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Globalizacion

kingofking7 de Junio de 2012

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Más de un millón de personas se manifestaron ayer en toda Francia contra la precariedad del contrato juvenil propuesto por el Gobierno, en una jornada en la que sucedieron paros masivos en el transporte y el sector público. El primer ministro, Dominique de Villepin, se resiste a retirar el contrato aunque admite la posibilidad de correcciones que no tengan carácter legislativo.

Cincodías.com, 29.03.06”

No hace falta que nos vayamos muy lejos para encontrar problemas en lo que es denominado como “mundo moderno”. Desde que la Sociedad empezó a “evolucionar”, con la llegada de la Industrialización, el mundo ha cambiado mucho, para bien y para mal. Lo bueno es bastante obvio: invención de nuevas maquinas que han facilitado el trabajo y han permitido innovar, el aprovechamiento de fuentes de energía…La sociedad ha avanzado en este sentido más en un siglo que en toda su existencia.

Pero al igual que las cosas positivas son muy importantes, las negativas no lo iban a ser menos: problemas laborales, más inseguridad en la población…

De todo esto voy a tratar en el siguiente trabajo, basándome en lo que opinan algunos autores y en mis propias conclusiones.

2.-La evolución hasta el mundo moderno

La humanidad cambia, se desarrolla, retrocede, crece, decrece... podemos decir que desde la Revolución Industrial cada generación vive una realidad que no es la misma que la anterior. Estamos en una época de cambios acelerados y, de tan rápidos, llegan a producirse revoluciones muy profundas en la forma de vida de la gente.

La industrialización comenzó en Gran Bretaña, en el S. XVIII, como resultado de la Revolución Industrial. En esa época, hasta en los estados tradicionales más avanzados, la mayoría de la población se dedicaba al trabajo de la tierra, pero esto cambia.

Una característica importante de una sociedad ya industrializada es los cambios políticos que esto conlleva. Las sociedades industrializadas fueron los primeros estados-nación. Un ejemplo de esto sería Gran Bretaña.

Pero con la llegada de la industrialización también a causa del colonialismo, surge obviamente una gran diferencia entre los países a las que esta afecta y a los que no. Así surgen los términos de Primer, Segundo y Tercer Mundo.

-Primer Mundo: países industrializados.

-Segundo Mundo: son sociedades comunistas como la URSS, ya desaparecidas.

-Tercer Mundo: (término acuñado por el demógrafo Alfred Sauvy) son las sociedades menos desarrolladas y que suelen vivir en condiciones de extrema pobreza, como por ejemplo la India.

3.-Los problemas del trabajo

Según Ulrich Beck, profesor de sociología en la Universidad de Munich, “Quien asegura tener una receta para garantizar el pleno empleo falta a la verdad” y no podría estar más de acuerdo. Como todos sabemos, uno de los principales problemas laborales de hoy en día es el paro, pero no es el único.

Ya empezaba mi introducción con la noticia sobre uno: el reciente caso “Villepin” en Francia, que ha llevado a la calle a miles de jóvenes, que solo quieren una mejor situación laboral.

Otros aspectos importantes en los problemas laborales de la sociedad moderna son:

-Trabajo y natalidad

En la sociedad española la natalidad es sobre todo matrimonial y la mayor parte de los nacidos proceden de los nuevos matrimonios (son primogénitos). Los efectos del trabajo en la nupcialidad influyen igualmente en la natalidad: al descender una, lo hace también la otra. Pero la relación más conocida entre natalidad y trabajo es la que se produce entre el trabajo de la mujer casada y fecundidad, matizada en función de numerosos condicionamientos de la actividad (niveles ocupacionales y educativos, sectores de actividad...). El trabajo de la mujer acelera procesos de cambio globales. Opera como adelanto de mutaciones sociales en momentos de transición demográfica y repercute en el descenso de la natalidad por los rasgos socioculturales donde se inserta. En el inmediato pasado, en España, el trabajo de la mujer ha retrasado, concentrado y reducido la natalidad, pero de manera atenuada, más a nivel de actitudes que de comportamientos. La natalidad siempre es más elevada en las inactivas que en las activas (la práctica de control natal se ejerce mucho más cuando la mujer casada trabaja fuera del hogar). Una excepción en ese descenso de la natalidad de las activas se produce el los grupos de edad de 30 y más años: cambio de signo la tendencia y, en 1986, es más elevada la fecundidad en las activas, debido al influjo de la natalidad de los segundos matrimonios y/o a la natalidad primeriza de mujeres de altos niveles ocupacionales que retrasaron el momento de tener descendencia.

-Estrategias familiares de empleo

Cabría esperar que en una sociedad moderna los principios del mérito, del libre acceso y competitividad fueran los que dieran acceso al empleo, en función de criterios universales de idoneidad. Pero en la práctica, la estructura de la amistad y los particularismos mediatizan esos criterios. El grupo familiar desempeña un papel básico en las estrategias de inserción concreta del individuo en un puesto de trabajo. Es un hecho que los sistemas particularistas son los que priman para la búsqueda y logro de empleo en la sociedad española. Las encuestas muestran esa tendencia al particularismo (en 1984, un 24 % de los jóvenes declaran que es la familia y el 34 % las amistades, el medio por el que logran el empleo. Son evidentes pues las estrategias familiares de empleo, pero además el individuo termina trabajando con sus propios familiares con una frecuencia muy alta: en 1977, el 35 % y el 1982, el 45 % de los jóvenes). Una tendencia que ilustra el proceso de reforzamiento de las vías particularistas al extenderse la escasez de empleo para los jóvenes. Este particularismo recibe incluso impulso legal, como vemos en el ejemplo de los funcionarios.

- Efectos en la actividad

Antes se aceptaba sólo el trabajo de las mujeres solteras y el matrimonio llevaba, por mandato legal, a la pérdida de empleo. Esto hoy ha desaparecido, pero los efectos del estado civil no son irrelevantes. Si no hace perder el empleo, en ocasiones sí hace lograrlo. Tradicionalmente la mujer se incorporaba al trabajo a edades más tempranas que el varón, con las consiguientes menores calificaciones y oportunidades ocupacionales. Y una de las limitaciones respecto al trabajo de la mujer era en función de su compatibilidad con las obligaciones familiares. Las actitudes de la población muestran reparos ante el trabajo de la mujer si ésta es casada, y rechazo total si tiene hijos menores de 5 años. Estas actitudes han mantenido la tasa de actividad de la mujer muy por debajo de los otros países europeos. Pero como consecuencia de cambios en el nivel de formación de la mujer, el influjo del estado civil en la población joven tiende a disminuir rápidamente.

-La relación paro-familia

Aunque ya suprimido legalmente, en la práctica, el estado civil no es ajeno a la frecuencia del desempleo. El mercado de trabajo prima con el empleo al varón casado y penaliza a los varones solteros y mujeres casadas.

Torregrosa ha sintetizado las consecuencias de la pérdida del empleo remunerado en los siguientes aspectos:

Consecuencias económicas: la pérdida de empleo ocasiona descenso en los ingresos, incertidumbres respecto al futuro, reducción del consumo y cambios en los estilos de vida.

El paro quiebra la estructura temporal que regula la actividad cotidiana de los individuos, desapareciendo como marco de referencia.

Con el paro desaparece el contexto interpersonal y comunicativo del trabajo, y el individuo queda sin las experiencias y contactos compartidos con personas fuera de la familia

Con el paro se ve alterado un componente central del estatus social y de la identidad personal del individuo.

La nueva constelación en la que el parado se desenvuelve produce el incremento de dependencia con su red familiar. De ahí que sea una situación proclive tanto al desarrollo de la solidaridad y apoyo, como a la de tensiones y conflictos familiares.

En España, en la década de los 80, existe un elevado de parados hijos que viven con sus familias (60.4 %), una baja proporción de casadas en paro (8.0 %) y una alta proporción de hombres parados que son cabeza de familia (26.8 %). Otra encuesta señala que el 69 % de las familias no tenían problemas de empleo, el 18 % tenía al cabeza de familia trabajando pero no así otros miembros, y el 13 % tenía al cabeza de familia en paro.

La conclusión es que la familia ha constituido el mecanismo más difundido para la integración social del paro.

4.-Las inseguridades de la nueva sociedad

La realidad social que vivimos hoy es distinta a la que vivieron nuestros padres. Hoy las preocupaciones y problemas a resolver, si bien siempre tienen la misma base, son diferentes y tienen una óptica que nunca antes han tenido. Por ello es que decimos que cada generación tiene preguntas al pasado muy distintas a la generación precedente. Cada generación busca cosas dife­rentes en el pasado y por ello debe construir “su” historia buscando respuestas a los interrogan­tes que se realicen; tales interrogantes surgen de los problemas y vivencias del momento.

Las inseguridades más comunes de

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