Grafologia
josemanuelfg5 de Julio de 2011
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1. La cientificidad de la grafología
El objetivo de esta nota no es discutir si hoy en día la grafología tiene o no cientificidad, sino establecer algunos lineamientos generales del procedimiento para validarla según y conforme el método científico, procedimiento que forma parte de la llamada investigación grafológica, y que supone que sobre la escritura influyen factores personales y situacionales, y factores estables y transitorios.
En su sentido habitual, el término ‘grafología’ designa: a) Una teoría acerca de la relación entre la escritura y el psiquismo, y b) una técnica para analizar la escritura, basada en la teoría, con el fin de diagnosticar aspectos mentales.
Aquí nos interesará la grafología como teoría, y una cuestión que puede suscitarse al respecto es si se trata de una teoría científica o no.
Muchas de las definiciones del término ‘grafología’ que podemos encontrar en los textos especializados en este tema hacen hincapié en que se trata de una disciplina científica. Así por ejemplo:
• La grafología "es la ciencia que tiene por objeto el estudio del carácter, del temperamento y de la personalidad, mediante el análisis e interpretación de los aspectos de movimiento, espacio y forma en la escritura manucrita" (Vels, 1991:39).
• La grafología "es el estudio científico de la expresión del carácter a través de la escritura, y comienza con la psicología de la personalidad. Esta se manifiesta en todas y cada una de las expresiones del comportamiento humano, especialmente en los movimientos infinitamente delicados de la mano que guía la pluma sobre el papel" (Marcuse, 1974:53).
Hay quienes opinan, sin embargo, que la teoría grafológica no es científica porque se apoya en la intuición, en la experiencia, o en la apelación a la autoridad. Así por ejemplo, la afirmación según la cual "la presencia del trazo horizontal en la letra ‘t’ es indicadora de fuerza de voluntad" podría ‘fundamentarse’ de tres maneras:
• La intuición sostiene la verosimilitud de esta afirmación argumentando que para escribir el trazo horizontal de la letra debe levantarse el lápiz y ello requiere esfuerzo de voluntad. Una objeción a este argumento: se trata de una simple impresión subjetiva y, como tal, puede fallar.
• La experiencia cotidiana sostiene la afirmación argumentando que "en todas las personas en quienes advertí la ausencia del trazo horizontal, pude verificar escasa fuerza de voluntad". Una objeción a este argumento: la cantidad de personas observadas puede ser insuficiente y por tanto no cabe generalizar.
• La apelación a la autoridad sostiene la afirmación diciendo que pertenece a una ‘reconocida’ autoridad en el tema. Una objeción a este argumento: esa autoridad bien podría haberse fundado, para enunciarla, en la intuición o la experiencia.
Según la ortodoxia del método científico, entonces, si las teorías grafológicas están avaladas por simples certidumbres subjetivas o por la experiencia diaria, entonces son dudosas o inciertas y no cabe considerarlas científicas.
No es el objetivo de esta nota discutir si en el estado actual las teorías grafológicas tienen o no cientificidad, sino establecer algunos lineamientos generales del procedimiento para validarlas según y conforme el canon científico.
2. La investigación grafológica
Toda investigación científica implica dos actividades diferentes: inventar teorías, y probarlas. En el caso de la investigación grafológica, las hipótesis o teorías que surgen de la intuición o la experiencia no deben descartarse. De hecho, "los primitivos grafólogos franceses conseguían hacer buenas diagnósticos psicológicos, lo cual se debía probablemente a su imaginación innata y conocimiento intuitivo de la naturaleza humana y no a los medios empleados" (Marcuse, 1974:12). Pero si bien estas intuiciones no deben descartarse, deberían probarse científicamente, lo que les otorgaría mayor certeza.
Por ejemplo, una prueba estadística puede avalar la afirmación del vínculo entre el trazo horizontal de la letra ‘t’ y la fuerza de voluntad, sobre la base de una muestra representativa de la población y sobre la base de haber constatado mediante coeficientes de correlación que hay una asociación significativa entre escribir el trazo horizontal y la fuerza de voluntad.
La importancia de la investigación grafológica no reside solamente en que pueden probarse científicamente diversas impresiones subjetivas y creencias basadas en experiencias personales, sino también en que la investigación contribuye a que el grafólogo pueda lograr un reconocimiento científico de su actividad, más allá del reconocimiento social y del reconocimiento legal. Parte de este reconocimiento científico se logra, por ejemplo, difundiendo las investigaciones realizadas en Congresos y en revistas especializadas donde comisiones evaluadoras garantizan la cientificidad de los trabajos presentados, evitándose la publicación de investigaciones ‘inventadas’, ‘copiadas’ o ‘modificadas tendenciosamente’.
a. Escritura, persona y situación
Uno de los primeros pasos para iniciar una investigación grafológica es establecer cuáles son las variables fundamentales que considera la grafología. Estas variables son al menos tres:
Esquema 1 – Variables principales en grafología (1)
La escritura es una variable dependiente porque se supone que ‘depende’ de ciertos factores como la persona y la situación, que entonces se designan como variables independientes. Así, por ejemplo, el hecho de que un sujeto escriba con determinados rasgos se debe no sólo a su modo de ser (una personalidad histérica, por ejemplo) sino también a la situación en el momento de escribir (la birome escribe mal). La división entre persona y situación, hay que reconocerlo, es un tanto artificial. Por ejemplo, la educación recibida es desde cierto punto de vista un factor personal, y desde otro un factor situacional.
Incidentalmente, en el campo de la grafoterapia estas variables pueden cumplir funciones diferentes. Esta aplicación, introducida en el siglo XX, permite "corregir las dificultades caracterológicas por medio de la escritura" (Echevarría, 1992:35), y supone que la forma de escribir puede incidir sobre la persona generando cambios en ella. Desde esta perspectiva, la variable escritura será considerada variable independiente porque se considera que influye sobre las variables personales, que pasan a ser, entonces, dependientes.
En el campo grafodiagnóstico, se supone que las variables independientes son causas, y la variable dependiente el efecto. Ya desde su nacimiento, la grafología ha advertido la importancia de estas variables. Klages, por ejemplo, a fines del siglo XIX, formula una teoría general de la escritura como medio de expresión de vivencias psicológicas sosteniendo, por ejemplo, que la escritura está determinada por factores del momento, por el desarrollo del carácter y por factores inconcientes (como el del hijo que escribe a imagen y semejanza de su progenitor) (Marcuse, 1974:15). Los factores del momento corresponden a la variable situación, y los dos factores restantes a la variable persona.
De acuerdo a cierta nomenclatura de la metodología de la investigación (Cazau, 1991), las tres variables mencionadas son variables complejas, es decir, presentan varias facetas o aspectos. La variable persona, en un sentido muy amplio, puede incluír capacidades, actitudes, comportamientos y hasta la edad, el sexo y la salud física y mental. La variable situación se refiere a factores sociales, escolares, familiares, circunstanciales, etc, y, del mismo modo, la variable escritura presenta como aspectos la distribución, la disposición, la proporción o la altura. Cada uno de los aspectos de las variables recibe el nombre de dimensión o factor. Por ejemplo, los factores personales indicados para la variable persona.
A continuación, describiremos más detalladamente estas tres variables.
1) Persona.- Más allá de las diferentes definiciones que ofrece cada teoría psicológica sobre este término, esta primera variable abarca todo lo que habitualmente se llaman factores personales, es decir, aquellos factores que están presentes en el sujeto, que le pertenecen per se.
Sea cual fuere la definición que se asigne a cada uno, ejemplos de estos factores personales son la personalidad, el carácter, el temperamento, las actitudes, la herencia, el sistema nervioso, el sexo, la edad, etc.
Por ejemplo personas con diferentes temperamentos escribirán de manera diferente (Echevarría, 1992:16). Asimismo, la edad es otra característica intrínseca a la persona, por cuanto el mismo sujeto no escribe igual de niño que de adulto, e incluso no escribe igual en sus diferentes periodos evolutivos infantiles. Así, por ejemplo, ciertos autores consideran que la escritura infantil está relacionada con las diferentes etapas evolutivas del niño (Echevarría, 1992:14).
Conociendo la escritura de un sujeto, pueden inferirse estos factores personales. Por ejemplo, "aunque el análisis de la escritura infantil exige la desviación de algunas de las normas impuestas para el análisis en los adultos, es posible aplicarlas en líneas generales, con excepción de la regularidad y firmeza de los trazos, ausentes en los niños" (Marcuse, 1974:99).
2) Situación.- Los factores situacionales son aquellos originados en el ambiente de la persona. Puede suponerse que la escritura depende de factores sociales, escolares, familiares y estados transitorios situacionales.
Los factores sociales inciden
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