedio.

Por su lado, las fracturas incompletas pueden ser, en tallo verde, propias de los niños, se dobla sin llegar a romperse o fisuras, propias del adulto que, a veces, son difíciles de visualizar.

Los fragmentos de un hueso fracturado se desplazan según el lugar de la fractura, consecuencia de las inserciones musculares, y según el mecanismo de producción. Toda fractura debe ser reducida para intentar mantener la forma anatómica del hueso. A veces esto no es fácil y hay que saber si la desviación de los fragmentos es aceptable o si requerirá intervenciones posteriores. En los niños, un defecto angular o una desviación axial se puede compensar con el propio crecimiento sin dejar secuelas.

Más importante es definir si una fractura es estable o no. La estabilidad de una fractura depende de su localización, del trazo y de los daños sobre las partes blandas. Las fracturas estables son aquellas que una vez reducidas se mantienen en posición anatómica. Cuando una vez reducida, los fragmentos se desplazan nuevamente se considera inestable y requiere, en la mayoría de los casos, ser intervenida quirúrgicamente.

Las fracturas son cerradas cuando la piel está intacta y, por el contrario, decimos que son abiertas cuando el foco de fractura está en contacto con el exterior, presentando un mayor riesgo de infección.

Según la edad, las fracturas se pueden considerar del niño, del joven, del adulto y del anciano. Cada grupo de edad tiene unas características propias. Las fracturas en el niño y en el joven curan con mayor rapidez, al tener mayor capacidad osteogénica.

Las fracturas presentan, en ocasiones, lesiones asociadas generalmente relacionadas con las partes blandas, los vasos o los nervios. Estas lesiones pueden ser próximas a la fractura o alejadas. En el deporte no suelen presentar lesiones asociadas, a excepción de los deportes del motor que pueden presentar traumatismos de alta energía con lesiones viscerales, craneales o medulares importantes.

Fracturas durante el crecimiento

Son muchos los deportistas que comienzan su actividad deportiva durante la infancia. Los niños, gracias a su elasticidad, suelen soportar sin graves daños traumatismos importantes. Pero ante una fractura ósea, hay que tener en cuenta que son distintas a las del adulto, por la estructura de sus huesos, la rapidez de consolidación, la remodelación y, también, por las secuelas y posibles complicaciones.

El hueso del niño tiene una o varias zonas de crecimiento que se conoce como físis o cartílago de crecimiento que es, además, la porción de hueso con menor resistencia, presentan un periostio, membrana que envuelve al hueso, más grueso y un hueso cortical más elástico que el adulto.

Las fracturas en los niños pueden afectar al cartílago de crecimiento y según le afecten pueden dejar secuelas en el crecimiento del hueso o deformaciones difíciles de impedir. Se han descrito cinco tipos siguiendo la

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